jueves, 20 de octubre de 2016

¿La receta hormonal para el cáncer de próstata puede aumentar el riesgo de demencia?: Noticias de salud en MedlinePlus

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¿La receta hormonal para el cáncer de próstata puede aumentar el riesgo de demencia?

Un estudio encontró que las probabilidades se duplicaron, pero no prueba que la privación de andrógenos provocara daño en el cerebro
Traducido del inglés: viernes, 14 de octubre, 2016
JUEVES, 13 de octubre de 2016 (HealthDay News) -- El riesgo de demencia podría duplicarse en los pacientes de cáncer de próstata que son tratados con fármacos para reducir la testosterona, sugiere un estudio reciente.
Los hombres que se sometieron a una terapia de privación de andrógenos (TPA) tenían un riesgo de casi un 8 por ciento de desarrollar demencia en un plazo de cinco años tras el tratamiento, frente a un riesgo de un 3.5 por ciento entre los pacientes de cáncer de próstata que no recibieron la terapia, descubrieron los investigadores.
"Las personas que recibieron la TPA en nuestro estudio tenían el doble de riesgo de desarrollar demencia, frente a las personas que no", dijo el investigador líder, el Dr. Kevin Nead, residente de oncología de la radiación de la Universidad de Pensilvania, que realizó la investigación mientras estaba en la Universidad de Stanford, en California.
Pero el estudio solo encontró una asociación entre la TPA y el riesgo de demencia, no una relación causal. Y los hombres que se someten a la terapia de andrógenos no deben parar el tratamiento por estos hallazgos, apuntaron los investigadores, porque se necesitan más estudios para verificar este vínculo potencial.
La testosterona puede fomentar el crecimiento del cáncer de próstata, de forma que una de las opciones de tratamiento conlleva el uso de fármacos para reducir los niveles de las hormonas masculinas, o andrógenos, en la sangre, explicaron los autores del estudio en la información de respaldo.
Aún así, hay muchas probabilidades de que el médico recomiende una "espera vigilante" en lugar de la terapia de privación de andrógenos, la cirugía u otro tratamiento, anotaron los investigadores.
La cantidad de pacientes de bajo riesgo que no se sometieron a ningún tratamiento aumentó de un 7 por ciento en 1990-2009 a un 40 por ciento en 2010-2013, según un estudio de 2015. Ese aumento se ha vinculado con investigaciones que han cuestionado el valor de predicción de la prueba del antígeno prostático específico (APE) en los pacientes de cáncer de próstata.
La terapia de privación de andrógenos ha existido desde los años 40, y su uso ha aumentado en las últimas décadas, añadieron los investigadores. Unos 500,000 hombres reciben la terapia para el cáncer de próstata en Estados Unidos, y alrededor de la mitad de todos los pacientes de cáncer de próstata de los países industrializados la recibirán en algún momento de sus vidas.
Lamentablemente, hay evidencias crecientes de que unos niveles bajos de testosterona también podrían tener consecuencias negativas para el cerebro, apuntó Nead.
"Hay muchas investigaciones sobre la testosterona baja y los efectos negativos para la salud cognitiva [del cerebro], y asociaciones con tipos específicos de demencia", señaló.
Para investigar ese vínculo potencial, Nead y sus colaboradores analizaron datos de poco más de 9,200 hombres con cáncer de próstata.
De esos hombres, 1,826 recibieron la terapia de privación de andrógenos. Los investigadores descubrieron que esos hombres tenían más probabilidades de ser diagnosticados con demencia durante el periodo de seguimiento de cinco años.
"Encontramos que tras el diagnóstico, los individuos con cáncer de próstata tratados con terapia de privación de andrógenos tenían un riesgo significativamente más alto de desarrollar demencia, en comparación con los que no la recibieron", dijo Nead.
Pero el panorama podría ser más complejo, y otros factores aparte de la terapia de andrógenos podrían aumentar el riesgo de demencia, planteó Heather Snyder, directora principal de operaciones médicas y científicas de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).
Por ejemplo, los hombres podrían ser tratados con la terapia de privación de andrógenos porque no son elegibles para la cirugía debido a problemas cardiacos provocados por bloqueos parciales en las arterias, dijo Snyder. Eso puede aumentar el riesgo de ACV y otros problemas del sistema circulatorio que contribuyen a la demencia.
"Creo que es importante reconocer que se podría tener un sesgo de selección en los pacientes que reciben este tratamiento", dijo.
Los andrógenos tienen un rol complejo en el cerebro, y hay varias teorías que podrían explicar por qué unos niveles bajos de andrógenos podrían aumentar el riesgo de demencia, señalaron Snyder y Nead.
"Se comprende que en el transcurso de la vida nuestros niveles de hormonas fluctúan", dijo Snyder. "Lo que eso hace a nuestra salud cerebral en general es una pregunta abierta".
Por ejemplo, se cree que los andrógenos son muy importantes para la salud de las neuronas [las células del cerebro], comentó Nead.
"En el cerebro, la capacidad de las neuronas de repararse a sí mismas y no morir es regulada, al menos en parte, por los andrógenos", explicó. "Una teoría muy razonable sería que si no se cuenta con esos andrógenos y su efecto protector, se sería más susceptible de desarrollar demencia".
Unos niveles bajos de testosterona también se han asociado con un mayor riesgo de micro ACV en el cerebro, lo que puede contribuir a la demencia, añadió Nead.
Pero si uno se somete a terapia de andrógenos, no se debe abandonar el tratamiento por estos nuevos hallazgos, apuntaron Nead y Snyder, porque se necesitan estudios de seguimiento para confirmar este vínculo potencial.
"Ciertamente no recomendaríamos cambios en la atención clínica por este estudio", dijo Nead.
El estudio aparece en la edición del 13 de octubre de la revista JAMA Oncology.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Kevin Nead, M.D., radiation oncology resident, University of Pennsylvania, Philadelphia; Heather Snyder, Ph.D., senior director, medical and scientific operations, Alzheimer's Association; Oct. 13, 2016, JAMA Oncology, online
HealthDay
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