Enrique Mezquita. Valencia | 27/11/2017 11:52
El estudio de las enfermedades cerebrovasculares ha vuelto de nuevo su mirada a las investigaciones para mejorar y potenciar la funcionalidad y la reparación cerebral de los pacientes con secuelas tras un ictus, según ha explicado a DM María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN y miembro del Servicio de Neurología y Centro de Ictus de Hospital Universitario La Paz de Madrid. Entre las líneas de investigación, destacan las técnicas celulares y las nuevas de rehabilitación o realidad virtual. Según ha apuntado Alonso de Leciñana: "Más allá de la fase aguda, aquellos pacientes que no se benefician de los tratamientos suelen quedar con secuelas. Este enfoque se ha dejado de lado durante mucho tiempo y, de nuevo, se está potenciando para encontrar distintas formas acercarnos a la reparación cerebral y mejora de su plasticidad tras un ictus". En concreto, se está trabajando en terapia celular con células madre y en derivados de la misma con exosomas, "partículas de membrana que pueden transportar distintos mediadores bioquímicos de reparación funcional".
La especialista ha destacado que las investigaciones se centran en factores proteicos o de transcripción para potenciar la plasticidad cerebral de los pacientes y mejorar la reparación. A ello, se suma los trabajos en nuevas técnicas de robótica y realidad virtual, que pueden resultar de gran ayuda en el proceso de rehabilitación. Por el momento, estos trabajos están en fase de desarrollo y, aunque no existen datos definitivos o concluyentes, la especialista ha afirmado que "en breve, podremos vislumbrar y alcanzar resultados muy prometedores".
Prevención y organización
Alonso de Leciñana también ha hecho hincapié en que hay que seguir incidiendo "en aspectos de prevención, reconocimiento de síntomas y organización asistencial para que los pacientes puedan acceder de forma rápida a todos los tratamientos que pueden mejorar su evolución y disminuir el impacto de la enfermedad". Un claro ejemplo es el trabajo que se está realizando para aumentar el número de pacientes que son candidatos a las técnicas de reperfusión: "Se está trabajando en la organización de los sistemas asistenciales y en detectar mejor a pacientes que, incluso fuera de los criterios de los ensayos clínicos, se pueden beneficiar de los tratamientos -aquellos con tiempo de evolución desconocido o que supera las seis horas-".
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