Identificado el primer gen asociado con el glioma familiar
11/12/2014 - E.P.
Las mutaciones se relacionan con el oligodendroglioma, un glioma de grado inferior, que es más sensible a la terapia de radiación.
Un consorcio internacional de investigadores dirigido por el Colegio Baylor de Medicina, en Estados Unidos, ha identificado por primera vez un gen asociado con el glioma familiar, es decir, tumores cerebrales que aparecen en dos o más miembros de una misma familia, proporcionando un nuevo respaldo a la idea de que que ciertas personas pueden estar genéticamente predispuestas a la enfermedad.
"En general, la comunidad clínica piensa que no existe una asociación entre la historia familiar y el desarrollo de glioma. Como sabemos muy poco acerca de los factores genéticos que contribuyen, cuando se producen casos en dos o más miembros de la familia, se considera una coincidencia", señala la doctora Melissa Bondy, directora asociada de Prevención del Cáncer y Ciencias de la Población en el Centro de Cáncer del Colegio Baylor.
"Al entender más sobre la relación genética, esperamos que algún día podamos mejorar los tratamientos y las estrategias de prevención para las personas con antecedentes familiares de glioma", augura Bondy. El estudio, publicado en 'Journal of National Cancer Institute', se llevó a cabo a través del Consorcio Gliogene, un grupo de colaboración de expertos en tumores cerebrales familiares de todo el mundo, que es financiado principalmente por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
"He estado investigando el glioma familiar durante casi 30 años y ésta es realmente la primera vez que hemos tenido éxito al tratar de identificar un gen que está potencialmente asociado con predisposición a la enfermedad", afirma Bondy, también investigadora principal del Consorcio Gliogene.
El Consorcio Gliogene reclutó a 435 familias en las que se produjo glioma de 14 centros en Estados Unidos, Suecia, Dinamarca, Reino Unido e Israel entre 2007 y 2011, cuando Bondy trabajaba en el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, Estados Unidos. Desde septiembre de 2011, está en la Facultad de Baylor, donde empezó a colaborar con expertos del Centro de Secuenciación del Genoma Humano de la universidad para avanzar en la investigación genética de la enfermedad.
El equipo aplicó un método avanzado de la prueba genética llamada secuenciación del exoma entero (que determina la secuencia de ADN de los exones o regiones codificantes de proteínas de decenas de miles de genes simultáneamente) en 90 individuos con glioma de 55 familias inscritas en el proyecto Gliogene.
El doctor Matthew Bainbridge, asociado postdoctoral en el Centro de Secuenciación del Genoma Humano en Baylor y primer autor del trabajo, rastreó los datos de secuenciación y las mutaciones identificadas en un gen llamado POT1, que estaba presente en dos de las familias.
En una familia, seis miembros albergaban una mutación de POT1 que rara vez se ve en otras poblaciones y, entre ellos, tres desarrollaron glioma. En otra, seis individuos llevaban una mutación diferente en el gen POT1 y dos desarrollaron glioma. Los investigadores validaron aún más el hallazgo en un grupo separado de personas y familias con glioma en el que identificaron una mutación adicional en POT1 en una sola familia.
"Estamos aprendiendo sobre el riesgo de cáncer asociado con mutaciones en POT1. Algunos de los otros miembros de la familia que llevan la mutación pueden desarrollar tumores cerebrales más tarde en la vida --apunta Bondy--. Estos miembros eran más jóvenes que los que desarrollaron la enfermedad".
Las mutaciones en el gen POT1 predicen que se producirá una interrupción en una región de la proteína POT1 que es importante para su función en los telómeros, los tapones de protección en el extremo de los cromosomas. "POT1 modula la actividad de la telomerasa, una enzima altamente regulada que alarga los telómeros --explica Bondy--. Éste es un proceso muy importante y cuando el proceso se interrumpe con una mutación en un gen como POT1, los telómeros se alargan".
Aunque los telómeros cortos han sido implicados en una amplia gama de tipos de cáncer, los telómeros más largos se han asociado previamente con algunos tipos de cáncer, observan los autores. También se ha visto recientemente POT1 en el melanoma familiar en asociación con telómeros más largos por parte de otro equipo de investigación.
En el estudio de Gliogene, las mutaciones se relacionan con oligodendroglioma, un glioma de grado inferior, que es más sensible a la terapia de radiación. "Vamos a realizar una investigación adicional para ver la frecuencia de la mutación en gliomas familiares y si también está asociada con grados más altos de la enfermedad", adelanta Bondy.
"Conforme sabemos más sobre POT1 y el glioma familiar, podemos avanzar en el asesoramiento a las familias sobre el riesgo de glioma o posiblemente señalar el camino a nuevas dianas terapéuticas", augura la doctora Sharon Plon, coautora del estudio y especialista en genética médica en Baylor. "Éste es el comienzo de la definición de los genes para el glioma familiar", concluye.
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