Seis opciones en epilepsia más allá de la terapia farmacológica

Durante una reunión extraordinaria del grupo de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología celebrada en Sevilla se han abordado los nuevos avances clínicos en epilepsia. Juan Rodríguez Uranga, del Instituto de Especialidades Neurológicas, de Sevilla, los ha resumido para DM.

Carmen Cáceres. Sevilla | 13/10/2011 00:00

La cirugía de epilepsia, la estimulación vagal, la cerebral profunda, la cortical directa, la magnética transcraneal y la dieta cetogénica son las seis opciones terapéuticas fuera de los fármacos antiepilépticos que Juan Rodríguez Uranga, del Instituto de Especialidades Neurológicas, de Sevilla, ha abordado en la Reunión Extraordinaria del Grupo de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN), celebrada en Sevilla y que ha contado con la presencia de 120 destacados especialistas en nuestro país y algunos centroeuropeos.

Desde que se empezaron a llevar cabo cirugías de epilepsia se han desarrollado nuevas técnicas en el estudio de la epilepsia farmacorresistente. "Tendemos a realizar una cirugía cada vez más precoz y a ejecutar técnicas de neuroimagen estructural y funcional, así como a minimizar la invasividad del estudio prequirúrgico y a utilizar electrodos intracraneales. Además, hay nuevos procedimientos como la termocoagulación, las técnicas de localización en quirófano y las resecciones amplias en epilepsias no lesionales".

A pesar de que han aparecido técnicas que ayudan a definir mejor la zona epileptógena y a evitar la invasividad, "siguen existiendo misterios y desconocemos en muchos casos cuáles son las interacciones en los nuevos circuitos de epilepsia, cómo podemos evitar que las estructuras no se afecten entre sí y cómo se distribuye esta patología en el cerebro y se desarrolla en el tiempo".

Neuronavegación
A lo largo de los años "hemos disminuido los estudios invasivos gracias al desarrollo en imagen. La nueva tecnología de la neuronavegación en quirófano nos facilita implantar electrodos de forma más cómoda y menos invasiva para el paciente, así como tener localizada la zona de la lesión. Asimismo, la neuroimagen funcional junto con la resonancia estructural concentran una naturaleza distinta pero complementaria, ya que permiten que las imágenes funcionales pueden ser localizadas; no obstante, la elección del procedimiento depende de los recursos y de la experiencia del equipo médico".

Hay un porcentaje de casos en los que no se puede hacer cirugía y existen otras opciones, como la técnica de estimulación vagal, con más evidencias por su indicación en epilepsia parcial o con crisis generalizadas. "Los pacientes se van controlando mejor y en algunos casos se consigue un control de crisis de entre un 2 y un 15 por ciento, con una mejoría de un 6 por ciento. Se trata de una técnica bastante segura, más barata que los fármacos, que mejora la calidad de vida y con leves efectos adversos, como la ronquera, la tos o la sensación de ahogo".

Por otra parte, está la estimulación cerebral profunda, un sistema similar a un marcapasos cardiaco y que "envía un impulso eléctrico a las áreas específicas del cerebro encargadas de controlar el movimiento". La cortical directa "permite encontrar la zona para implantar los electrodos, localizar las crisis y mandar un estímulo a otro electrodo, obteniendo como resultado una reducción de más del 50 por ciento de las crisis"; y la magnética transcraneal está en desarrollo, "pero parece que puede tener un fin terapéutico en el futuro, sobre todo cuando se aplica de forma repetitiva porque reduce las crisis en pacientes con epilepsia neocortical asociada a displasia".

Por último, la dieta cetogénica está basada en sustituir los hidratos de carbono por lípidos. Es necesario un control muy riguroso del estado nutricional y metabólico de los pacientes, por lo que "debe iniciarse en el hospital, supervisada por un equipo de nutricionistas que instruyan al paciente y la familia". Según un ensayo, se obtuvo una reducción superior al 50 por ciento de las crisis en el 38 por ciento de los pacientes frente al 6 por ciento del grupo placebo.

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