SALUD | El banco del Hospital La Fe
Donantes de leche
Banco de leche del Hospital La Fe de Valencia.
- Más de 500 bebés se han beneficiado del banco de leche de La Fe desde 2010
- Sólo hay siete en toda España, es el único en la Comunidad Valenciana
- Desde su creación, 331 madres han donado de forma altruista su leche
- Puede ser donante cualquier madre sana con hábitos de vida saludables
- La leche se analiza y pasteuriza para que cuente con todas las garantías
- Está especialmente indicada para prematuros y bebés operados
Su destino era uno de los siete bancos de leche humana que existen en España, el único en la Comunidad Valenciana. Un servicio pionero del que se han beneficiado ya más de 500 bebés (la mayoría prematuros) en sus casi tres años de funcionamiento gracias a la colaboración altruista de 331 madres donantes.
Concepción es una de ellas, aunque que en enero cesó las aportaciones tras cerca de cinco meses contribuyendo regularmente al programa: «Con mi segundo hijo ya me quedé con las ganas de participar. Así que cuando di a luz al tercero me interesé y he estado donando hasta que cumplió un año».
Previamente había superado una entrevista personal y un análisis sanguíneo que descartó la existencia de infecciones como la hepatitis B, C, VIH y sífilis. Porque aunque cualquier madre con hábitos saludables es, en principio, candidata a ser donante, se aplica un estricto protocolo para otorgar todas las garantías sanitarias al proceso.
Éste incluye, además, un estudio inicial de la leche a fin de determinar si es adecuada. De hecho, no todas tienen las mismas propiedades, ya que el fluido evoluciona para adaptarse a los requerimientos del lactante.
Idónea para bebés prematuros
«La leche de los primeros días es más rica en grasas, con más calorías, pero a medida que se hace más madura aumenta la proporción de agua», explica la doctora Isabel Izquierdo, jefa de servicio Neonatos de La Fe y responsable del banco de leche, impulsado por María Gormaz.Las madres pueden comenzar a donar a partir del primer mes de lactancia. No en vano, la leche más apreciada es la que se produce durante los seis primeros, cuando aún no se ha introducido ningún otro alimento en la dieta del bebé. Hasta entonces sus cualidades nutricionales resultan idónea para los niños prematuros, que son sus principales receptores.
En realidad, la mayoría de los recién nacidos no tienen acceso al banco. Se requiere la prescripción de un facultativo y, habitualmente, se restringe a neonatos de entre 500 y 1.500 gramos (los conocidos como de extremado bajo peso), además de niños con intolerancias digestivas, sometidos a intervenciones quirúrgicas abdominales o cardiopatías congénitas.
Si bien las propiedades de la leche humana son múltiples, en estos casos resulta aún resulta más beneficiosa. Según explica la doctora Izquierdo, no sólo contiene defensas frente a infecciones, sino que «previene la enterocolitis necrotizante (una inflamación del intestino común en prematuros) y protege y acelera la maduración del tejido inmaduro».
«Por ello, y aunque existen leches artificiales de gran calidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la leche materna como primera opción para alimentar al recién nacido», precisa.
Controles exhaustivos
La labor de las donantes se realiza fundamentalmente en casa. Por ello el hospital les dota de todo lo necesario: un sacaleches, etiquetas para la identificación de las extracciones y botes estériles que, una vez repletos, deben congelar en el frigorífico de casa hasta su traslado al centro hospitalario.Éste también corre a cuenta de la madre, un esfuerzo adicional que, sin embargo, asumen sin rechistar a pesar de que muchas de ellas (procedentes de Utiel, Dénia, Alicante o Elda) han de completar varias horas de carretera para efectuar la entrega.
Como tal, el banco de leche no es más que una sala de repleta de frigoríficos, el escenario donde Amparo Ramón y Charo Sirvent, dos de las enfermeras de la unidad, procesan a diario la leche materna.
Cualquier manipulación se realiza siempre en condiciones de esterilidad. De hecho, los lotes que se administrarán a cada bebé, con leche siempre de la misma madre, se distribuyen en el interior de una cámara especial, protegida de agentes contaminantes y bacterias.
Aquí los controles son exhaustivos. Las muestras se someten a un estudio microbiológico antes y después del proceso de pasteurización. «En el análisis previo, ya se descartan aquellas que muestren patógenos potenciales», explica la doctora Izquierdo.
Tras la pasteurización (el mismo proceso al que se somete la leche convencional y que se realiza en el mismo hospital), el examen debe arrojar resultados perfectos. Solo así termina administrándose a los recién nacidos.
Más de 70 litros en las cámaras
El periodo de vida útil de la leche humana asciende hasta los seis meses si se congela (tres antes de procesarse y otros tres con posterioridad). Nunca les ha caducado ninguna partida. En La Fe se dispensa hasta la última gota.Podrán seguir haciéndolo porque las cámaras frigoríficas del banco almacenan actualmente más de 70 litros. El listado de donantes activas garantiza, además, su recarga progresiva. Son 66 las madres que continúan aportando su leche de forma desinteresada.
La mayoría de ellas (un 35% de las 331 que han contribuido a lo largo de estos tres años) conocieron la existencia de este servicio al dar a luz en este hospital, otras muchas en sus grupos de lactancia. En una veintena de casos, se sumaron al programa después de que su hijo fuera también receptor. Comprobaron en primera persona que el banco de leche es necesario.
Concepción se enteró, en cambio, en su centro de salud. Y no dudó ni un instante en colaborar: «Es muy gratificante porque sabes que con tu leche estás ayudando a otros niños. Aunque no llegues a conocerlos, es como si les estuvieras dando la vida».
Tras cinco meses en el programa, anima a todas las madres a participar: «No es ningún sacrificio.
Simplemente hay que seguir con el ritmo habitual de lactancia». Aclara que, en cualquier caso, no hay riesgo alguno de quedarse sin suficiente leche para amamantar. «Al revés, aumenta la producción y así no se desperdicia alimento».
Ahora que ya no puede continuar colaborando, afirma sentir pena, un sentimiento generalizado entre quienes han formado parte del colectivo de donantes. «Les da lástima acabar y nos dan las gracias a nosotras, las enfermeras, cuando es al contrario. Somos nosotras quienes debemos agradecerles su labor», subraya Amparo Ramón. Porque su ofrenda desinteresada permite que muchos recién nacidos con problemas logren salir adelante.
Más información: Las madres interesadas en recibir información pueden visitar la página web del Hospital La Fe o contactar con el Banco de Leche Materna de La Fe en el teléfono 961 245 680 o en el correo electrónico bancoleche_dslafe@gva.es
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