Un modelo de la barrera hematoencefálica ayudará entender mejor la neuroinflamación
Se basa en un dispositivo microfluídico que salva las limitaciones de los modelos previos.
Un equipo interdisciplinar de investigadores perteneciente al Instituto Vanderbilt de Investigación Integrativa de Biosistemas y Educación ha desarrollado un chip para estudiar el origen de los procesos inflamatorios en el sistema nervioso central. Éstos son claves en el desarrollo de enfermedades que, aunque indoloras, conducen irremisiblemente a la muerte, como es el caso del Parkinson, el Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas. El proyecto es parte de un programa de cribado de fármacos sobre microchips de tejidos que cuenta con un presupuesto de 70 millones de dólares y cuyo objetivo es desarrollar una tecnología que permita reproducir la función de órganos humanos sobre sustratos miniaturizados para un cribado más rápido y eficiente.
La Unidad Neurovascular, que es el nombre del nuevo dispositivo, vence por primera vez la tradicional dificultad de recrear en el laboratorio los complejos sistemas biológicos que protegen el cerebro. Sus principales ventajas son la capacidad de reproducir el efecto del flujo sanguíneo y la posibilidad de albergar todos los tipos celulares presentes en la barrera hematoencefálica (BHE). Su componente más importante es una membrana provista de micro-bombas operables de manera independiente y que separa la zona que mimetiza el cerebro del área vascular.
Jacquelyn Brown, científica participante en el proyecto, afirma que La Unidad Neurovascular proporciona, por primera vez, información continua acerca de cómo la BHE responde a la inflamación sistémica.
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