más de 150.000 pacientes en España
Parkinson, una patología más allá del temblor
Mañana se celebra el Día Mundial de la enfermedad, con el objetivo de visibilizarla como una entidad tratable que afecta a 150.000 españoles.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 10/04/2013 00:00
Gurutz Linazasoro, presidente de Inbiomed; María Pujalte, colaboradora de la campaña 'Rompe con los mitos del Parkinson'; María Gálvez, directora general de la FEP, y María Jesús Delgado, presidenta de la FEP. (Luis Camacho)
El Parkinson no es una patología que afecte sólo a la población mayor, ni es mortal de necesidad, ni su síntoma principal es el temblor, ni el paciente está solo frente a la patología sin tratamiento. Estas asunciones son los mitos más comunes respecto a la enfermedad de Parkinson contra los que quiere luchar el Día Mundial de la patología, que se celebra mañana, además de dar más visibilidad a una enfermedad que afecta a más de 150.000 pacientes en España, de los que unos 30.000 no tienen aún un diagnóstico. La Federación Española de Parkinson (FEP) ha puesto en marcha ayer en Madrid una campaña para sensibilizar a la sociedad y desestigmatizar la patología, "que no sólo es temblor, sino también dolor, rigidez muscular y depresión, sus síntomas más invalidantes", según María Gálvez, directora de la FEP. Su tratamiento debe comprender una asistencia sociosanitaria que incluya terapia farmacológica, rehabilitadora y psicológica.
Reivindicaciones
"El Parkinson es una patología incurable, crónica, degenerativa e invalidante", explica María Jesús Delgado, presidenta de la FEP, entidad desde la que se reclama el derecho de los afectados a recibir el tratamiento que mejor les funciona. Según ella, en los mayores de 65, habitualmente polimedicados, "recetar por principio activo hace que cambien las formas y colores de las pastillas que toman, lo que produce un impacto negativo en la adherencia". Delgado y Gálvez han denunciado que sólo el 15 por ciento de los casos avanzados reciben el tratamiento adecuado -infusiones de apomorfina y levodopa o cirugía de estimulación cerebral profunda-, y la inequidad en el acceso a la terapia en las comunidades.
Linazasoro realiza dos clasificaciones de la patología, una respecto a la edad, y otra según los
signos."En los jóvenes, el origen puede deberse a la genética y no tanto al ambiente y al envejecimiento, mientras que en los mayores estos dos factores pueden ser los responsables". Además, en jóvenes el curso de la patología es más largo "y sus principales problemas serán motores o, como mucho, la aparición de trastornos del control de impulsos debidos al tratamiento con agonistas dopaminérgicos. En mayores, aparecerán demencia, caídas...". Por otro lado, en función de los síntomas con los que debuta, "las formas tremóricas son más benignas que las axiales en cuanto a evolución".
Linazasoro ha hecho hincapié en la necesidad de empoderar al paciente. "El mejor tratamiento para el Parkinson es el conocimiento. Saber adaptarse y convivir con la enfermedad, es ganarle el 50 por ciento".
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