Investigadores de la UAM detectan que los metales pesados podrían empeorar el riesgo cardiovascular
Madrid (24/04/2013) - Redacción
El estudio se ha realizado en ratas sometidas a concentraciones ligeramente superiores (caso del mercurio) o incluso menores (caso del plomo) que las consideradas seguras en los seres humanos y proporciona una base científica importante para sospechar los posibles riesgos cardiovasculares en personas
Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), liderado por la científica Mercedes Salaices, y otras tres universidades brasileñas, han llegado a la conclusión de que "los metales pesados mercurio y plomo, podrían empeorar el riesgo cardiovascular incluso a concentraciones muy cercanas a los valores de referencia, que supuestamente son seguros en humanos" mediante los análisis y seguimientos realizados en el proyecto "Alteraciones cardiovasculares producidas por la exposición a metales pesados".
El objetivo del proyecto ha sido profundizar en los mecanismos intracelulares responsables de la toxicidad cardiovascular. Para ello, los investigadores utilizaron ratas de laboratorio y las expusieron a estos dos metales durante un tiempo determinado.
Las principales conclusiones a las que han llegado los científicos son dos. Que la exposición a mercurio, a dosis que dieron lugar a concentraciones plasmáticas cercanas a los valores de referencia fijados por las agencias internacionales, produce una importante disfunción endotelial en arterias coronarias, además del perjuicio de la función cardiaca debido a mecanismos adicionales relacionados con la homeostasis del calcio; Que la exposición al plomo, a dosis que dieron lugar a concentraciones en sangre por debajo de los que se encuentran en los seres humanos con exposición ocupacional al plomo y en tiempos cortos de exposición, produjo también daño cardiovascular.
Según el estudio, en las etapas iniciales de la exposición al plomo, se produjo un aumento de la presión arterial, entre otros efectos detectados.
Pero la principal novedad y consecuencia que se deriva de estos estudios es que los metales pesados estudiados podrían empeorar el riesgo cardiovascular incluso a concentraciones muy cercanas a los valores de referencia, que supuestamente son seguros en humanos, según la investigadora Mercedes Salaices.
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