martes, 30 de diciembre de 2014

La tos no es un enemigo que se deba eliminar - DiarioMedico.com

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RECOMENDACIONES PARA EL INVIERNO

La tos no es un enemigo que se deba eliminar

La utilización de los métodos no farmacólogicos, como la utilización de substancias balsámicas y emulgentes, se trata de uno de los principales puntos de reflexión.
Miguel Ángel Romero | miguelangel.romero@unidadeditorial.es   |  30/12/2014 09:00
 
 

"La tos es un proceso fisiológico de expulsión de los agentes que dañan el aparato respiratorio no tratemos la tos como si fuera un enemigo a eliminar", afirma Monsterrat Moral, vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) Cataluña.
La llegada del invierno trae consigo un gran auge en el aumento de la tos en la población. El organismo reacciona generando más moco para proteger el sistema, que lleva al aumento de la tos para favorecer la eliminación del moco y del agente casual del problema, "un factor que con el frío intenso, los ambientes cargados de humo y los microorganismos infecciosos, lo hace más habitual", como explica Moral.
El usuario puede enfrentarse a dos tipos de tos con distintos tratamientos. Por un lado, existe la tos irritante y no productiva, a la cual se le indicarían antitusígenos, como el dextrametorfano o la codeína. Mientras que, por otro lado, para la tos expectorante y productiva, el tratamiento indicado sería con mucolíticos y/o expectorantes. En estos casos, también existen "medicamentos que incorporan vasoconstrictores y/o antihistamínicos en su composición" para eliminar que existan una mucosidad excesiva, explica Montserrat.
Por otro lado, Mercedes Ricote, coordinadora del Grupo de Trabajo de Gestión del Medicamento y Seguridad del Paciente de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria (Semergen), afirma que "la etiología y gravedad de la tos es muy variable" y distingue entre la tos aguda, la subaguda y la crónica. La tos aguda comienza de una manera repentina, en muchas ocasiones provocada por un resfriado, una gripe o una infección sinusal, que generalmente desaparece a las tres semanas. Por otro lado, la tos subaguda tiene una duración de entre tres a ocho semanas y la crónica dura más de tres semanas.
La tos aguda se produce generalmente "en el contexto de infecciones víricas de las vías aéreas superiores y con menos frecuencia bacterianas", cuyas mayores causas se encuentran en el catarro común, la sinusitis bacteriana, la neumonía, la insuficiencia cardíaca congestiva o el asma, entre otros, según Ricote.
Aparte de esto, los métodos no farmacológicos siempre se han encontrado como uno de los puntos de reflexión acerca de la tos, recomendándose como coadyuvantes. Algunos de los más habituales son beber de manera continua agua, la utilización de substancias emulgentes y balsámicas, como caramelos de menta, o los vahos y lavados nasales o cualquier sistema que humidifique el medio, entre otros.
Además, Ricote sostiene que las causas más frecuentes de fracaso terapéutico de la tos son "el mal cumplimiento terapéutico o tiempo insuficiente de tratamiento y el uso de fármacos ineficaces como antihistamínicos", así como que los pacientes no suelen diferenciar entre los tipos de tos.

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