miércoles, 17 de abril de 2013

Enfermedad de Parkinson :: El Médico Interactivo :: "Nuestra batalla en el Parkinson es detener su progresión y convertirla en una enfermedad crónica"

:: El Médico Interactivo :: "Nuestra batalla en el Parkinson es detener su progresión y convertirla en una enfermedad crónica"

"Nuestra batalla en el Parkinson es detener su progresión y convertirla en una enfermedad crónica"

Pamplona (17/04/2013) - Nekane Lauzirika

José Ángel Obeso, investigador del CIMA, aboga por técnicas de imagen fidedignas que permitan objetivar los cambios precoces que se dan en la dolencia, en un Simposio sobre la Enfermedad de Parkinson que ha reunido en Pamplona a los más destacados investigadores en esta patología y que ha contado con el patrocinio de Lundbeck

"La gran batalla que tenemos los investigadores básicos y clínicos en la Enfermedad de Parkinson es detener la progresión y convertirla en una dolencia crónica; es un reto y un objetivo asequible. En este momento, además, el arsenal farmacológico del que disponemos permite a estos pacientes vivir muchos años sin síntomas", explicó José Ángel Obeso Inchausti, especialista del Departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) y alma mater del Simposio sobre la Enfermedad de Parkinson que ha reunido en Pamplona a los más destacados investigadores del mundo en esta patología.
El experto apostó por contar con técnicas de imagen muy fidedignas que permitan objetivar los cambios precoces que se dan en la patología antes de que debuten los primeros síntomas. "Hay que detectar el Parkinson en esa fase precoz con pruebas muy específicas y sensibles"·, aseveró. En la actualidad se realizan pruebas diagnósticas para medir la dopamina en el cerebro, bien con el DAT Scan o con la PET con F-Dopa, prueba que sólo se realiza en la CUN en un 10 por ciento de pacientes, principalmente jóvenes. "Se precisan mejores pruebas que faciliten un verdadero estadiaje y análisis de subtipos", recalcó.
El doctor Obeso dirigió el encuentro internacional, auspiciado por la compañía farmacéutica Lundbeck, la única del mundo dedicada exclusivamente a investigar y desarrollar fármacos para las enfermedades del sistema nervioso central (SNC), en el que se hizo balance de los últimos 30 años del Parkinson y donde la élite de la investigación de esta patología compartió opiniones sobre cómo entender el origen y los mecanismos por los que esta enfermedad progresa.
Con la perspectiva de estas tres décadas, Obeso aseguró que la Enfermedad de Parkinson es "mucho menos invalidante que hace 30 años. Ahora se aprecia una notable mejora en la gravedad de los problemas motores de los pacientes, debido al mejor uso de los fármacos para reponer el déficit de dopamina y a las formas de reponerla. También ha influido la aplicación del tratamiento quirúrgico, que aminora ese tipo de problemas".
Para el especialista de la CUN, es indudable que los pacientes de hoy después de 10 ó 15 años de evolución están muchísimo mejor que los de hace tres décadas años. "Eso es porque los tratamientos son más eficaces y los pacientes sufren menos secuelas asociadas a los síntomas de la patología. El problema de fondo es que no hay un tratamiento definitivo para retrasar la progresión de la pérdida neuronal".
Mayor expectativas de vida
Sin embargo, un mejor control de los síntomas se ha traducido en "un aumento de la expectativa de vida de los pacientes, prácticamente igual que la población general. Esto da lugar a que los pacientes envejezcan con la enfermedad de Parkinson y genera una situación nueva. Además, ninguna otra enfermedad neurodegenerativa permite envejecer, bien porque acortan la esperanza de vida o aparecen en edades muy tempranas", añadió el doctor Obeso.
A nivel neurológico, el Parkinson se define como la pérdida de neuronas en una parte concreta del cerebro, que es la sustancia nigra. Dichas células fabrican dopamina, por lo que pérdida va acompañada por un déficit de esta sustancia. A medida que aumentan los años de evolución y la edad de la persona, este proceso degenerativo se hace menos limitado y la patología se extiende a otras partes del sistema nervioso central (SNS). "La cuestión es saber por qué causas esas neuronas son vulnerables y el proceso de muerte neuronal se extiende a otras zonas del sistema nervioso", sentenció Obeso, investigador del área de Neurociencias del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA) y catedrático de Neurología de la Facultad de Medicina de la misma universidad.
Síntomas predictivos
