Un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Institutos Nacionales de la Salud
Institutos Nacionales de la Salud
¿Se atiborra en los bufés? Hay algunas tácticas que le pueden ayudar a comer menos
Un estudio revela cómo las personas mantienen el control cuando se encuentran delante de porciones de comida inacabables y muchas opciones
Traducido del inglés: viernes, 19 de abril, 2013
Pero una nueva carta de investigación publicada en la edición de abril de la revista American Journal of Preventive Medicine sugiere dos estrategias que pueden ayudar a los que siguen una dieta a sobrevivir a un bufé: Tomar un plato más pequeño y dar vueltas por el bufé antes de elegir qué comer.
Los bufés tienen dos cosas que inquietan a los nutricionistas: las porciones ilimitadas y una multitud de opciones. Ambas cosas pueden aumentar la cantidad de calorías que se toman en una comida.
"La investigación muestra que al estar delante de una variedad de comida en un momento dado, las personas tienden a comer más. Es la tentación de querer probar una variedad de alimentos lo que hace que resulte particularmente difícil no comer demasiado en un bufé libre", afirma Rachel Begun, dietista registrada y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics). Begun no participó en el nuevo estudio.
Aun así, algunas personas no comen demasiado en los bufés libres y eso hizo que el autor del estudio, Brian Wansink, director del laboratorio de alimentos y marcas de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, se preguntara cómo lo consiguen.
"A menudo se dice que la única manera de no comer demasiado en un bufé libre es no ir", comentó Wansink, psicólogo que estudia los estímulos ambientales relacionados con comer demasiado. "Pero hay un montón de personas en los bufés que son muy delgadas. Nos hicimos esta pregunta: ¿Qué es lo que las personas delgadas hacen en los bufés libres que las que tienen más peso no hacen?".
Wansink trabajó con un equipo de 30 observadores cualificados que recolectaron información meticulosamente sobre los hábitos de alimentación de más de 300 personas que acudieron a 22 restaurantes chinos con bufé libre en seis estados.
Situados en una esquina desde donde poder ver de forma discreta, los observadores comprobaron 103 cosas distintas en la conducta de las personas en el bufé. Recopilaron información acerca de con quién estaban los comensales y dónde se sentaron: cerca o lejos del bufé, en una mesa o en un reservado, de cara o de espaldas al bufé. Los observadores también tomaron nota del tipo de cubiertos que utilizaron (tenedores o palillos chinos), si pusieron la servilleta en su regazo e incluso cuántas veces masticaron un solo bocado de comida.
También se les entrenó para que estimaran el índice de masa corporal, o IMC, de una persona a simple vista. El índice de masa corporal es la proporción del peso de una persona con respecto a su estatura, y los médicos lo usan para estimar si una persona tiene sobrepeso.
Los resultados del estudio revelaron que había diferencias clave en el modo en que las personas más delgadas y con mayor peso se comportaban en un bufé libre.
"Las personas delgadas tienen más probabilidades de primero ver toda la comida. Tenían más probabilidades de observar las distintas alternativas antes de decidirse por algo", afirmó Wansink. "Las personas con un mayor peso tienden a agarrar el plato, mirar cada cosa y preguntarse: '¿Quiero esto? Sí o no'".
En otras palabras, aclaró Wansink, las personas delgadas tienden a preguntarse qué platos quieren de todos los ofrecidos, mientras que las personas con más peso se preguntan si quieren cada uno de los alimentos, uno por uno.
Las delgadas también tenían unas siete veces más probabilidades de escoger platos más pequeños, si había disponibles, que las personas con más peso.
Esas conductas también parecieron ayudar a las personas a comer menos. Las personas que primero se pasearon por el bufé y usaron un plato más pequeño también realizaron menos viajes al bufé, independientemente de su peso.
Wansink afirmó que hubo otras diferencias en el modo de actuar entre las personas más delgadas y las de más peso. Las delgadas se sentaron alrededor de 16 pies (unos 4.87 metros) más alejados del bufé, en promedio, que las personas con más peso. También masticaron la comida un poco más de tiempo: los que tenían un peso normal, unas 15 veces por bocado, en comparación con los que tenían sobrepeso, con unas 12 veces.
Esas conductas no se asociaron con ir menos veces al bufé, pero los investigadores piensan que podrían ser hábitos que ayudan a las personas más delgadas a regular su peso.
"Lo interesante fue que casi todos estos cambios eran inconscientes para las personas que los realizaban", afirmó Wansink. "Fundamentalmente se vuelven hábitos a lo largo del tiempo".
Un experto en nutrición que no participó en el estudio alabó la investigación, pero puso en duda si estas estrategias podrían realmente servir de suficiente ayuda.
"Como todas las observaciones de Wansink, son perspicaces y útiles", afirmó el Dr. David Katz, director del Centro de Investigación y Prevención de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut. "Pero, en cierto modo, son como buscar las razones por las que algunas personas se mojaron antes que otras cuando se hundió el Titanic. La cuestión principal era: el barco se hundía, y todos estaban a bordo".
Katz señaló que el mejor consejo para las personas que siguen dietas podría ser evitar las tentaciones de los bufés libres, desde el principio. "Por todos los medios, tener en cuenta el lugar en que se está y elegir un plato pequeño", afirmó. "Pero, mejor todavía, evite los bufés libres del todo".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
(c) Derechos de autor 2013, HealthDay
- Más noticias de salud en:
- Control de peso
No hay comentarios:
Publicar un comentario