miércoles, 30 de noviembre de 2016

Los niños estadounidenses están comiendo ahora de forma más sana, pero...

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Los niños estadounidenses están comiendo ahora de forma más sana, pero...

Su ingesta de sal ha aumentado y siguen evitando las verduras, según un estudio
Traducido del inglés: viernes, 25 de noviembre, 2016
Imagen de noticias HealthDay
MIÉRCOLES, 23 de noviembre de 2016 (HealthDay News) -- Los niños estadounidenses están comiendo de forma más saludable estos días, pero su dieta diaria sigue lejos de ser perfecta, según un estudio reciente.
Hoy en día los niños están comiendo más alimentos que son buenos para ellos: granos integrales, frutas enteras, productos lácteos y proteínas a partir de pescados y mariscos y vegetales. E igual de importante, son más propensos a evitar los alimentos con azúcar y bebidas llenas de calorías vacías, según una revisión de las tendencias de las dietas de los niños entre 1999 y 2012.
La reducción de las calorías vacías fue tan marcada que "contribuyó a un tercio de la mejora total de las dietas de los niños", dijo la investigadora principal, Xiao Gu, estudiante de maestría en epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island.
Pero el panorama no es completamente de color rosa.
La ingesta de sal de los niños ha aumentado en los últimos años, y no están comiendo más verduras que en el pasado, encontraron los investigadores.
La investigadora principal, Katherine Tucker, dijo que "el panorama general es bastante optimista, porque algunos de los mensajes con respecto a comer unos alimentos más saludables y evitar los refrescos están llegando". Tucker es profesora de epidemiología nutricional en la Universidad de Massachusetts, en Lowell.
"Lo más negativo es que el sodio no mejoró", siguió Tucker. "El sodio está en muchos de nuestros alimentos procesados, y las personas están acostumbradas a los alimentos salados. Es algo que es muy difícil de cambiar".
Para el estudio, Gu y Tucker obtuvieron los datos dietéticos de más de 38,000 niños que participaron en la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU., una serie de estudios realizados de forma regular por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para observar las tendencias de salud en EE. UU.
Los investigadores usaron datos de 1999 a 2012 para crear un Índice de Alimentación Saludable estándar de 100 puntos, en el cual las puntuaciones más altas indican una mejor elección de alimentos.
Durante el periodo de estudio, el Índice de Alimentación Saludable promedio aumentó de 42.5 en 1999 a 50.9 en 2012, ya que los niños comieron más alimentos saludables y evitaron con más frecuencia las calorías vacías, descubrieron los investigadores.
"Está lejos del nivel óptimo de 100", dijo Gu. "La tendencia al aumento es esperanzadora, pero el nivel de calidad dietética actual es decepcionante".
El estudio encontró que los niños comieron más granos integrales, pero obtuvieron una puntuación promedio de granos integrales de solamente 2 en 2012, muy por debajo del máximo de 10, indicó Gu. Del mismo modo, los niños que obtuvieron una puntuación en la ingesta de fruta entera de 2.1, y la puntuación óptima es de 5.
La investigación mostró que todos los niños habían mejorado su dieta, pero algunos grupos siguen comiendo mejor que otros en Estados Unidos.
Por ejemplo, la puntuación de la dieta entre los niños negros mejoró de 39.6 en 1999, a 48.4 en 2012, pero todavía siguen comiendo peor que los niños blancos, cuya puntación aumentó del 42.1 al 50.2.
Los ingresos familiares también tienen un papel en la alimentación saludable, y la dieta mejora junto con la riqueza del hogar. Las puntuaciones de la dieta aumentaron casi un 24 por ciento entre el tercio más rico de la muestra, un 19 por ciento entre el tercio del medio, y un 18 por ciento entre el tercio menos rico, mostraron los hallazgos.
Los autores del estudio sugirieron que las familias con unos ingresos más bajos podrían ser menos propensas a comprar alimentos más saludables que normalmente cuestan más, y también viven con frecuencia en vecindarios con un acceso limitado a alimentos saludables, en los llamados "desiertos alimentarios".
"Las tiendas de la esquina con frecuencia venden más alimentos procesados", dijo Tucker. "Los entornos urbanos con frecuencia tienen un acceso más bajo a las frutas y verduras frescas".
Los investigadores también descubrieron una diferencia en la calidad de la dieta entre los programas federales de asistencia a la nutrición.
Las puntuaciones en la alimentación saludable de los niños de familias que reciben los beneficios del Programa de Asistencia de Nutrición Complementaria (SNAP, por su sigla en inglés) ahora se están quedando por detrás de las de los niños que no reciben dichos beneficios, según el informe. Al mismo tiempo, los niños que se benefician del programa para Mujeres, Bebés y Niños (WIC) están comiendo mejor que los niños que no reciben dicha asistencia.
La diferencia probablemente esté relacionada con el modo en que operan los programas, comentó Tucker. El programa SNAP tiene menos límites en lo que las familias pueden comprar con su ayuda, de modo que los que la reciben podrían estar tentados a comprar alimentos menos caros y menos saludables, sugirió.
"Es un subsidio, pero no llega como un mandato para comprar alimentos saludables, mientras que el programa WIC, en el que vimos una diferencia bastante grande, llega como un mandato para que se use el beneficio solamente para comprar alimentos sanos", explicó Tucker. "Eso realmente parece cambiar las cosas".
Según Angela Lemond, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics), todas las familias estadounidenses necesitan una mejor educación sobre la nutrición para que esas puntuaciones mejoren aún más.
"Los padres quizá sepan lo que deberían hacer con respecto a la dieta, pero, ¿cómo se traduce eso en la vida diaria?", dijo Lemond. "Ese es el tipo de orientación que muchas familias necesitan".
Lemond, dietista registrada en Plano, Texas, se siente esperanzada por los esfuerzos de la industria alimentaria para reducir la sal y el azúcar en los alimentos, y cree que la nueva etiqueta sobre los datos nutricionales que llegará en 2018 (que hace hincapié en los azúcares añadidos en la comida) marcarán una gran diferencia.
"Habrán muchos menos ingredientes añadidos, lo que es esperanzador", dijo.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición en línea del 23 de noviembre de la revista American Journal of Clinical Nutrition.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Xiao Gu, master's student in epidemiology, Brown University School of Public Health, Providence, R.I.; Katherine Tucker, Ph.D., professor of nutritional epidemiology, University of Massachusetts, Lowell; Angela Lemond, RDN, registered dietitian, Plano, Texas, and spokeswoman, Academy of Nutrition and Dietetics; Nov. 23, 2016, American Journal of Clinical Nutrition
HealthDay
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