SEGÚN EL ESTUDIO 'CALM'
Los biomarcadores son ya imprescindibles en el Crohn
El estudio CALM confirma lo que muchos digestólogos ya aprecian en la práctica clínica habitual: la toma de decisiones terapéuticas tiene que fundamentarse en datos objetivos.
María Sánchez-Monge. Madrid | maria.sanchez@diariomedico.com | 07/11/2017 00:00
Autor: Clínica Universidad de Navarra
El tratamiento de la enfermedad de Crohn debe ser individualizado, teniendo en cuenta la evolución, la localización y el grado de afectación de las lesiones. La senda hacia una mayor personalización puede afianzarse con el empleo de biomarcadores, según confirma un estudio presentado en la Semana Europea de la Gastroenterología (UEG Week), celebrada en Barcelona, y publicado en The Lancet. El ensayo, denominado CALM y coordinado por Jean-Frederic Colombel, del Hospital Mount Sinai (Nueva York), revela que la monitorización analizando biomarcadores de inflamación, como la proteína C reactiva en sangre y la calprotectina fecal en heces, condujo a unos mejores resultados del tratamiento basado en el anti-TNF adalimumab que la mera valoración de los síntomas.
En este ensayo clínico abierto multicéntrico en fase III, los 244 pacientes participantes fueron divididos de forma aleatoria en dos grupos: a uno de ellos se les fue ajustando la terapia en función de los síntomas que experimentaban; y a los del otro se les valoró teniendo en cuenta tanto los síntomas como la presencia de biomarcadores de inflamación.
Curación mucosa
El 46 por ciento de estos últimos alcanzaron la curación mucosa (desaparición de todas las lesiones ulcerativas en todos los segmentos del intestino al cabo de 48 semanas), frente al 30 por ciento de quienes sólo fueron evaluados en función de sus síntomas. Además, una proporción significativamente superior de pacientes del segundo grupo lograron la remisión profunda de la enfermedad.
- El 46% de los pacientes monitorizados con marcadores alcanzaron la curación mucosa, frente al 30% de los evaluados sólo por sus síntomas
"Con este estudio hemos introducido un nuevo concepto de control estrecho de la enfermedad de Crohn, que cambiará el seguimiento de los pacientes en la práctica clínica", señala Colombel. "Las decisiones sobre el inicio del tratamiento con un determinado fármaco o sobre el aumento o disminución de dosis no pueden basarse exclusivamente en los síntomas. Se precisan datos objetivos, como los que proporcionan los biomarcadores o los resultados endoscópicos", añade el director de la investigación.
Futuros estudios deberán determinar los efectos a largo plazo de este sistema de manejo basado en biomarcadores, teniendo en cuenta factores como la reducción de las hospitalizaciones, la disminución de las cirugías necesarias y las complicaciones y el impacto sobre la discapacidad.
El responsable del Comité de Relaciones Institucionales de la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD) y especialista de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid), Yago González Lama, resalta la importancia del estudio CALM, que constituye "un trabajo muy bien hecho", pero aclara que el paradigma de manejo que propone no es nuevo.
Más allá de los síntomas
"Este ensayo proporciona evidencia científica sólida a lo que ya venimos haciendo en la práctica clínica habitual en los últimos años", señala el experto. Añade que "el manejo no se debería hacer sólo por la presencia o ausencia de síntomas. Nos deberíamos guiar por datos más objetivos". En este sentido, confirma que biomarcadores como la proteína C reactiva o la calprotectina fecal ya se emplean de forma habitual y, junto a la endoscopia, proporcionan claves muy valiosas para el abordaje de la patología.
- La medición de la proteína C reactiva y de la calprotectina fecal se ha ido consolidando en el abordaje habitual de esta patología digestiva
Diversos estudios dan fe de la tendencia actual en el manejo de la enfermedad de Crohn. Por ejemplo, una revisión coordinada por Juan María Vázquez Morón, del Complejo Hospitalario de Especialidades Juan Ramón Jiménez, en Huelva, y publicada este año en la Revista Andaluza de Patología Digestiva, llega a la conclusión de que "existe una elevada evidencia, generada fundamentalmente en la última década, que muestra que la calprotectina fecal es un biomarcador con gran utilidad".
En lo que se refiere a la proteína C reactiva, un estudio publicado en PLoS One en junio de este año, cuyo primer firmante es Kyunghwan Oh, del Centro Médico Asan, en Seúl (Corea del Sur), precisa que, "incluso cuando los pacientes con enfermedad de Crohn se encuentran en remisión, la elevación de la proteína C reactiva se asocia de forma significativa con la subsiguiente hospitalización y resección intestinal durante el seguimiento". Por eso, estos pacientes en supuesta remisión "deberían recibir una mayor atención".
Certezas e incertidumbres
La enfermedad de Crohn es una patología crónica del tubo digestivo que evoluciona de modo recurrente con brotes. Puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, pero sus síntomas también pueden extenderse fuera del intestino. Se calcula una prevalencia de entre 60 y 150 casos por 100.000 habitantes. Sus causas últimas siguen siendo un misterio, pero cada vez se tiene un conocimiento más profundo de la fisiopatología de las enfermedades inflamatorias intestinales.
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