Las tasas de recetas de antibióticos varían en función de la región, según un informe
Puede estar contribuyendo al problema en aumento de las bacterias resistentes a los medicamentos, afirma una investigadora
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_135833.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 07/10/2013)Traducido del inglés: jueves, 11 de abril, 2013Resulta difícil saber qué factores contribuyeron a las variaciones regionales que descubrió el equipo de investigación en las tasas de receta de antibióticos, afirmó la autora del estudio, Lauri Hicks, directora médica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"¿Por qué en Virginia Occidental es más del doble que en Alaska? Imagino que intervienen los factores del proveedor, los del paciente y los culturales, y entre todos ellos dan forma al resultado", señaló Hicks.
Algunos pacientes pueden presionar a los médicos para que les receten lo que perciben como una "solución rápida" para poder regresar antes al trabajo o volver a llevar a su hijo enfermo a la guardería, añadió Hicks. Por desgracia, eso contribuye al problema en aumento de la resistencia a los antibióticos, afirmó.
"Deberíamos pensar en los antibióticos no como una varita mágica, sino como un recurso precioso al que recurrir solo en caso de absoluta necesidad", opinó.
Los investigadores también hallaron que hay tasas más altas de obesidad y tabaquismo en las zonas donde se usan más los antibióticos.
La investigación, publicada el 11 de abril en la revista New England Journal of Medicine, ofrece una perspectiva nueva sobre cómo el modo en que se recetan los antibióticos puede estar afectando al creciente problema de la resistencia a los medicamentos.
A continuación, los hallazgos del estudio:
- En 2010, los proveedores de atención de la salud recetaron 258 millones de regímenes de antibióticos, u 833 recetas cada 1,000 personas, de promedio.
- La penicilina y una clase de antibióticos conocidos como macrólidos (entre los que se incluyen medicamentos como la azitromicina y la eritromicina, por ejemplo) son los que se recetan más habitualmente.
- Las tasas de recetas eran más altas en el sur (936 recetas por cada 1,000 personas) y más bajas en el oeste (639 recetas por cada 1,000 personas).
- Se recetaban más frecuentemente a los niños menores de 10 años y a las personas de 65 años de edad en adelante.
- Las tasas de recetas variaban considerablemente en función de la especialidad del médico.
"Cuando las personas piensan en la resistencia a los antibióticos, creen que es su cuerpo el que está siendo resistente", aseguró. "No se dan cuenta de que la cantidad real de microbios o células bacterianas en el cuerpo supera a la cantidad de [células] humanas".
Las bacterias cambian tan rápidamente (algunas se replican cada 40 minutos) que evolucionan continuamente, lo que las hace más capaces de resistir a la acción de los antibióticos sobre ellas, explicó Hicks.
Eso hace que cada vez haya más personas que se quedan virtualmente sin defensas contra las infecciones que en el pasado eran relativamente fáciles de resolver. Y los científicos estiman que el 50 por ciento de las recetas de antibióticos pueden no ser necesarias.
"Hay infecciones que se han vuelto casi imposibles de tratar", afirmó Hicks. "Estamos casi a punto de caer en una situación en la que nada funcione. Ahora vemos personas jóvenes y sanas que contraen estas infecciones resistentes y que han de ser hospitalizadas, cuando antes se habría resuelto la cuestión con un simple antibiótico oral".
Los CDC están tratando de ayudar a resolver el problema de la resistencia a los medicamentos antibióticos mediante el aumento de la concienciación pública y educando a los médicos sobre la manera más efectiva de recetar los antibióticos, afirmó Hicks, que es directora del programa de la agencia Get Smart: Know When Antibiotics Work (algo así como Infórmese: sepa cuándo tomar antibióticos).
En la última investigación realizada, los científicos usaron una base de datos que contaba con más del 70 por ciento de las recetas realizadas a nivel nacional en 2010. A partir de las recetas y la información del censo calcularon las tasas de las recetas de antibióticos orales a pacientes ambulatorios.
"La base de datos es como un censo [nacional] del consumo de antibióticos", y la información se obtuvo de todas las farmacias y fabricantes de fármacos a nivel nacional, explicó Hicks.
Muchas personas creen que los antibióticos son inofensivos, pero los efectos secundarios y las alergias a los medicamentos son en realidad una de las razones más habituales por las que las personas acuden a emergencias, aseguró.
"Puede contraer cualquier cosa, desde un sarpullido con picazón hasta diarrea, un desgarro en el tendón de Aquiles después de tomar una fluoroquinolona como el Bactrim, una reacción anafiláctica (una reacción del sistema inmunitario que causa un shock) o una necrólisis epidérmica tóxica (una afección de la piel que puede resultar mortal)", señaló Hicks.
El Dr. Len Horovitz, pulmonólogo en el Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, afirmó que cada día se encuentra con pacientes que quieren y esperan que les den antibióticos.
"Las personas inteligentes tienen un pensamiento mágico: problema, solución, cura", explicó. "No evaden los problemas de su vida profesional, sino que los resuelven". Esto hace que esperen una solución rápida a la incomodidad de sus resfriados, sinusitis y síntomas febriles, que son provocados por virus y, por tanto, no se pueden tratar con antibióticos. Solo las infecciones bacterianas pueden tratarse de forma efectiva con antibióticos.
Horovitz afirmó que los médicos han de practicar con la debida diligencia y seguir una cultura de evaluación de qué bacterias, si es que las hay, hay presentes antes de recetar un antibiótico. "Con frecuencia simplemente los bombardean con antibióticos", afirmó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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