Traducido del inglés: miércoles, 24 de febrero, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
MARTES, 23 de febrero de 2016 (HealthDay News) -- Las tasas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) han aumentado en todo el mundo, y las expectativas no razonables que los adultos tienen de los niños pequeños podrían ser una de las razones, según unos investigadores.
En una publicación en la edición del 22 de febrero de la revista JAMA Pediatrics, los investigadores de la Universidad de Miami apuntan a las evidencias de que el aumento en los diagnósticos del TDAH coincidieron con el incremento en las exigencias con respecto a la atención y la concentración de los niños pequeños.
Desde los años 70, dijeron los investigadores, a los niños de escuela primaria se les están dando cada vez más tareas, y los preescolares han pasado más tiempo en los programas de día completo, y con mamá y papá enseñándoles a leer y los números.
Durante esos mismos años, la prevalencia de TDAH se duplicó en Estados Unidos.
Por supuesto, desde los años 70 han cambiado muchas otras cosas, y no es posible hacer responsable del aumento del TDAH a una sola tendencia, señaló el investigador principal, el Dr. Jeffrey Brosco, director asociado del Centro para el Desarrollo Infantil Mailman de la universidad. Su investigación solamente apunta a una asociación y no a una relación causal.
Pero, dijo Brosco, tiene sentido que el hecho de tener una presión académica mayor pondría las condiciones para que hubieran más diagnósticos de TDAH.
"Quizá usted tenga un hijo pequeño que tiene dificultades para prestar atención a cosas aburridas", dijo Brosco. "Eso solo es un problema si usted está intentando forzarle a que preste atención a cosas aburridas".
"En Estados Unidos", añadió, "hemos decidido que el aumento de las exigencias académicas a los niños es algo bueno. Pero en realidad no hemos pensado en los posibles efectos negativos".
Y una psicóloga infantil que no participó en el estudio se mostró de acuerdo en que hay una conexión "plausible" entre las expectativas académicas y los diagnósticos de TDAH.
No es que los deberes estén provocando el TDAH, dijo Stephanie Wagner, profesora asistente de psiquiatría infantil y adolescente en el Centro de Estudios Pediátricos Langone de la Universidad de Nueva York, en esa ciudad.
El TDAH es un trastorno "neurobiológico", dijo Wagner, lo que significa que se basa en el cerebro, y no es provocado por factores ambientales.
"Pero sabemos que el ambiente puede exacerbar los síntomas", añadió.
De modo que cuanto más tiempo los niños con un TDAH tengan que estar sentados, haciendo las tareas y sin la libertad para jugar, dijo Wagner, más dificultades tendrán, y más aparente les resultará eso a los adultos.
Según Wagner, a los niños con un TDAH normalmente les va mejor en ambientes donde hay reglas claras, muchas lecciones prácticas y menos tiempo en que tengan que estar quietos.
En EE. UU., a alrededor del 11 por ciento de los niños de 4 a 17 años se les ha diagnosticado el TDAH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los expertos en salud mental creen que la genética podría influir en su desarrollo, además de las conductas del estilo de vida, como fumar o beber durante el embarazo.
Hace tiempo que los críticos han afirmado que a algunos niños a los que se les ha diagnosticado el TDAH se les ha etiquetado de forma incorrecta con una "enfermedad" y se les han dado medicamentos que no necesitan.
En las últimas décadas se han observado una serie de tendencias que podrían motivar el aumento de los diagnósticos del TDAH, dijo Brosco. Entre ellas están los cambios en cómo se diagnostica el trastorno y un mercadeo agresivo de los medicamentos para el TDAH. Además, los niños con un TDAH a veces son elegibles para recibir servicios de educación especial que no estaban disponibles en los 70, dijo Wagner. "De modo que probablemente haya familias que buscan un diagnóstico para su hijo, para que reciba los servicios adecuados en la escuela", comentó.
Pero, según Brosco, también se ha producido un cambio en las exigencias académicas. Al observar las estadísticas del gobierno y las investigaciones anteriores, el equipo de Brosco encontró que entre 1981 y 1997, los niños estadounidenses dedicaron cada vez más horas por semana a estudiar.
El mayor cambio se observó en los niños de entre 6 y 8 años de edad. En 1997, pasaban más de dos horas a la semana haciendo las tareas, frente a menos de una hora en 1981.
Incluso los preescolares se sentían más presionados. En 2005, el 77 por ciento de los padres dijeron que "con frecuencia" enseñaban las letras, las palabras y los números a sus hijos de 3 a 5 años. Esa cifra supuso un aumento con respecto al 58 por ciento en 1993.
No se trata de que los padres no tengan que ocuparse de la mente de sus hijos en edad preescolar, enfatizó Brosco. Pero se debería hacer mediante el juego y la conexión, más que con lecciones, dijo.
"Los padres deberían leer a sus hijos", afirmó Brosco. "Eso es interacción social y contar historias". El problema, añadió, aparece cuando los padres usan tarjetas mnemotécnicas y otros medios de presionar a los niños para que lo "hagan bien".
Otro cambio, según el estudio, es que muchos preescolares de hoy en día participan en programas que duran el día entero: el 58 por ciento a mediado de la década de los 2000, frente a solo el 17 por ciento en 1970.
Brosco dijo que no hay nada malo con que el preescolar dure el día entero, si los niños están jugando y aprendiendo cosas que son apropiadas para el desarrollo, por ejemplo cómo llevarse bien con los otros niños. Pero algunos programas entran en cuestiones académicas, indicó.
"A esa edad", dijo Brosco, "lo más importante es el juego libre, las interacciones sociales y el uso de la imaginación. Debemos tener cuidado de que nuestras exigencias no estén haciendo sentirse a los niños que lo están haciendo 'mal'. Tenemos que hacer que les encante aprender".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Jeffrey Brosco, M.D., Ph.D., associate director, Mailman Center for Child Development, University of Miami; Stephanie Wagner, Ph.D., clinical assistant professor, child and adolescent psychiatry, NYU Langone Child Study Center, New York City; Feb. 22, 2016, JAMA Pediatrics, online
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
- Más noticias de salud en:
- Trastorno de déficit de atención e hiperactividad
No hay comentarios:
Publicar un comentario