jueves, 4 de abril de 2013

Más allá de la dieta mediterránea | Código Salud | elmundo.es

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Más allá de la dieta mediterránea

José Luis de la Serna | Madrid
Actualizado jueves 04/04/2013 17:50 horas
 

Hace unos días el 'New England Journal of Medicine' (NEJM) publicó en su versión on line un trabajo español que es, posiblemente, la mayor contribución que ha hecho nuestro país a la salud pública en todo el mundo.

Este jueves, ya en su versión impresa, al estudio PREDIMED (así se llama la investigación) el NEJM añade un editorial firmado por dos expertos, uno de la Universidad John Hopkins de Baltimore y el otro de la Northwestern de Chicago, que merece un comentario adicional a la noticia que tuvo eco en su día en muchos medios de comunicación. Más en el extranjero que en España, por cierto.

PREDIMED es un trabajo de una magnitud enorme que prueba que el consumo generoso de aceite de oliva extra virgen y frutos secos disminuye el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares serios en una población que ya realiza una dieta típicamente mediterránea.

Ningún estudio de suplementos nutricionales ha demostrado la capacidad de disminuir riesgo vascular como lo ha hecho el PREDIMED. Su beneficio supera incluso al de muchas de las medicaciones utilizadas en la medicina actual para bajar las complicaciones cardiovaculares de la sociedad.

Lo que los editorialistas en el NEJM matizan es que quizá en este caso no hay que hacer demasiado énfasis en las bondades de la dieta mediterránea -cosa que se conoce desde hace muchos años- sino el los beneficios que supone el aporte de aceite virgen, nueces, avellanas y almendras a la misma.

Los expertos destacan, asimismo, una cierta paradoja consistente en el hecho de que estos suplementos elevan el porcentaje de calorías que las grasas aportan en la dieta. Así, en el caso de las personas asignadas al grupo de intervención, el aceite y los frutos secos hicieron que el 47% las calorías que ingerían los sujetos llegaran a través de la grasa. Una cifra, por otra parte, considerada anatema por los nutricionistas clásicos.

La reflexión de los comentaristas es que precisamente es el tipo de grasa (ácidos polinsaturados y monosinsaturados) que tienen aceite y nueces lo que confiere protección a las arterias. Serán probablemente los abundantes polifenoles y antioxidantes de estos productos, más allá de la dieta mediterránea, lo que les convierte en autenticas medicinas naturales.

Los párrafos finales del editorial son sugerentes, puesto que abren una puerta muy clara al camino por dónde puede transcurrir el futuro de estas investigaciones.

¿Funcionarían igual el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos en dietas distintas a la mediterránea? ¿Sería posible conseguir los mismo resultados con cantidades más bajas de estos suplementos?

Con la carga que las enfermedades vasculares supone para todo el planeta, quizá es conveniente plantearse estudios que den respuesta a estos interrogantes.

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