jueves, 18 de octubre de 2012

Hacia un protocolo único en el manejo de quemados - DiarioMedico.com

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Protocolo asistencial para emergencias

Hacia un protocolo único en el manejo de quemados

Sanitarios del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, de los bomberos y del 061-EPES, unifican criterios para el abordaje del paciente quemado.
Carmen Cáceres | dmredaccion@diariomedico.com   |  18/10/2012 00:00

César Pinto, jefe de Sección Sanitaria de Bomberos; Francisco Bonilla, coordinador médico de EPES; Francisco J. Torrubia, director gerente; José M. Domínguez, jefe de Sección de Cuidados Críticos y Urgencias; Francisca Miralles, coordinadora de la Unidad
César Pinto, jefe de Sección Sanitaria de Bomberos; Francisco Bonilla, coordinador médico de EPES; Francisco J. Torrubia, director gerente; José M. Domínguez, jefe de Sección de Cuidados Críticos y Urgencias; Francisca Miralles, coordinadora de la Unidad de Quemados; y Antonio Fornelino, subdirector médico del Virgen del Rocío. (Carmen Cáceres)

Dado el elevado riesgo de mortalidad de los pacientes quemados, es esencial contar con la información y el tratamiento adecuado. Por eso, profesionales sanitarios del cuerpo de bomberos de Sevilla, 061-EPES y las Unidades de Cuidados Críticos y Urgencias, y de Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, han puesto la primera piedra para desarrollar un documento conjunto de continuidad asistencial.

Un paciente quemado es un paciente traumatizado. Tanto es así que el personal prehospitalario tiene que ser consciente de la trascendencia del abordaje sanitario en las 24 primeras horas desde que se produce un siniestro. Según José María Domínguez Roldán, jefe de Sección de Cuidados Críticos y Urgencias del Virgen del Rocío, el manejo debe ser lo más adecuado posible para el pronóstico posterior del paciente y la mejora de su morbimortalidad.


Tratamiento
Algunas cifras revelan que los incendios suponen un 30 por ciento de las actuaciones que realizan los bomberos, y entre el 50 y el 75 por ciento de la mortalidad a consecuencia de un incendio se debe a la inhalación de humo. Por tanto, la clave está en atender lo antes posible al paciente in situ, suministrando al hospital los datos sobre qué ha ocurrido en el lugar de los hechos para intentar saber qué lesiones -no solamente cutáneas- pueden padecer. En este sentido, interesan, sobre todo, las lesiones pulmonares, las intoxicaciones sistémicas globales y saber si ha habido o no explosión. "La inhalación de humo puede tener consecuencias en todo el organismo y, por eso, los factores susceptibles de dañar el pulmón o producir intoxicaciones son una información relevante en la toma de decisiones terapéuticas una vez que el paciente está en la UCI".

Todos los niveles asistenciales que han participado en la I Jornada de Actualización sobre el Manejo de Quemados, celebrada en el del Virgen del Rocío, con el fin de elaborar el protocolo único, han coincidido en que el tratamiento debe ser temprano, homogéneo y coherente durante todo el proceso de asistencia a los pacientes, "lo que justifica que queramos estar en completa comunicación todos los profesionales sanitarios de Cuidados Críticos y Urgencias, de Quemados, de los bomberos y del 061-EPES, para que el tratamiento sea el mismo", ha dicho Domínguez.

En este sentido, Francisca Miralles, del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del centro, ha manifestado que, en algunas situaciones, o nadie se hace cargo del paciente de forma integral o no se hace correctamente. Por eso, "hay que trabajar en común para sacarlos adelante porque son personas que pueden recibir la mayor agresión y, a pesar de todo, sobrevivir. De nosotros depende".

Por otro lado, Francisco Bonilla Quintero, médico del 061-EPES Sevilla, ha resaltado que el tratamiento empieza desde el momento de la quemadura, ya que el paciente en muchas ocasiones está en estado crítico desde el minuto uno y, por tanto, la atención temprana en todo el proceso de reposición de fluidos, analgésicos e intubación es vital.

A pesar de que la inhalación de humo incrementa en torno a un 40 ó 50 por ciento la mortalidad de los quemados, Domínguez está convencido de que a raíz de este documento habrá una mejoría considerable de los pacientes y que la organización y coordinación marcarán un hito en la supervivencia. "Lo que es seguro es que su impacto positivo en la salud, tanto en supervivencia como en intentar evitar posteriores secuelas, será notable".


MejorasLa falta de comunicación fluida entre los cuatro niveles asistenciales "posiblemente se debe a que son empresas diferentes trabajando con el mismo paciente: los bomberos que dependen del Ayuntamiento, el 061, sujeto a la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) y las dos Unidades que pertenecen al Virgen del Rocío", ha explicado Domínguez.

Por eso, las mejoras que se introducirán, además de favorecer el trabajo sincronizado, irán encaminados a realizar un diagnóstico temprano de las intoxicaciones por humo para reducir la mortalidad, asegurar la respiración y la intubación sobre la vía aérea del paciente -una tarea que podría hacer el 061 o el personal sanitario de bomberos- y por último, saber cuándo un paciente debe ir urgentemente a un hospital con unidad de quemados o a otro de primera atención a quemados. Aunque este protocolo se aplicará en un principio en siniestros registrados en Sevilla y provincia, su deseo es hacerlo extensible a Andalucía y a nivel nacional.


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