AVANZANDO EN INVESTIGACIÓN
El lento camino para ir más allá del efecto paliativo del cannabis
El poder antitumoral y neuroprotector sólo está demostrado en animales. El empleo para dolor, espasticidad o como antiemético se consolida.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com | 20/04/2015 00:00
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0 comentariosManuel Guzmán, en su laboratorio de la Universidad Complutense. (Mauricio Skrycky)
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La investigación sobre los posibles usos terapéuticos de los cannabinoides podría experimentar un nuevo impulso gracias a los cambios legislativos que están realizando algunos países, entre ellos Estados Unidos, que ultima una regulación federal que abandona la equiparación de la marihuana con drogas como la heroína y normaliza sus posibles usos médicos. Estas iniciativas reforzarán el interés de los laboratorios que ya están convencidos del potencial de los cannabinoides, como GW Pharmaceuticals y podrían despertar el interés de muchas otras compañías farmacéuticas.
Sea por cuestiones legales, sociales, científicas o por una combinación de todas ellas, la investigación en este ámbito parece haberse estancado en los últimos años. Las líneas más ambiciosas, encaminadas a desentrañar el potencial de los cannabinoides frente a patologías como el cáncer o las enfermedades neurodegenerativas, aún no han dado los frutos esperados.
Lo más destacable de los últimos tiempos es que los usos clásicos de los derivados de la planta Cannabis sativa, eminentemente paliativos (para aliviar el dolor, como antiemético, para estimular el apetito, para combatir la espasticidad, para la ansiedad...), se han consolidado y ampliado.
No obstante, se trata de una utilización fuera de los cauces oficiales, ya que buena parte de los pacientes que recurren a estos preparados lo hacen al margen de los médicos que les están tratando. "La mayor parte de los pacientes toman de manera semicontrolada aceites. Ya hay algunos bastante bien hechos, estandarizados, con sus controles de toxinas, de pesticidas y microbiológicos", señala Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides.
- El cannabidiol ha resultado eficaz frente a la epilepsia grave en un ensayo que se acaba de presentar en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología.
Esos aceites, que pueden adquirirse fácilmente a través de internet, contienen distintas proporciones de los dos componentes activos del cannabis más relevantes: tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). Este último, que carece de los efectos psicoactivos del THC, ha sido, según Guzmán, "el gran redescubrimiento de los últimos años". En pocas palabras, "es antipsicótico y anticonvulsionante y normaliza los efectos inhibidores de la actividad motora y de la coordinación motora del THC. Digamos que permite tolerar mucho mejor el THC".
Sativex
De hecho, Sativex, el único fármaco de origen cannábico comercializado en España (Marinol, que son cápsulas de THC, se importa como medicación extranjera y la nabilona es un derivado sintético), contiene THC y CBD a partes iguales. Está indicado como tratamiento de segunda línea de la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple (EM), pero se están evaluando otros usos y en Canadá ya se ha aprobado para dolor oncológico y neuropático.
De hecho, Sativex, el único fármaco de origen cannábico comercializado en España (Marinol, que son cápsulas de THC, se importa como medicación extranjera y la nabilona es un derivado sintético), contiene THC y CBD a partes iguales. Está indicado como tratamiento de segunda línea de la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple (EM), pero se están evaluando otros usos y en Canadá ya se ha aprobado para dolor oncológico y neuropático.
Guzmán reconoce que, en definitiva, "en términos farmacológicos seguimos estando en lo clásico, pero con mejoras en la posología y, sobre todo, introduciendo el CBD para mejorar la tolerancia del THC".
Es precisamente de la mano del CBD de donde pueden llegar, según el científico, los próximos avances cualitativos: "Hay un movimiento muy importante en distintos países, entre ellos España, para conseguir que niños con epilepsias intratables y muy graves puedan disponer de CBD". Un estudio abierto que se ha presentado para la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebra en Washington del 18 al 25 de abril, revela los prometedores resultados de un preparado líquido de CBD de GW Pharmaceuticals en un total de 214 pacientes con epilepsia de diferentes edades, entre los que se incluían casos de síndrome de Dravet. Entre las 137 personas que completaron las doce semanas de estudio, el número de crisis se redujo como promedio un 54 por ciento.
El CBD también se ha mostrado prometedor en otras patologías en fases de estudio menos avanzadas. En España, el equipo de Carmen Guaza, jefa del Grupo de Neuroinmunología del Instituto Cajal, del CSIC (Madrid), ha valorado su efecto en modelos animales de EM. "Hemos visto efectos antinflamatorios y neuroprotectores", afirma la investigadora. Su equipo también trabaja con Sativex en modelos de EM para valorar su potencial, "no sólo para síntomas como la espasticidad o el dolor neuropático, sino ver si tiene un efecto protector sobre la fase progresiva". En un estudio publicado en British Journal of Pharmacology han visto in vitro y en ratones que este fármaco regula las proteínas de matriz extracelular, lo que indica que podría tener una acción favorecedora de la remielinización.
El mayor conocimiento del sistema cannabinoide endógeno es un gran impulsor de la investigación en este ámbito. El receptor cannabinoide de tipo 1 (CB1) es el más abundante en el sistema nervioso central, mientras que CB2 tiene un papel primordial en el sistema inmune. "CB1 tiene efectos en la transmisión glutamatérgica, neuroprotectores y antioxidantes", expone Guzmán. Por otro lado, "CB2 puede evitar que la microglía se sobreactive y produzca efectos inflamatorios". De ahí que su equipo y otros indaguen su potencial en Alzheimer y Huntington, entre otras enfermedades.
También se están explorando los efectos sobre los trastornos metabólicos, como la resistencia a la insulina o la esteatosis hepática. En este campo ya hay ensayos en fase II.
Pequeños pasos en la investigación antitumoral
El equipo de Guzmán estudia el efecto antitumoral de los cannabinoides, un área muy activa en la actualidad. "Hemos visto en ratas y ratones y en varios tipos de cáncer, sobre todo cerebral, que el THC ataca distintos puntos de la progresión tumoral. El más relevante es la inducción directa, a través de los receptores cannabinoides, de apoptosis en las células tumorales". Tras los prometedores resultados en animales, el siguiente paso será hacer un ensayo con THC y CBD añadidos a la quimioterapia estándar en pacientes con glioma
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