El neurólogo se refirió también a los síntomas que predicen la enfermedad. "Se sabe que dentro de un grupo de personas que tengan hiposmia (que huelan mal), la probabilidad de sufrir Parkinson es tres o cuatro veces superior a la del grupo de población normal. Lo mismo pasa con quienes padecen trastornos de conducta durante el sueño, que es una entidad reconocida. Estas personas que gritan, que tal vez pegan al de al lado, o se levantan... Este tipo de trastornos del sueño predicen una mayor probabilidad de tener esta patología neurológica. También hay otra serie de factores como el estreñimiento, depresión y pérdida de olfato, molestias musculares, dificultades para mover el ratón del ordenador o bien batir un huevo... Cada uno de estos síntomas por si solos no son preocupantes, pero cuando un paciente cuenta con más de uno debería considerarse la posibilidad de que fuera un Parkinson", recalco el especialista de la CUN.
Diecisiete años antes
Los investigadores sospechan que el Parkinson comienza su andadura décadas antes de que aparezcan los síntomas más característicos. "Cuando llegan a la consulta, las pruebas de imagen ya indican un déficit de dopamina superior al 70%", reconoció Obeso, al tiempo que aseguró que si dispusiera de 200 millones de euros los destinaría, entre otras cosas, al desarrollo de una nueva técnica de imagen más selectiva para el Parkinson, un sistema que marcase los cuerpos de Lewy. Estas inclusiones concéntricas típicas de la enfermedad, aparecen en la sustancia nigra del cerebro 17 años antes de que aparezcan los síntomas, según se ha podido ver en modelos experimentales de Parkinson", resaltó Obeso.
¿Controlados los síntomas patológicos motores externos  está todo resuelto? "Es cierto que los tratamientos controlan razonablemente bien esas manifestaciones mnotoras; sin embargo, no está todo resuelto porque la patología sigue progresando y ahora que, gracias a las terapias y los avances, los pacientes viven lo mismo que si no tuvieran Parkinson, la dolencia se ha hecho muy larga. Es habitual que la gente viva 20 o más años con Parkinson. Esto genera toda una serie de problemas nuevos a largo plazo que están derivados de que la enfermedad evoluciona durante muchos años y además se envejece a la vez, recalcó.
Sobre el actual arsenal farmacólogico, Obeso reconoció que permiten a los pacientes parkinsonianos llevar una vida activa relativamente normal, sobre todo en la primera década de la enfermedad.En la segunda década de evolución la vida social o laboral se puede ver limitada. Varía según las formas de la dolencia que pueden ser muy benignas o mucho más agresivas. Pero las personas pueden llegar a una edad de retiro razonablemente activas si se cuidan, hacen ejercicio, etc. Los graves problemas aparecen a partir de los 15 o 20 años de evolución de la patología",
Tratamientos paliativos
Actualmente, los tratamientos que se utilizan son paliativos "La cirugía (implantes de electródos o ablación) mejoran la calidad de vida, pero no resuelve el proceso progresivo de muerte neuronal. Creemos que la solución llegará de una combinación de medicamentos como se hace hoy contra el cáncer. Hay varios mecanismos por los que las neuronas son vulnerables, así que habrá que atacarlas de frente. Hoy por hoy, la rasagilina -fármaco considerado como terapia de elección en EP temprana y tardía- es el único medicamento que demuestra que mejora la evolución de la patología de Parkinson , aunque en el camino hay varios tratamientos prometedores", subrayó el experto.
Sobre si es pensable en un futuro cercano la utilización de células que regenerarán el campo dañado, el experto no lo descarta. "Lo que ocurre es que ahora mismo no hay indicios de que eso fuese a resultar eficaz. No se puede afirmar con rotundidad. Esto sería más probable en una enfermedad que fuera puramente genética, porque si uno sabe cuál es el trastorno genético que se produce, puede pensar que cualquier día podrá modificar esa alteración. En una patología en la que el componente genético ahora mismo no es tan alto, y en cualquier caso es múltiple, la posibilidad de modificar genéticamente las neuronas para que no se mueran no es fácil de ver cómo puede ocurrir. No digo que sea imposible", recalcó Obeso.
En relación a si el anuncio de Obama para elaborar el mapa del cerebro humano será la puerta definitiva para la curación del Parkinson, su respuesta es contundente: "No lo creo. De manera indirecta puede ayudar, pero eso que dice la televisión, desde mi punto de vista, es totalmente erróneo. Otra cosa es que esa sea una herramienta que nos venga muy bien para monitorizar una serie de procesos y entender mejor algunas cosas. Pero eso no va resolver ni el Alzheimer ni el Parkinson ni ninguna de estas, tal y como dice la propaganda televisiva. Eso es falso", remachó Obeso.

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