Expertos insisten en la importancia de la vacunación del adulto: las vacunas de la infancia no protegen toda la vida
Madrid (29/04/2015) - Redacción
• Así se ha destacado en el 40 aniversario del primer calendario vacunal: se incide en que las vacunas han demostrado ser una de las medidas de mayor impacto en materia de salud pública
• Según los expertos resulta prioritario avanzar aún más y pasar de la vacunación individualizada del adulto al desarrollo de una estrategia de prevención integral similar a la existente para el colectivo infantil: la vacunación del adulto y del paciente crónico deben considerarse como retos prioritarios
En el marco de la Semana Europea de la Vacunación y con motivo del 40 aniversario del primer calendario vacunal, profesionales médicos se han dado cita en la Real Academia Nacional de Medicina en el IV Curso de actualización en Vacunas. En las jornadas coordinadas por el Dr. Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, los expertos han insistido en la importancia de la vacunación del adulto como una asignatura pendiente porque las vacunas de la infancia no inmunizan durante toda la vida.
Durante el encuentro, el Dr. Gil de Miguel ha repasado los grandes logros de las vacunas y del calendario vacunal, así como su contribución en el ámbito de la salud pública. El mayor éxito de las vacunas ha sido la erradicación y/o el control de enfermedades infecciosas que hace años suponían un gran riesgo para la población.
En este contexto, se ha recordado la apuesta por la prevención de la mayoría de países del mundo. Una apuesta que ha permitido contar con altas coberturas vacunales que evitan la circulación de los virus, y con ello, la muerte de entre dos y tres millones de personas al año. Sin embargo, todavía 22 millones de niños en el mundo no tienen acceso a las vacunas. Por ello, el coordinador de las jornadas ha recordado la importancia de seguir trabajando en materia de prevención.
Asimismo, durante el encuentro el Dr. Javier Castrodeza, director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, ha insistido en la necesidad de revisar periódicamente los calendarios de vacunación y las estrategias de prevención con el fin de adaptarlos continuamente a las necesidades de la población.
En este sentido señala que los calendarios de vacunación no son estáticos, sino que deben contar con la flexibilidad suficiente para incorporar las nuevas vacunas que surjan a raíz de las investigaciones, o retirar las que ya no sean efectivas. Estas decisiones han de estar basadas en criterios de coste efectividad y evidencia científica.
Vacunación del adulto: una asignatura pendiente
Durante el encuentro los expertos han insistido especialmente en la importancia de la vacunación de adulto ya que a medida que avanza la edad su sistema inmune se debilita y aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas. Además, se ha recordado la importancia de actualizar el calendario de vacunación en edad adulta, ya que las vacunas de la infancia no protegen durante toda la vida.
En concreto, los expertos han recordado cuáles son las principales enfermedades a tener en cuenta en la edad adulta: gripe, el tétanos, la difteria, la tosferina, el neumococo y el Herpes Zóster. No obstante, los profesionales médicos han insistido que en la edad adulta la vacunación hay que revisarla de forma individualizada teniendo en cuenta principalmente, el grupo de edad de la persona y su condición médica.
El paciente crónico es considerado como grupo poblacional prioritario en materia de prevención al contar con un sistema inmunitario debilitado. En estos pacientes, el riesgo de contraer enfermedades infecciosas prevenibles se multiplica.
Para este grupo de pacientes padecer estas enfermedades puede suponer la descompensación y agravamiento de su patología de base, acompañado de problemas en el curso de su tratamiento habitual. Por ello, evitar enfermedades infecciosas y debilitantes prevenibles se trata de una medida adecuada puesto que les evita sufrir un proceso doloroso mantenido en el tiempo, que además de complicar el control de su patología, genera un consumo adicional de recursos sanitarios.
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