CROI 2016
Trastornos oculares y reumatológicos, principales secuelas del Ébola
Los supervivientes del virus del Ébola acarrean una serie de trastornos que no deben desdeñarse. Igualmente es crucial vigilar la posible transmisión sexual tras superar la enfermedad.
Redacción. Madrid | 24/02/2016 15:49
El 29 de diciembre de 2015, Guinea fue declarado libre de la enfermedad por el virus del Ébola y se dieron de alta a 1.268 pacientes de los centros de tratamiento específicos. En marzo de 2015, un equipo de médicos del Instituto de Investigación para el Desarrollo, de Montpellier, inició unestudio de seguimiento con supervivientes en Conakry y Macenta para describir las características clínicas, biológicas, virológicas, inmunológicas, y su evolución psicosocial. El reclutamiento sigue en curso y Jean-François Etard, del citado centro francés, ha presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), en Boston, los resultados preliminares obtenidos de esta cohorte.
En el momento de la inclusión en el estudio, y posteriormente, cada tres meses, los investigadores realizaron un examen clínico, psicológico, la evaluación social, los exámenes biológicos estándar y la búsqueda de ARN del virus del Ébola en los fluidos corporales.
A día 15 de diciembre de 2015, se habían incluido 375 supervivientes. La edad media fue de 28,8 años, 169 (45 por ciento) eran hombres, 76 (20 por ciento) eran niños. De ellos, 16 (4 por ciento) pacientes recibieron favipiravir, y 37 (10 por ciento) plasmaféresis.
En el momento de la inclusión, se registraron 1.081 eventos clínicos en 296 (79 por ciento) pacientes, con más frecuencia en adultos que en niños (82 vs. 64 por ciento). Los principales signos fueron: síntomas generales (39 por ciento refería fatiga, fiebre, anorexia); síntomas neurológicos (32 por ciento, dolor de cabeza); signos reumatológicos (46 por ciento, dolor articular); signos oculares (16 por ciento, conjuntivitis, iridociclitis, deficiencia de la visión); enfermedades infecciosas (22 por ciento); dolor pélvico-abdominal (21 por ciento), y anemia (13 por ciento).
El examen oftalmológico detallado en 21 pacientes con trastornos oculares mostró 11 uveítis, incluidos casos con opacidades corneales bilaterales, coriorretinitis activas y panuveítis.
De los varones cuyo semen se analizó (68), en 10 muestras (8 hombres) se encontró carga de ARN viral hasta 9 meses después de la aparición de la enfermedad, con una tendencia decreciente.
De los 131 pacientes dados de alta en el centro médico de Conakry, con un promedio de cinco meses desde el momento del alta, el 20 por ciento requería atención psicológica/psiquiátrica.
Las secuelas detectadas en el ámbito general, así como en forma de afecciones oftalmológicas, reumatológicas y psicológicas subrayan el impacto de la infección por el virus del Ébola, destacan los científicos franceses. Por otra parte, la persistencia viral a largo plazo en el semen plantea la necesidad de medidas específicas para evitar nuevas infecciones.
Transmisión sexual
Precisamente, sobre esto último hace hincapié otro trabajo presentado esta semana en CROI. El estudio, también realizado por investigadores europeos, y expuesto por Daouda Sissoko, del Inserm, en Burdeos (Francia), analiza en supervivientes de la infección, la presencia seminal del ARN del virus.
Precisamente, sobre esto último hace hincapié otro trabajo presentado esta semana en CROI. El estudio, también realizado por investigadores europeos, y expuesto por Daouda Sissoko, del Inserm, en Burdeos (Francia), analiza en supervivientes de la infección, la presencia seminal del ARN del virus.
Para ello, incluyeron a 25 hombres procedenets de tres unidades de tratamiento del Ébola, en la región costera de Guinea entre el 6 de febrero y el 6 de julio de 2015. Las muestras de semen se obtuvieron cada 3-6 semanas hasta alcanzar niveles no detectables de ARN del virus del Ébola en dos muestras consecutivas. Las muestras se analizaron in situ.
Se recogieron un total de 116 muestras de semen. Alrededor del 10 por ciento de los pacientes presentaba una viremia detectable en semen hasta un año después de la aparición de la enfermedad. De ahí que los investigadores propugnen que los programas de atención para supervivientes a largo plazo incluyan la aplicación de las pruebas de semen, asesoramiento y medidas profilácticas el fin de evitar la posible transmisión sexual.
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