sábado, 20 de octubre de 2012

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El 64% de los pacientes con trastorno bipolar sufre síntomas depresivos durante la fase maniaca


Viena (19/10/2012) - Javier Granda Revilla

• El 25 Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, celebrado en Viena, ha sido el marco elegido para la presentación de los datos del estudio IMPACT

• El trabajo, impulsado por Lundbeck, encuestó en Reino Unido, España, Francia, Italia, Alemania, Australia y Canadá a 700 pacientes de entre 18 y 65 años diagnosticados con trastorno bipolar tipo I durante doce o más meses



El 25 Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, celebrado en Viena, ha sido el marco elegido para la presentación de los datos del estudio IMPACT (siglas en inglés de Investigando las Fases Maniacas y Tendencias Actuales). El trabajo, impulsado por Lundbeck, encuestó en Reino Unido, España, Francia, Italia, Alemania, Australia y Canadá a 700 pacientes de entre 18 y 65 años diagnosticados con trastorno bipolar tipo I durante doce o más meses. Un 55 por ciento eran mujeres.

Los datos más destacados de la encuesta, realizada online, son que el 64 por ciento de los participantes indicó que tuvo síntomas depresivos durante un periodo de manía y que el 27 por ciento tardó cinco o más años desde que sufrió los primeros síntomas hasta que fue diagnosticado. Además, el 68 por ciento experimentaba tanto síntomas maniacos como depresivos cuando fue diagnosticados por primera vez.

El impacto de la enfermedad en el bienestar de los pacientes es relevante, con un 76 por ciento de participantes que indicó que sus expectativas de tener éxito en la vida habían disminuido por su desorden bipolar tipo I mientras que el 79 por ciento recalcó que la enfermedad había tenido un impacto negativo en su salud física.

La discriminación también ha salido a relucir en los resultados del trabajo, con un 45 por ciento de respuestas. El impacto es relevante también en la comunicación, ya que apenas un 14 por ciento señaló que era capaz de hablar abiertamente con otras personas de su condición de paciente.

En el ámbito laboral, casi la mitad de los preguntados en el estudio indicó que había perdido el trabajo y el 54 por ciento optó por no decirle a su jefe que está diagnosticado. En la esfera personal, el 38 por ciento se han divorciado o separado a causa de la enfermedad y dos de cada tres indicó que se siente solo durante un periodo de manía. Durante esta fase, la mayoría de encuestados recalcó que realiza acciones que ponen en riesgo su vida, por lo que los nuevos tratamientos deberían centrarse en este aspecto. En este sentido, el 36 por ciento de los encuestados subrayó que estas nuevas terapias deben abordarlo.


Nueva definición en el DSM-V

Para Eduard Vieta, director del Programa de Desórdenes Bipolares del Hospital Clínico de Barcelona, el manejo de los episodios mixtos en estos pacientes es "un reto". "La actualización del DSM-V ha pasado de una definición categorial a una dimensional, de manera que en vez de decir que un estado mixto es una enfermedad, se define ahora como un subtipo de manía o de depresión", ha explicado.

En su opinión, de este modo, se permite caracterizar mejor la presencia de síntomas depresivos asociados, que llevarán a que el psiquiatra preste más atención al riesgo de suicidio. "También tendrá que tener en cuenta qué fármacos cuentan con mejores datos en pacientes mixtos. De este modo, vamos hacia una Medicina personalizada aunque tenemos que utilizar marcadores clínicos, porque en psiquiatría todavía no tenemos buenos biomarcadores, que es el siguiente reto que tenemos pendiente", ha añadido.

En este sentido, Lundbeck presentó en el Congreso los resultados de un análisis post hoc que asenapina tiene un efecto tanto en los síntomas maniacos como en los depresivos en los pacientes con trastorno bipolar tipo I que sufren episodios mixtos.

Los análisis utilizaron datos agrupados de dos ensayos clínicos randomizados, doble ciego con dosis flexible, de tres semanas de duración y que fueron controlados con placebo y olanzapina respectivamente así como con un estudio de extensión doble ciego de nueve semanas controlado con placebo. Los datos más relevantes fueron cambios en la escala YMRS a la tercera semana de asenapina comparada con placebo, sin diferencia significativa con olanzapina.

Asenapina también fue significativamente superior a placebo en cambios desde la situación basal a la puntuación total MADRS a la semana tres. La diferencia entre olanzapina y placebo no fue estadísticamente significativa.

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