domingo, 3 de mayo de 2015

La Universidad de Panamá patenta su primera vacuna - Investigación y Desarrollo

La Universidad de Panamá patenta su primera vacuna - Investigación y Desarrollo







LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ PATENTA SU PRIMERA VACUNA

EL .


Cuando la investigadora Argentina Ying presentó una solicitud de financiamiento ante la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) de Panamá para llevar adelante su proyecto le dijeron que en ese momento no era prioridad. En 2005, volvió intentarlo, esta vez con más suerte, pues le aprobaron 20 mil como capital semilla.
Este recurso era ínfimo comparado con el costo de las investigaciones. Por ejemplo, la que se realizó con el mosquito transgénico costó 620 mil. Antes de enviar la solicitud a la Senacyt, Ying había asistido a un conversatorio con un asesor de la Unión Europea que promovía las investigaciones innovadoras en la Ciudad del Saber.
Ying menciona que, para esos años, las vacunas para organismos complejos no eran comunes. La mayoría era contra virus y bacterias. De un estudio de la Facultad de Economía extrajo un dato: las infecciones de tejidos representaban 13 millones en pérdidas a los ganaderos cada año.
En resumen, la investigadora buscaba disminuir las pérdidas ocasionadas por los tórsalos, como se les conoce a estas infecciones. Vinieron los recorridos para la recolección de las muestras. Tras el trabajo de laboratorio, detectaron una proteína que era reconocida por los sueros de los animales afectados. Este hallazgo se transformó en vacuna y fue patentado entre las dos universidades que realizaron el proyecto: la Universidad de Panamá (UP) y la Universidad de Granada.
La docente señala que la inyección está en fase experimental. Hay que continuar probándola en más animales para proceder a la comercialización del producto. Esta última etapa, reconoce, ya no es parte suya sino del centro universitario, que podría asociarse con empresas para la producción a gran escala del fármaco.
Importancia de la investigación
Ying perteneció al Club de Ciencias de su colegio, el Instituto Justo Arosemena. Aquella actividad estudiantil despertó su curiosidad por la salud. En la universidad optó por la carrera de Biología con especialización en Tecnología Médica. Luego hizo estudios de maestría en Entomología Médica. Se ha dedicado a la docencia y la investigación. “La universidad que no investiga es un ‘escuelón' que repite lo que otras han hecho”, comenta.
Sostiene que vivimos en la época del conocimiento, y ese conocimiento tiene un valor comercial. “Esta es la primera patente que tiene la UP como resultado de una investigación. Se han patentado marcas o libros, pero es la primera vez que se patenta el resultado de una investigación”, relata.
Ying comparte que ha hecho lo que llaman vida universitaria: “Estar en el campus aunque no se tenga clases y hacer cursos colegiados”. Durante su carrera ha estudiado si las cucarachas tenían algo que ver con el cólera y si el Aedes albopictus también transmitía el dengue y otro trabajo con una bacteria que se encuentra en los insectos y causa diversas alteraciones en estos seres.
La vacuna
-Logró disminuir la infección de los tejidos en un 86 por ciento.
-Los animales vacunados con la fórmula desarrollada en la UTP no registraron la enfermedad.
-La investigadora está a la espera de más fondos para ampliar la cobertura de las pruebas.
Fuente: La Estrella de Panamá / Carlos Atencio

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