TRIBUNA. ANTONIO GONZÁLEZ
Estudio genético: un futuro prometedor
El estudio del componente genético de la artrosis ha permitido identificar 12 regiones del genoma que aumentan la susceptibilidad. En algunos casos se ha descrito el mecanismo implicado.
Antonio González. Director del Grupo de Genética Osteoarticular del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS)- Hospital Clínico Universitario de Santiago. | 28/04/2014 00:00
El desarrollo de la genética y de las técnicas de estudio del genoma ha sido espectacular. Está permitiendo descubrir las causas de las enfermedades hereditarias y la identificación de las variantes genéticas que contribuyen a otros fenotipos de etiología más compleja en los que la genética es sólo un componente. Estos fenotipos incluyen desde muchas de las enfermedades comunes hasta la adicción al tabaco.
La artrosis es una de las enfermedades comunes con un componente genético de susceptibilidad. El estudio de este componente ha permitido identificar 12 regiones del genoma (locus) que aumentan la susceptibilidad. Estas 12 son las regiones que han alcanzado una asociación con nivel de genoma completo (p < 5 x10-8). Algunas de estas regiones muestran características que nos permiten identificar el mecanismo implicado y así, por ejemplo, se ha visto que variantes que disminuyen la expresión de GDF5, un factor de transcripción fundamental en el desarrollo de las articulaciones, contribuyen a la artrosis de rodilla. Otros locus son más enigmáticos, como una región en el cromosoma 7q22 también asociada con artrosis de rodilla en la que todavía no ha sido posible distinguir el gen causal entre los seis que contiene.
Sin embargo, es posible aventurar que la investigación de cada uno de esos 12 locus irá desvelando sus secretos. Uno de los más intrigantes es el hecho de que la mayoría de los 12 locus no predispongan de igual forma a artrosis en hombres y en mujeres, ni a artrosis en las distintas articulaciones. Así, algunas regiones sólo se asocian a artrosis de rodilla, mientras que otras lo hacen a artrosis de cadera o de mano.
Esta variabilidad nos indica que los mecanismos moleculares de la artrosis no son idénticos en cada localización. Esto es algo que ya se podía predecir dada la falta de correlación clínica entre artrosis en distintas localizaciones, pero que no se ha manifestado con toda claridad hasta obtener estos hallazgos genéticos. Por desgracia, esta variabilidad es también un obstáculo en el avance hacia la identificación de más locus de susceptibilidad, ya que es más difícil obtener colecciones de muestras del tamaño necesario para estos estudios. Hasta ahora se han estudiado, sobre todo, la artrosis de rodilla y la de cadera, con la artrosis de mano ocupando el siguiente lugar, mientras que las demás localizaciones no han sido apenas estudiadas.
Esta variabilidad nos indica que los mecanismos moleculares de la artrosis no son idénticos en cada localización. Esto es algo que ya se podía predecir dada la falta de correlación clínica entre artrosis en distintas localizaciones, pero que no se ha manifestado con toda claridad hasta obtener estos hallazgos genéticos. Por desgracia, esta variabilidad es también un obstáculo en el avance hacia la identificación de más locus de susceptibilidad, ya que es más difícil obtener colecciones de muestras del tamaño necesario para estos estudios. Hasta ahora se han estudiado, sobre todo, la artrosis de rodilla y la de cadera, con la artrosis de mano ocupando el siguiente lugar, mientras que las demás localizaciones no han sido apenas estudiadas.
Otro de los hallazgos notables en la investigación de la artrosis es que su componente genético es poligénico. Esto es, que participan muchas variantes distribuidas de una forma más o menos uniforme por el genoma, cada una de ellas determinando un aumento del riesgo muy modesto. Este hallazgo y la experiencia en otras enfermedades de etiología compleja en las que se ha avanzado más nos hace ver que el número de locus identificados es todavía muy pequeño y no explican nada más que una pequeña fracción del componente genético.
Sin embargo, hay estudios en marcha que van a permitir reducir este déficit. Algunos son estudios específicos en los que se está siguiendo a pacientes con artrosis incipiente, como el estudio OAI (OsteoArthritis Initiative) en Estados Unidos o el estudio Check (Cohort Hip & Cohort Knee) en Holanda. En estos estudios se incluyen muchas variables de seguimiento con un importante componente de análisis de imagen y de biomarcadores. Otros son estudios longitudinales poblacionales. Estos incluyen más sujetos (del orden de cientos de miles), pero tardarán más en proporcionar resultados y no tendrán un seguimiento tan completo. En cualquier caso, el futuro del estudio genético de la artrosis es prometedor.
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