Fabricados ovarios bioartificiales que producen hormonas sexuales
Los dispositivos reaccionan en laboratorio a las condiciones del organismo animal
El País Madrid 1 ABR 2013 - 17:59 CET1
En vez de tomar pastillas de hormonas, implantarse las células que las producen. Ese es el objetivo final de un ensayo cuyos primeros pasos acaban de publicarse en Biomaterials: la fabricación de ovarios bioartificiales capaces de regular la producción de este especial tipo de proteínas relacionadas con los rasgos sexuales.
El trabajo que ha realizado un equipo del Centro Médico Baptista Wake Forest y que ha recibido fondos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) es solo el primer paso de lo que promete ser un largo camino: el encapsulamiento en un material biocompatible de células ováricas de dos tipos, las llamadas tecales y de la granulosa obtenidas, en este caso, de ratones. Esta etapa ya es de por sí bastante compleja: la cubierta tiene que ser lo suficientemente permeable como para que las células del interior reciban los estímulos externos necesarios para empezar a actuar, y también para que las hormonas así producidas (básicamente, estrógeno y progesterona) salgan. Pero, a la vez, la cubierta debe estar preparada para defender de una posible reacción inmunitaria, ya que si hubiera rechazo el futuro implante no sería operativo. También tienen que poder entrar el oxígeno y los nutrientes necesarios para mantener vivas las células, por supuesto.
En concreto, los investigadores han descubierto que con su dispositivo las células reaccionan a la exposición de las hormonas estimuladoras de la producción de folículos y de hormonas luteizantes, que son los reguladores de la producción de los estrógenos. Pero también segregaban progesterona y activina e inhibina, otras dos moléculas relacionadas con la regulación de las hormonas sexuales.
“Nuestro objetivo es desarrollar una terapia hormonal basada en un tejido o en células —lo que podría considerarse un ovario artificial— que proporcione hormonas sexuales de una manera más natural que los fármacos”, escribe en la nota que acompaña al artículo Emmanuel C. Opara, profesor de medicina regenerativa y autor sénior del estudio. “Un ovario bioartificial tiene el potencial de secretar hormonas de una manera natural en función de las necesidades del cuerpo, lo que evita que la paciente tenga que estar tomando pastillas al día”.
El trabajo que ha realizado un equipo del Centro Médico Baptista Wake Forest y que ha recibido fondos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) es solo el primer paso de lo que promete ser un largo camino: el encapsulamiento en un material biocompatible de células ováricas de dos tipos, las llamadas tecales y de la granulosa obtenidas, en este caso, de ratones. Esta etapa ya es de por sí bastante compleja: la cubierta tiene que ser lo suficientemente permeable como para que las células del interior reciban los estímulos externos necesarios para empezar a actuar, y también para que las hormonas así producidas (básicamente, estrógeno y progesterona) salgan. Pero, a la vez, la cubierta debe estar preparada para defender de una posible reacción inmunitaria, ya que si hubiera rechazo el futuro implante no sería operativo. También tienen que poder entrar el oxígeno y los nutrientes necesarios para mantener vivas las células, por supuesto.
En concreto, los investigadores han descubierto que con su dispositivo las células reaccionan a la exposición de las hormonas estimuladoras de la producción de folículos y de hormonas luteizantes, que son los reguladores de la producción de los estrógenos. Pero también segregaban progesterona y activina e inhibina, otras dos moléculas relacionadas con la regulación de las hormonas sexuales.
“Nuestro objetivo es desarrollar una terapia hormonal basada en un tejido o en células —lo que podría considerarse un ovario artificial— que proporcione hormonas sexuales de una manera más natural que los fármacos”, escribe en la nota que acompaña al artículo Emmanuel C. Opara, profesor de medicina regenerativa y autor sénior del estudio. “Un ovario bioartificial tiene el potencial de secretar hormonas de una manera natural en función de las necesidades del cuerpo, lo que evita que la paciente tenga que estar tomando pastillas al día”.
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