PUBLICADO EN 'CELL STEM CELL'
Las hormonas sexuales de las mujeres pueden proteger frente a algunos tipos de leucemia
JANO.es · 05 diciembre 2014 00:30
Un estudio del CNIC demuestra que el tamoxifeno tiene efectos específicos sobre las células madre sanguíneas y su descendencia más inmediata, los llamados progenitores multipotentes.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha liderado un estudio internacional en el que se ha observado cómo los estrógenos regulan la actividad de las células madre sanguíneas de la médula ósea y, de este modo, influyen en el desarrollo de algunos tipos de leucemia y otros trastornos de la sangre.
El hallazgo, que publica en su último número la revista Cell Stem Cell, puede aplicarse en el tratamiento de ciertas leucemias para las que no existen curas definitivas en la actualidad, como las pertenecientes al grupo de las llamadas neoplasias mieloproliferativas, según los autores. Éstos, en colaboración con un equipo del Hospital Universitario de Basilea, Suiza, han demostrado en ratones que un tratamiento ya aprobado y ampliamente utilizado para el cáncer de mama, el tamoxifeno, bloquea los síntomas y la progresión de dichas neoplasias mieloproliferativas).
Desde hace tiempo se sabe que los hombres tienen un mayor riesgo de desarrollar leucemia que las mujeres pero hasta ahora se desconocían las causas de esta diferencia, según ha señalado Simón Méndez-Ferrer, científico del CNIC que ha liderado la investigación. Asimismo, se sabía que algunos tipos de células sanguíneas estaba regulados por estrógenos, pero se desconocía su influencia en las células madre sanguíneas, incluyendo aquellas causantes de las neoplasias mieloproliferativas.
El hallazgo, que publica en su último número la revista Cell Stem Cell, puede aplicarse en el tratamiento de ciertas leucemias para las que no existen curas definitivas en la actualidad, como las pertenecientes al grupo de las llamadas neoplasias mieloproliferativas, según los autores. Éstos, en colaboración con un equipo del Hospital Universitario de Basilea, Suiza, han demostrado en ratones que un tratamiento ya aprobado y ampliamente utilizado para el cáncer de mama, el tamoxifeno, bloquea los síntomas y la progresión de dichas neoplasias mieloproliferativas).
Desde hace tiempo se sabe que los hombres tienen un mayor riesgo de desarrollar leucemia que las mujeres pero hasta ahora se desconocían las causas de esta diferencia, según ha señalado Simón Méndez-Ferrer, científico del CNIC que ha liderado la investigación. Asimismo, se sabía que algunos tipos de células sanguíneas estaba regulados por estrógenos, pero se desconocía su influencia en las células madre sanguíneas, incluyendo aquellas causantes de las neoplasias mieloproliferativas.
Ahora, este trabajo ha demostrado que el tamoxifeno tiene efectos específicos sobre determinadas células de la médula ósea, en concreto sobre las células madre sanguíneas y su descendencia más inmediata, los llamados progenitores multipotentes, ha añadido Abel Sánchez-Aguilera, otro de los autores del trabajo.
Sin embargo, la investigación también reveló que el tamoxifeno tenía un efecto muy distinto en ratones sanos y enfermos. Cuando se administra a ratones normales produce la muerte celular de los progenitores multipotentes, al tiempo que las células madre aceleran su división y pierden parcialmente su funcionalidad. Pero cuando se administra a animales enfermos, se produce un bloqueo de los síntomas y la progresión de la enfermedad, lo que constituye un efecto terapéutico.
A esto se le añade otra ventaja, ya que estos efectos no causan apenas ninguna alteración en el resto de las células sanguíneas, que se mantienen en niveles normales incluso después de tratamientos muy prolongados con el fármaco, no apreciándose ninguna toxicidad.
A diferencia de lo que ocurre en el cáncer de mama, donde el tamoxifeno bloquea la acción de los estrógenos, se observó que en las células sanguíneas el fármaco actúa imitando la función de la hormona.
Sin embargo, la investigación también reveló que el tamoxifeno tenía un efecto muy distinto en ratones sanos y enfermos. Cuando se administra a ratones normales produce la muerte celular de los progenitores multipotentes, al tiempo que las células madre aceleran su división y pierden parcialmente su funcionalidad. Pero cuando se administra a animales enfermos, se produce un bloqueo de los síntomas y la progresión de la enfermedad, lo que constituye un efecto terapéutico.
A esto se le añade otra ventaja, ya que estos efectos no causan apenas ninguna alteración en el resto de las células sanguíneas, que se mantienen en niveles normales incluso después de tratamientos muy prolongados con el fármaco, no apreciándose ninguna toxicidad.
A diferencia de lo que ocurre en el cáncer de mama, donde el tamoxifeno bloquea la acción de los estrógenos, se observó que en las células sanguíneas el fármaco actúa imitando la función de la hormona.
Sin alternativas terapéuticas salvo el trasplante
Las neoplasias mieloproliferativas, como la policitemia vera, son tumores frecuentemente causados por una mutación en el gen que produce la proteína JAK2 en las células madre sanguíneas, y actualmente no existe para ellas ningún tratamiento curativo, con la excepción del trasplante de médula ósea, solo recomendado en una minoría de pacientes.
La enfermedad provoca la acumulación de células sanguíneas anormales y la degeneración de la médula ósea, procesos que en los animales enfermos son bloqueados por el tamoxifeno. El tratamiento es capaz de eliminar las células madre anormales, responsables últimas de la enfermedad (algo que las terapias actuales, incluyendo los inhibidores de JAK2, no consiguen hacer).
"Aunque no se conoce exactamente la causa, el tamoxifeno parece tener un efecto más potente sobre las células leucémicas que sobre las sanas, lo que permite bloquear la enfermedad sin causar efectos secundarios importantes sobre las células normales de la sangre", apunta Méndez-Ferrer.
Uno de los datos más destacados de esta investigación es su potencial traslado a la práctica clínica en un tiempo relativamente corto. "El hecho de que sea un fármaco ya aprobado para uso clínico y suficientemente seguro, facilita enormemente la posible aplicación de estos resultados para el tratamiento de pacientes con neoplasias mieloproliferativas", concluye el autor principal del estudio.
Las neoplasias mieloproliferativas, como la policitemia vera, son tumores frecuentemente causados por una mutación en el gen que produce la proteína JAK2 en las células madre sanguíneas, y actualmente no existe para ellas ningún tratamiento curativo, con la excepción del trasplante de médula ósea, solo recomendado en una minoría de pacientes.
La enfermedad provoca la acumulación de células sanguíneas anormales y la degeneración de la médula ósea, procesos que en los animales enfermos son bloqueados por el tamoxifeno. El tratamiento es capaz de eliminar las células madre anormales, responsables últimas de la enfermedad (algo que las terapias actuales, incluyendo los inhibidores de JAK2, no consiguen hacer).
"Aunque no se conoce exactamente la causa, el tamoxifeno parece tener un efecto más potente sobre las células leucémicas que sobre las sanas, lo que permite bloquear la enfermedad sin causar efectos secundarios importantes sobre las células normales de la sangre", apunta Méndez-Ferrer.
Uno de los datos más destacados de esta investigación es su potencial traslado a la práctica clínica en un tiempo relativamente corto. "El hecho de que sea un fármaco ya aprobado para uso clínico y suficientemente seguro, facilita enormemente la posible aplicación de estos resultados para el tratamiento de pacientes con neoplasias mieloproliferativas", concluye el autor principal del estudio.
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