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Institutos Nacionales de la Salud
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La contaminación atmosférica podría acelerar el endurecimiento de las arterias
Un estudio halló que las personas que se expusieron a los niveles más altos presentaron un mayor engrosamiento de los vasos sanguíneos
Traducido del inglés: miércoles, 24 de abril, 2013
Aunque esta exposición a concentraciones más altas de contaminación atmosférica podría aumentar el riesgo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, los investigadores comentaron que la reducción de dicha contaminación podría tener el efecto contrario.
El estudió contó con casi 5,400 personas de 45 a 84 años de edad de seis ciudades distintas de EE. UU. que no tenían ninguna enfermedad cardiaca. Los investigadores examinaron los niveles de contaminación en cada una de sus casas, y luego compararon los niveles con las medidas de ultrasonidos de sus vasos sanguíneos tomadas tras un intervalo mínimo de tres años.
Después de tomar en cuenta otros factores de riesgo, como fumar, los investigadores descubrieron que el grosor de la arteria carótida aumentó un promedio de 0.014 milímetros al año.
El engrosamiento de las dos capas internas de este vaso sanguíneo clave, que suministra sangre a la cabeza, el cuello y el cerebro, se produjo más rápidamente después de la exposición a concentraciones más altas de contaminación atmosférica de partículas finas. Los investigadores afirmaron que el grosor de la arteria carótida es un indicador de en qué medida la aterosclerosis está presente en las arterias a lo largo del cuerpo.
"Nuestros hallazgos nos ayudan a comprender cómo es que la exposición a la contaminación atmosférica puede causar un aumento de los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares observados en otros estudios", comentó en un comunicado de prensa la autora principal, Sara Adar, profesora asistente John Searle de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan.
Por otro lado, el estudio reveló que la reducción de la contaminación atmosférica de las partículas finas puede ayudar a ralentizar el engrosamiento de la arteria carótida.
"Vincular estos hallazgos con otros resultados de la misma población sugiere que las personas que viven en una zona más contaminada de la ciudad podría tener un riesgo un 2 por ciento más alto de accidente cerebrovascular que las personas que viven en una zona menos contaminada de la misma área metropolitana", indicó Adar en el comunicado de prensa.
"En caso de confirmarse en análisis futuros... estos hallazgos ayudarán a explicar las asociaciones entre las concentraciones [de pequeñas partículas] a largo plazo y los eventos cardiovasculares clínicos", escribieron los autores del estudio.
En respuesta a los hallazgos, Nino Kuenzi, de la Universidad de Basilea en Suiza, afirmó en un comunicado de prensa que el estudio "vuelve a respaldar una vieja solicitud planteada a los legisladores, a saber, que los estándares de aire limpio deberían cumplirse como mínimo con los niveles basados en los conocimientos científicos propuestos por la Organización Mundial de la Salud".
El estudio se publicó el 23 de abril en la revista PLoS Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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