Traducido del inglés: miércoles, 16 de diciembre, 2015
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
MARTES, 15 de diciembre de 2015 (HealthDay News) -- Las personas mayores que contraen el doloroso sarpullido conocido como culebrilla parecen enfrentarse a un aumento a corto plazo en el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) o ataque cardiaco, indica una investigación reciente.
Los hallazgos se basan en el seguimiento de la salud cardiaca de más de 67,000 pacientes de culebrilla recién diagnosticados que tenían a partir de los 65 años de edad.
El análisis reveló que el riesgo de ACV se multiplicó por más de dos en la primera semana tras un diagnóstico de culebrilla, y que el riesgo de ataque cardiaco también aumentó, aunque no tanto. El riesgo de ambas afecciones pareció volver a la normalidad en un plazo de seis meses.
"El estudio resalta el momento en que los pacientes de culebrilla podrían tener la máxima vulnerabilidad", explicó la autora del estudio, Caroline Minassian, investigadora de la facultad de epidemiología y salud de la población de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en Inglaterra.
"Si sabemos en qué momento es más probable que sucedan esos eventos, esto podría potencialmente ayudar a prevenir ACV y ataques cardiacos en las personas mayores", añadió.
Minassian y sus colaboradores reportaron sus hallazgos en la edición del 15 de diciembre de la revista PLOS Medicine.
La culebrilla es provocada por el mismo virus que causa la varicela, el herpes zóster. Cualquiera que haya sufrido de varicela se enfrenta a cierto riesgo de contraer culebrilla, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE. UU. Más de un millón de estadounidenses contraen la enfermedad cada año, apuntaron los investigadores.
Muchos de ellos son personas mayores, que por lo general son diagnosticados tras el inicio de un dolor entre leve y grave con sensación de quemazón u hormigueo en un lado del cuerpo. Los sarpullidos y ampollas que surgen son tratables con antivirales. Además, una vacuna (Zostavax) que salió al mercado en 2006 puede reducir el riesgo de culebrilla a la mitad, al mismo tiempo que reduce significativamente la gravedad de los síntomas cuando la culebrilla ataca.
El estudio se enfocó en casi 43,000 asegurados de Medicare diagnosticados con culebrilla y un ACV entre 2006 y 2011. También se incluyó a unos 24,000 pacientes de culebrilla que experimentaron un ataque cardiaco en el mismo periodo.
La edad promedio de los pacientes fue de 80 años, alrededor de dos tercios eran mujeres y más o menos el 90 por ciento eran blancos. Muy pocos (entre un 2 y un 3 por ciento) habían recibido la vacuna contra la culebrilla antes del diagnóstico, señalaron los autores del estudio.
Se siguieron los casos de ACV y ataque cardiaco en cinco periodos distintos en el año tras el diagnóstico de culebrilla: a una semana, entre las dos y las cuatro semanas, entre las cinco y las 12 semanas, entre las 13 y las 26 semanas, y a los seis meses.
En comparación con el riesgo del paciente antes de un diagnóstico de culebrilla, se observó que el riesgo de ACV aumentaba "significativamente" durante hasta tres meses tras un diagnóstico de culebrilla. El mayor incremento (equivalente a un aumento de más del doble en el riesgo) ocurrió en la primera semana. Ese riesgo se disipó tras seis meses, hallaron los investigadores.
Un incremento en el riesgo de ataque cardiaco siguió una trayectoria similar: el riesgo casi se duplicó en la primera semana tras un diagnóstico de culebrilla, mostraron los hallazgos.
El equipo del estudio dijo que no hay evidencia de que la vacuna contra la culebrilla previniera o agravara el riesgo de ACV o ataque cardiaco.
"Pero este hallazgo amerita más investigación, debido al poco uso de la vacuna en la población del estudio", dijo Minassian.
En cuanto al motivo exacto de que la culebrilla amenace a la salud cardiaca, Minassian dijo que el estudio "no observó los mecanismos involucrados en las asociaciones". Y los hallazgos no prueban una relación causal entre el virus y los problemas cardiovasculares.
"Pero los motivos posibles podrían incluir el nivel general más alto de inflamación en el cuerpo asociado con una infección viral, o un daño en los vasos sanguíneos [inducido por el virus]", planteó. "Los aumentos agudos en la presión arterial relacionados con el dolor o el estrés asociados con la culebrilla también podrían tener un rol".
El Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California, en Los Ángeles, apuntó que el estudio de Minassian y sus colaboradores no es el primero en identificar un vínculo posible entre la culebrilla y un aumento general en el riesgo de problemas cardiacos.
Dijo que la diferencia es que "este nuevo estudio halla una asociación significativa poco tiempo después del inicio de la culebrilla".
Pero la culebrilla, señaló Fonarow, no es la única afección que tiene una aparente capacidad de minar la salud cardiovascular. La influenza, la neumonía adquirida en la comunidad y las infecciones del tracto urinario se han vinculado anteriormente con un aumento similar en el riesgo de complicaciones cardiacas, explicó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Caroline Minassian, Ph.D., research fellow, faculty of epidemiology and population health, London School of Hygiene & Tropical Medicine, London; Gregg Fonarow, M.D., professor, cardiology, University of California, Los Angeles; Dec. 15, 2015, PLOS Medicine
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