sábado, 12 de abril de 2014

DrugFacts: El abuso de drogas y otras substancias entre el personal militar | National Institute on Drug Abuse (NIDA)

DrugFacts: El abuso de drogas y otras substancias entre el personal militar | National Institute on Drug Abuse (NIDA)



NIDA

DrugFacts: El abuso de drogas y otras substancias entre el personal militar

DrugFacts



Los miembros de las fuerzas armadas no son inmunes a los problemas de consu­mo de drogas y otras sustancias que afectan al resto de la sociedad. Aunque el consumo de drogas ilícitas es menor en­tre el personal militar de los Estados Unidos en comparación con la población civil, el consumo arraigado de alcohol y de tabaco, y sobre todo el abuso de medicamentos de prescripción, son mu­cho más frecuentes y van en aumento.
El estrés que acompaña el ser desple­gado durante época de guerra y la cul­tura exclusiva de los militares explican algunas de estas diferencias. Las políticas de “tolerancia cero” y el estigma asociado plantean dificultades para la identificación y el tratamiento de los problemas de abuso de sustancias en el personal militar. De igual manera, la falta de con­fidencialidad disuade a muchos de buscar el tratamiento que necesitan.
Los militares que han sido desplegados en múltiples ocasiones y han estado expuestos al combate numerosas veces corren un riesgo mayor de desarrollar problemas de abuso de drogas y otras sustancias. Ellos son más propensos a involucrarse por primera vez en el consumo semanal excesivo de alcohol o tener otros problemas relacionados con las drogas así como a un mayor uso de los medicamentos que les fueron recetados para los problemas de salud mental. También son más propensos a comenzar a fumar o recaer en el hábito de fumar.

Drogas ilícitas y medicamentos de prescripción

De acuerdo a una encuesta del 2008 del Departamento de Defensa (DoD, por sus siglas en inglés) sobre los comportamientos relacionados con la salud del personal militar en servicio activo, solamente el 2.3 por ciento del personal militar había usado una droga ilícita en el mes anterior a la encuesta en comparación con el 12 por ciento de los civiles. En el grupo de 18 a 25 años de edad (que son los que tienen más probabilidad de usar drogas), la tasa entre el personal militar fue del 3.9 por ciento en comparación con el 17.2 por ciento entre los civiles.
Es probable que una de las razones por las que el uso de drogas ilícitas se ha mantenido en un nivel bajo entre el personal militar durante dos décadas sea la política de tolerancia cero para el consumo de drogas entre el personal del Departamento de Defensa. La política fue instituida en 1982 y actualmente es reforzada por medio de pruebas de drogas que se realizan frecuentemente y al azar. Los miembros del servicio militar corren el riesgo de una baja deshonrosa e incluso tener que enfrentar un proceso penal si tienen una prueba positiva de consumo de drogas.
No obstante, a pesar del nivel bajo de consumo de drogas ilícitas, el abuso de medicamentos de prescripción es mayor entre los miembros de las fuerzas armadas que entre la población civil y está aumentando. En el 2008, el 11 por ciento del personal militar informó haber usado indebidamente los medicamentos de prescripción, un alza en comparación con el 2 por ciento en el 2002 y el 4 por ciento en el 2005. Los opioides analgésicos son el medicamento de prescripción de más uso indebido por los miembros de las fuerzas armadas.
La mayor disponibilidad de estos medicamentos y el aumento de las prescripciones para los miembros de las fuerzas armadas pueden haber contribuido al creciente uso indebido de los mismos por el personal militar. El número de prescripciones para analgésicos recetadas por médicos militares se cuadruplicó entre el 2001 y el 2009, llegando a casi 3.8 millones. Las lesiones relacionadas con el combate y las tensiones musculares resultantes de cargar equipos pesados durante los numerosos despliegues, probablemente contribuyan a esta tendencia.

