lunes, 5 de enero de 2015

Los pacientes anémicos mueren más por síndrome coronario agudo pero están fuera de las guías de práctica clínica, señala la SEC :: El Médico Interactivo :: Los pacientes anémicos mueren más por síndrome coronario agudo pero están fuera de las guías de práctica clínica, señala la SEC

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Los pacientes anémicos mueren más por síndrome coronario agudo pero están fuera de las guías de práctica clínica, señala la SEC



Madrid (20-05/01/2015) - Redacción

• Tres de cada cien pacientes que ingresan por SCA presentan anemia severa: éstos tienen una mortalidad intrahospitalaria superior al diez por ciento y más de la mitad muere al cabo de los tres años; no está demostrado el beneficio del abordaje habitual que recomiendan las guías

• Investigadores del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela han analizado su experiencia en el manejo de este tipo de pacientes: la mortalidad intrahospitalaria no varía, con independencia del tipo de revascularización realizada

Los pacientes anémicos que han sufrido un síndrome coronario agudo (SCA) tienen un alta mortalidad. Así lo verifica la carta científica publicada recientemente en Revista Española de Cardiología (REC), que demuestra cómo más del diez por ciento de estos pacientes fallece durante la fase intrahospitalaria, tanto si se manejan mediante intervencionismo coronario percutáneo (ICP) como si no, y que más de la mitad de los pacientes mueren al cabo de tres años.
Actualmente, la mayoría de los pacientes con síndrome coronario agudo (SCA), es decir aquellos que han sufrido un infarto agudo de miocardio o una angina de pecho inestable, se someten a un cateterismo para valorar las arterias coronarias, considerando la revascularización en aquellos casos con lesiones estenóticas. Muchas de estas lesiones se solucionan mediante el implante de un stent (angioplastia), procedimiento tras el cual el paciente debe recibir una terapia con dos antiagregantes para evitar que el stent se trombose, aumentando con ello el riesgo de presentar un evento hemorrágico.
Pero existen ciertos grupos de pacientes sobre los cuales no está del todo demostrado el beneficio de la revascularización mediante ICP, como es el caso de los pacientes anémicos con SCA, sobre los que este tipo de abordaje podría aumentar su riesgo.
"Un tres por ciento de los pacientes que ingresan en nuestro hospital por síndrome coronario agudo (SCA) presenta anemia severa (<10g/dl de hemoglobina en sangre)", destaca el Dr. Sergio Raposeiras, coautor del artículo y miembro del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Santiago de Compostela (CHUS).
"Ante una situación así, el profesional sanitario siempre se plantea si intenta realizar o no la revascularización de forma percutánea y colocar un stent, ya que la doble antiagregación supone un problema ante el riesgo de sangrado y de mortalidad. Además, si se retira la doble antiagregación luego también aumenta el riesgo de trombosis del stent o de un evento coronario", añade el especialista.
Estudio en el CHUS
Con el objetivo de verificar cuál es la estrategia terapéutica de elección más oportuna para este grupo de pacientes y comprobar si los resultados de mortalidad intrahospitalaria varían entre el abordaje con o sin intervención coronaria percutánea, investigadores del CHUS han realizado un análisis retrospectivo de su experiencia en el manejo de este tipo de pacientes para poder sacar algunas conclusiones sobre el tratamiento que deben de recibir estos pacientes que, como indica el Dr. Raposeiras, "están fuera de las guías de práctica clínica, ya que son pacientes que no se incluyen normalmente en los ensayos clínicos".
Así, se analizaron los datos del registro CardioCHUS, que incluye a 4.443 pacientes ingresados por un SCA, de los cuales 3.689 sufrieron un SCA sin elevación del segmento ST y, de éstos el 21 por ciento (765) tenía anemia moderada (hemoglobina <12 g/dl las mujeres y <13 g/dl los varones), y el tres por ciento anemia grave, definida como cifras de hemoglobina <10g/dl.
En cuanto al perfil de estos pacientes y en comparación con los pacientes sin anemia grave, se observó que los pacientes con hemoglobina <10 g/dl eran de más edad (73,6 frente a 67,5), tenían más diabetes (el 59,6 frente al 29,2 por ciento), más hipertensión (el 72,5 frente al 60,3 por ciento), más arteriopatía periférica (23,9 frente al 10,3 por ciento), el 25 por ciento tenía insuficiencia renal crónica y un siete por ciento de los pacientes tiene antecedentes de cáncer.
Analizando la causa de la anemia de estos pacientes que estaban en situación severa, se observó que en un 30 por ciento de los casos la anemia fue debida a un sangrado activo manifiesto en el momento del ingreso (la mayor parte de origen digestivo).
Se sometió a cateterismo el 69 por ciento de los pacientes y los resultados mostraron que no hubo diferencias (en cuanto a edad, sexo, diabetes, hipertensión, etc.) entre los pacientes sometidos mediante abordaje invasivo y los de manera conservadora (sin cateterismo). En casi la mitad de los pacientes sometidos a cateterismo se realizó intervencionismo coronario percutáneo (ICP), implantándose un stent convencional en la inmensa mayoría de estos pacientes.
Los resultados mostraron que la mortalidad intrahospitalaria de los pacientes con anemia grave que han sufrido un SCA es del 11,9 por ciento mientras que la de los pacientes sin anemia es de un 2,8 por ciento y la de los pacientes con anemia moderada es del ocho por ciento. "Se trata de pacientes que tienen una alta mortalidad, ya que se ha visto que más del diez por ciento fallece durante la fase intrahopitalaria, con los mismos resultados tanto si se manejan mediante intervencionismo percutáneo como si no, y, en cuanto a la mortalidad a largo plazo, se ha visto que más la mitad de los pacientes mueren al cabo de tres años", destaca el cardiólogo.
"Lo más importante que observamos fue que el intervencionismo en la fase aguda no suponía ningún cambio en el pronóstico de los pacientes, de tal forma que lo que se puede traducir es que, inicialmente, a lo mejor vale la pena pararse antes de tomar la decisión de colocar directamente el stent. Pararse para averiguar la causa de la anemia severa y, luego, si ello se corrige, plantearse si realizar el intervencionismo, ya que se ha visto que realizarlo o no, no supone un cambio en el pronóstico intrahospitalario de estos pacientes, esta sería la situación ideal", señala como conclusión del trabajo el Dr. Sergio Raposeiras.

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