viernes, 8 de septiembre de 2017

La microbiota intestinal regula la acumulación de grasas a través de NFIL3 y el reloj circadiano - JANO.es - ELSEVIER

La microbiota intestinal regula la acumulación de grasas a través de NFIL3 y el reloj circadiano - JANO.es - ELSEVIER



PUBLICADO EN 'SCIENCE'

La microbiota intestinal regula la acumulación de grasas a través de NFIL3 y el reloj circadiano

JANO.es · 07 septiembre 2017 00:19
Un estudio abre una puerta a la comprensión de por qué las perturbaciones horarias están asociadas a una mayor frecuencia de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes.
Un estudio cuyos resultados se publican en Science ha concluido que la microbiota ayuda a que absorbamos las grasas que después incorporamos al organismo y vincula estos procesos con el reloj circadiano. Los autores del trabajo analizaron el papel de la proteína NFIL3, que desempeña una función clave en la absorción de lípidos y la acumulación de grasa corporal, y su relación con la microbiota y los ciclos circadianos.
Para conocer qué combinación de efectos es necesaria para que el cuerpo absorba más o menos lípidos de la comida, el equipo, liderado por Lora Hooper, de la Universidad de Texas, realizó varios experimentos con ratones con distintos niveles de expresión de la proteína nfil3 y con presencia o ausencia de microbiota. Así, observaron que la acumulación de grasas (propia de una dieta rica en grasas) requiere tanto de la expresión de NFIL3 como de la presencia de microorganismos intestinales. Como se había establecido en experimentos anteriores, los ratones seguían delgados pese a la dieta alta en grasas si se les suprimía la microbiota.

“Este estudio explica la regulación de la absorción de lípidos y el papel de la microbiota en esa absorción”, explica Yolanda Sanz, investigadora del CSIC y coordinadora del proyecto europeo MyNewGut, una iniciativa financiada con 9 millones de euros por la Unión Europea para estudiar las bacterias intestinales. “Se habla mucho sobre la capacidad de la microbiota para extraer energía de la dieta, pero menos de la absorción de lípidos”, añade.

Otro de los aspectos analizados es la relación entre la expresión de NFIL3 y el ritmo circadiano. En estudios con ratones se ha observado que al cambiar la pauta de sueño a un grupo de ratones (los ratones son más activos por la noche que durante el día) e impedirles un ciclo de descanso normal, acumulaban más grasa que cuando llevaban un ciclo normal. Los autores identificaron un enlace bautizado como ILC3-STAT3 que conecta el reloj circadiano y la microbiota.

“Nuestros estudios podrían ayudar a explicar por qué las perturbaciones del reloj circadiano, que se producen por el tipo de turnos de trabajo o los viajes internacionales, están asociados a una mayor frecuencia de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, y enfermedades cardiovasculares”, concluye el estudio.

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