martes, 29 de noviembre de 2016

Las terapias biológicas mejoran la calidad y esperanza de vida en pacientes con enfermedades autoinmunes sistémicas

Las terapias biológicas mejoran la calidad y esperanza de vida en pacientes con enfermedades autoinmunes sistémicas
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Los días 25 y 26 de noviembre se ha celebrado en Madrid el III Curso de Terapias Biológicas, organizado por la SER, con la colaboración de Pfizer.
Las infecciones son uno de los efectos adversos más frecuentes asociados al tratamiento con terapias biológicas, requiriendo, en casos más graves, el ingreso hospitalario. “Dado que algunas de estas infecciones son prevenibles mediante la vacunación, es recomendable en un paciente que inicie este tipo de terapia, conocer el estado de susceptibilidad a infecciones (realización de serologías hepatitis B, hepatitis A, sarampión, rubeola, parotiditis y varicela) para completar la vacunación. Como criterio general, se recomienda la vacunación precoz en cuanto se realice el diagnóstico de la enfermedad, y siempre que sea posible, antes del inicio de la terapia biológica. Si el paciente está ya recibiendo terapia biológica no habría contraindicación para la administración de vacunas inactivadas”, ha explicado la Dra. Mª Victoria Hernández, reumatóloga en el Hospital Clínico de Barcelona.
Asimismo, “en mujeres con enfermedades autoinmunes se ha descrito una mayor prevalencia de la infección por el virus del papiloma humano, infección vírica que se asocia con el desarrollo de cáncer cervicouterino. Dado que las terapias biológicas pueden favorecer la progresión de la infección vírica, podría producirse también un aumento del riesgo de esta neoplasia en estas pacientes. Por ello, la administración de esta vacuna también se recomendaría en ellas”, ha destacado la Dra. Hernández durante su ponencia sobre novedades de vacunación y terapias biológicas, en el marco del III Curso de Terapias Biológicas realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), con la colaboración de Pfizer.
Desde el año 2000 se han ido desarrollando e incorporando nuevos fármacos biológicos para el tratamiento de diversas enfermedades articulares inflamatorias crónicas como artritis reumatoide, espondilitis anquilosante y artritis psoriásica, entre otras.
“Estos fármacos son importantes porque su desarrollo ha supuesto una revolución en el tratamiento de estas enfermedades autoinmunes sistémicas y un gran avance, consiguiendo que, en la actualidad, la remisión sea un objetivo realista en estas patologías”, ha subrayado la Dra. Hernández.
La aparición de terapias biológicas dirigidas contra nuevas dianas terapéuticas, especialmente en espondiloartritis donde estábamos más limitados que en artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico, ha supuesto una esperanza para aquellos pacientes en los que el bloqueo del TNF no era efectivo”, añadía el Dr. Isidoro González, jefe de Sección en el Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid y coordinador, junto a los Dres. Raimon Sanmartí y Lucía Silva, del III Curso de Terapias Biológicas de la SER.
La Dra. Hernández y el Dr. González coinciden en la importancia que ha tenido para los pacientes este tipo de terapias. “El cambio ha sido espectacular, desde alargar su esperanza de vida, disminuyendo el número de muertes por eventos cardiovasculares, hasta reducir la colocación de prótesis articulares, disminuir la dependencia en pacientes que comienzan con estas enfermedades a una edad tardía y, cómo no, acortar y evitar las incapacidades laborales temporales y definitivas, respectivamente”, ha destacado el Dr. González, al tiempo que matizaba que este mejor control de las enfermedades autoinmunes sistémicas ha sido posible gracias, no solo a este tipo de tratamientos, sino también a la actitud proactiva de los reumatólogos.
En esta tercera edición del curso de Terapias Biológicas se ha abordado una gran cantidad de temas con un denominador común: el empleo eficiente de este tipo de tratamientos. Para conseguir esto último, el Dr. González ha puntualizado que todavía estamos lejos de la llamada medicina personalizada, pero que “un mejor conocimiento de las comorbilidades del paciente, la prevención de las infecciones, la posible utilidad de la medición de niveles séricos de terapias biológicas y la ampliación de información sobre el proyecto REDOSER nos ayudarán a hacer un uso más juicioso de estas herramientas terapéuticas”.

Asimismo, el coordinador de este curso ha elogiado el buen hacer de sus compañeros, la Dra. Silva y el Dr. Sanmartí, para conseguir un curso en el que primasen los formatos breves, con el fin de aportar mayor agilidad a las exposiciones y estimular la controversia para participar en el debate posterior.

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