Problemas de salud mental en los veteranos de guerra que retornan del servicio activo

Los miembros de las fuerzas armadas pueden tener heridas piscológicas y físicas provenientes de su experiencia militar que acarrearán a su nueva vida de civiles. En un estudio, uno de cada cuatro veteranos de las guerras de Irak y Afganistán informó tener síntomas de algún trastorno mental o cognitivo; uno de cada seis reportó tener síntomas del síndrome de estrés postraumático (conocido como PTSD por sus siglas en inglés). Estos trastornos están fuertemente asociados con el abuso y la dependencia de drogas y otras sustancias, al igual que otros problemas que tiene el personal militar que retorna al país incluyendo trastornos del sueño, lesiones traumáticas del cerebro y violencia en las relaciones.
Los veteranos de guerra más jóvenes tienen mayor probabilidad de presentar problemas de abuso de drogas y otras sustancias u otros problemas de salud mental. De acuerdo con un informe de los veteranos de guerra, de 2004 a 2006, la cuarta parte de los veteranos de 18 a 25 años de edad cumplían con los criterios para el trastorno de abuso de sustancias en el año anterior, lo que es más del doble de la tasa de veteranos de guerra de 26 a 54 años y cinco veces la tasa de los veteranos de guerra de 55 años o más.

El consumo de bebidas alcohólicas y el tabaquismo

El consumo de alcohol también es mayor entre los hombres y las mujeres en el servicio militar que entre la población civil. Casi la mitad de los miembros en servicio activo (el 47 por ciento) informaron haber bebido en exceso (“binge drinking”) en el 2008, en comparación con el 35 por ciento reportado en 1998. En el 2008, el 20 por ciento del personal militar informó haber bebido en exceso todas las semanas del mes anterior al que fueron encuestados. Esta tasa fue considerablemente más alta –del 27 por ciento- entre los militares que habían estado expuestos al combate con frecuencia.
En el 2008, el 30 por ciento de todos los miembros del servicio militar indicaron ser fumadores actuales de cigarrillos, una tasa similar a la de los civiles (29 por ciento). Sin embargo, al igual que con el consumo del alcohol, las tasas de tabaquismo eran significativamente mayores entre el personal que había estado expuesto al combate.

El suicidio y el consumo de drogas y otras sustancias

Las tasas de suicidio entre los militares tradicionalmente eran menores que entre la población civil en los mismos rangos de edad pero en el 2004 la tasa de suicidios en el Ejército de los Estados Unidos comenzó a subir, superando la tasa civil en el 2008. El consumo de drogas y otras sustancias está implicado en muchos de estos suicidios. El informe del 2010 del Grupo de Trabajo del Ejército para la Prevención del Suicidio encontró que entre los años fiscales 2005 y 2009, el 29 por ciento de los suicidios entre los miembros del servicio activo del ejército involucró el consumo de alcohol o de drogas, y en el 2009 los medicamentos de prescripción estuvieron involucrados en casi una tercera parte de los suicidios.

Soluciones al problema

Un informe del 2012 elaborado para el Departamento de Defensa por el Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés) recomendó diversas formas de abordar el problema del consumo de drogas y otras sustancias en las fuerzas armadas, entre ellas, mayor uso de la prevención e intervenciones de tratamientos con base científica y mayor acceso a la atención médica. El informe recomienda la ampliación de la cobertura del seguro para incluir tratamientos eficaces para pacientes ambulatorios y mejor entrenamiento de los profesio-nales de la salud para reconocer y detectar los problemas de consumo de drogas y otras sustancias para que, cuando sea necesario, puedan referir a los pacientes a los tratamientos adecuados, con base científica. También recomienda medidas como limitar el acceso al alcohol en las bases militares.
Por otra parte, el informe del IOM también indica que abordar el abuso de sustancias en las fuerzas armadas requerirá aumentar la confidencialidad y cambiar el entorno cultural en el que los problemas de las drogas son estigmatizados y provocan miedo en las personas que los padecen.
Algunas ramas de las fuerzas armadas ya han tomado medidas para frenar el abuso de medicamentos de prescripción. El Ejército, por ejemplo, ha implementado cambios que incluyen limitar la duración de las recetas de opioides analgésicos a 6 meses y que un farmacéutico controle los medicamentos de un soldado cuando está utilizando diversas recetas.
El NIDA y otras agencias gubernamentales están financiando investigaciones para comprender mejor las causas del abuso de drogas y de otros problemas de salud mental entre los militares, los veteranos de guerra y sus familias, y la mejor manera de prevenir y tratar estos problemas.

Para más información

Para más información sobre el abuso de drogas por el personal militar, vaya a http://www.drugabuse.gov/related-topics/substance-abuse-in-military-life (disponible sólo en inglés).

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