Traducido del inglés: jueves, 18 de febrero, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
MIÉRCOLES, 17 de febrero de 2016 (HealthDay News) -- Casi 4 de cada 10 personas que han pensado seriamente en suicidarse terminan recuperándose a largo plazo, alcanzando un estado mental libre de síntomas o pensamientos suicidas, según un nuevo estudio canadiense.
Aunque hay algunos factores que son de ayuda: las probabilidades de recuperación son más de 7 veces más altas cuando un paciente tiene un confidente cercano en quien confiar y con quien puede contar, informaron los investigadores de la Universidad de Toronto.
"La mayoría de las personas tendrán que afrontar la tragedia finalmente", dijo el coautor del estudio, Philip Baiden, candidato doctoral y becario de postgrado en la Facultad de Trabajo Social Factor-Inwentash de la universidad. "Así que esto habla de la importancia general de tener a alguien en quien confiar. Puede ser difícil encontrar a estas personas, incluso si tienen muchos amigos. Pero tener personas a las que recurrir para tener una conversación personal íntima y que puedan ofrecer algo de respaldo puede ser muy útil".
Baiden y la coautora del estudio, Esme Fuller-Thomson, profesora en Factor-Inwentash, comentaron sus hallazgos en una edición reciente de la revista Suicide and Life-Threatening Behavior.
Los autores del estudio indicaron que el suicidio es una de las causas principales de muerte en Norteamérica. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 800,000 personas en todo el mundo fallecieron por suicidio en 2012.
Los expertos creen que dos de los factores predictivos más fiables del riesgo futuro de suicidio son haber realizado un intento previo y estar pensando actualmente en la posibilidad de suicidarse, lo que se conoce como "ideación suicida".
El nuevo estudio examinó los datos de casi 2,900 hombres y mujeres que intentaron suicidarse en el pasado, con una edad mínima de 20 años, de 10 provincias canadienses que participaron en la Encuesta de salud y de salud mental de la comunidad canadiense de 2012.
Se pidió a las personas que indicaran si habían tenido una conducta suicida o pensamientos suicidas durante el año anterior. También se les pidió que indicaran qué tan felices y satisfechos se habían sentido en el mes anterior, y si en ese periodo habían dormido bien, bebido alcohol, consumido drogas y/o sufrido una depresión mayor.
"Sentirse feliz o satisfecho solamente 2 o 3 veces a la semana no calificó como una salud mental 'completa'", dijo Baiden. "Teníamos unos criterios muy estrictos y conservadores. Se puso un umbral muy, muy alto".
Los factores vinculados a una recuperación completa de la salud mental incluyeron el ser mujer, tener más edad, tener unos ingresos más altos, no tener antecedentes previos de enfermedad mental y tener algún tipo de fundamento "espiritual", halló el estudio.
Conseguir una salud mental completa resultó más difícil para las personas que siguieron teniendo dificultades con el dolor crónico, para dormir o con el abuso del alcohol, según el estudio.
Los investigadores observaron que los que tenían acceso a un mayor respaldo social en la forma de un confidente en quien confiaban tenían una gran ventaja con respecto a la completa recuperación.
Baiden no se mostró sorprendido.
"Las personas que son amigos o seres queridos de los que han pasado por esto deberían interesarse y comprobar cómo les va a los que atraviesan por momentos difíciles", aconsejó. "Por supuesto, se trata de una buena idea en general, pero es de la mayor importancia para los que han tenido una conducta suicida en el pasado. Y asegúrese de decirle a esa persona que está ahí para ella y disponible para hablar si necesita su respaldo".
Michelle Roley, candidata doctoral en psicología clínica en la Universidad de Toledo, en Ohio, se hizo eco de ese consejo.
"Las preocupaciones que he escuchado expresar a las personas que dan el respaldo social son que si hablan del suicidio y empiezan una conversación con su ser querido sobre sus pensamientos suicidas, creen estar justificando o animándoles a pensar en el suicidio", dijo Roley, que no participó en el estudio. "[Pero] no puedo enfatizar lo suficiente lo importantes que pueden ser estas conversaciones".
"Tener a alguien cercano a quien decir: 'Estoy pensando en el suicidio', puede ser realmente muy útil para esa persona", añadió. "[Porque] en general, el suicidio requiere de mucha energía para superar el instinto humano de vivir, y en ese nivel, los individuos no operan con un estado mental de toma de decisiones lógico y racional".
"Por tanto, tener a una persona cerca que diga: 'Te escucho; ahora mismo estás pasando por dificultades; estas cosas, X, Y, Z, no te están yendo bien. Puedo comprender que hayas llegado a pensar en el suicidio. Probablemente sea difícil ver otras opciones. Déjame que te ayude a considerar otras opciones. Recuerda que tu dolor no va a durar para siempre'. Eso puede ser increíblemente útil".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Philip Baiden, Ph.D. candidate, and graduate fellow, Factor-Inwentash Faculty of Social Work, University of Toronto, Canada; Michelle E. Roley, Ph.D. candidate, clinical psychology, University of Toledo, Ohio; Jan. 26, 2016, Suicide and Life-Threatening Behavior, online
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