miércoles, 30 de abril de 2014

Los problemas gastrointestinales son más comunes en los niños autistas, según una revisión: MedlinePlus

Los problemas gastrointestinales son más comunes en los niños autistas, según una revisión: MedlinePlus

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Los problemas gastrointestinales son más comunes en los niños autistas, según una revisión

Su riesgo de problemas digestivos es cuatro veces mayor que el de sus pares que se desarrollan con normalidad, hallaron los investigadores
Traducido del inglés: lunes, 28 de abril, 2014
Imagen de noticias HealthDay
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LUNES, 28 de abril de 2014 (HealthDay News) -- Hace mucho que los padres de niños autistas sospechan que el autismo y los problemas gastrointestinales van de la mano, y ahora un nuevo estudio los respalda.
El estudio, una revisión de la investigación médica, halló que los niños con autismo tienen más de cuatro veces más probabilidades que sus pares con un desarrollo normal de tener dificultades digestivas, como dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
Los autores del estudio enfatizan que eso no significa que los problemas gastrointestinales sean la causa del autismo, como había sugerido una teoría muy desacreditada, ni que algo de la biología del autismo provoque problemas estomacales.
No se estableció una relación causal.
Pero los investigadores apuntan a que el vínculo entre los dos problemas es suficientemente potente como para ameritar más investigación.
"Buscamos buenas investigaciones por todos lados, y solo hallamos 15 estudios en 32 años", señaló el autor del estudio, William Sharp, psicólogo pediátrico conductual de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta.
"Se trata de algo que es un problema prominente para los niños autistas. Debemos reenfocar nuestros esfuerzos científicos para obtener un método basado en la evidencia para la evaluación y el tratamiento de estos niños", señaló Sharp, quien se especializa en los problemas de la alimentación de los niños autistas.
Para la revisión, que aparece en línea el 28 de abril y en la edición impresa de mayo de la revista Pediatrics, Sharp y sus colaboradores buscaron estudios sobre los problemas digestivos en el autismo en la literatura médica. Enfocaron su búsqueda en estudios que incluyeran un grupo de comparación ("control"). Por lo general, esos grupos de control estaban conformados por pares o hermanos de los niños autistas que se desarrollaban con normalidad.
De los 961 estudios posibles, apenas 15 incluían un grupo de control. Pero incluso esos estudios tenían ciertos problemas, reconoció Sharp. Usaron definiciones distintas para problemas comunes como la diarrea y el estreñimiento. Muchos utilizaron reportes de los padres para documentar un problema, mientras que otros solo contaron los problemas estomacales anotados en el expediente médico de un niño.
Tras limar esas diferencias tan bien como pudieron, los investigadores hallaron unas tasas altas de problemas gástricos en los niños autistas. La diarrea y el estreñimiento fueron los problemas más frecuentemente reportados. Los niños autistas tenían casi cuatro veces más probabilidades de sufrir de diarrea o estreñimiento que los niños con un desarrollo normal, hallaron los investigadores. Y tenían más del doble de probabilidades de experimentar dolor abdominal.
Los médicos aún no saben por qué los niños con autismo son más propensos a los problemas digestivos, pero creen que en gran parte podría ser algo conductual.
Algunos estudios han sugerido que los niños autistas no amamantan bien en la infancia. La leche materna ayuda a desarrollar y a proteger el tracto digestivo de los bebés. Quizá eso sea algo que les falte a los niños autistas.
También pueden ser quisquillosos para comer.
"Si un padre dice que su hijo tiene estreñimiento de forma ocasional, ¿es eso suficiente para afirmar que el niño tiene un problema gastrointestinal, si es quisquilloso y solo come arroz blanco?", planteó Cynthia Johnson. Johnson es directora del centro de autismo del Hospital Pediátrico de Pittsburgh. No participó en la investigación.
Johnson comentó que hasta que se sepa más, los padres deben informar al médico sobre los problemas digestivos.
"Deben saber que hay que plantear esas preocupaciones al pediatra para ver si el niño debe ser atendido por un gastroenterólogo o no", dijo. "Pero si parece relacionado con la dieta, probablemente deban hablar con un dietista para obtener una recomendación".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: William Sharp, Ph.D., behavioral pediatric psychologist, Marcus Autism Center, Emory University School of Medicine, Atlanta; Cynthia Johnson, Ph.D., director, autism center, Children's Hospital of Pittsburgh; May 2014, Pediatrics
HealthDay
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