lunes, 11 de mayo de 2015

Las claves de activación del tejido adiposo pardo abren expectativas en la lucha contra la obesidad - DiarioMedico.com

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XXX CONGRESO

Las claves de activación del tejido adiposo pardo abren expectativas en la lucha contra la obesidad

"Podemos cultivar y diferenciar tejido adiposo pardo de células madre mesenquimales y, a partir de ahí, se está investigando y desarrollando la posibilidad de implantar células de ese tejido en un individuo obeso para aumentar su gasto energético".
Enrique Mezquita. Valencia | dmredaccion@diariomedico.com   |  11/05/2015 00:00
 
 

Ángel Gil
Ángel Gil, presidente de Finut. (DM)
El tejido adiposo pardo almacena lípidos y presenta un elevado contenido de mitocondrias, siendo su función la de utilizar este segundo elemento para generar energía y disiparla en forma de calor. Aunque en animales está bien descrito, su presencia en humanos parecía reducida a neonatos, de los cuales desaparecía rápidamente. En 2007 aparecieron investigaciones que corroboraron, a partir del estudio de tumores de cuello y cabeza, que el ser humano la presenta en cantidades apreciables en la zonas supraclavicular, intercostales y paravertebrales. Según Ángel Gil, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, "se ha comprobado que su función básica es disipar energía al ingerir alimentos, pero también que los individuos obesos, independientemente de su edad, presentan una menor cantidad o se activa en menor medida".
Gil, ponente en el XXX Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral, celebrado en Alicante, ha hecho hincapié en que las implicaciones son claras: "Si somos capaces de activarlo, eso se traduciría en un gasto energético mayor y éste puede continuar por un cierto tiempo con independencia de que se haga actividad física o no". Por ello, las líneas de investigación a nivel de biología molecular y celular se basan en conocer los mecanismos por los cuales se activa el tejido adiposo pardo en el humano.
"Todo apunta a que, durante el ejercicio, el músculo produce determinadas sustancias -por ejemplo, la irisina o el aminoácido beta aminoisobutírico-, que pasan a la circulación sistémica y pueden actuar sobre otros tejidos, especialmente sobre el adiposo, activándolos". El grupo de Gil está desarrollando el proyecto Actibate, financiado por el FIS, que analiza cómo el ejercicio de distintas intensidades es capaz de activar el tejido adiposo pardo, "lo cual confirmaría que el beneficio de la actividad física va más allá del gasto energético por sí misma". Por el momento, los resultados muestran que el ejercicio es capaz de activar ciertos genes, lo que se traduce en una mayor actividad de ese tejido.
Ya en medicina
Los conocimientos e implicaciones se multiplican. En la actualidad, "podemos cultivar y diferenciar tejido adiposo pardo de células madre mesenquimales y, a partir de ahí, se está investigando y desarrollando la posibilidad de implantar células de ese tejido en un individuo obeso para aumentar su gasto energético". Gil ha hecho hincapié en que los estudios han mostrado que ya es viable, y en animales la implantación de tejido aumenta de forma significativa el gasto energético. Por ello, se está investigando hasta qué punto esta tecnología puede utilizarse en la clínica.

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