La patología adicional dicta la estrategia terapéutica de la HTA

En el paciente que ha sufrido un ictus conviene distinguir entre el manejo de la hipertensión en la fase aguda y una vez superada.

Enrique Mezquita. Valencia | dmredaccion@diariomedico.com | 14/03/2016 00:00

Julián Segura, presidente de SEH-LELHA. (Enrique Mezquita)

El manejo de la hipertensión arterial (HTA) en situaciones patológicas especiales ha ocupado parte del congreso de hipertensión de Valencia. Por ejemplo, su abordaje en pacientes que han padecido un ictus o presentan fibrilación auricular requiere un planteamiento personalizado que tenga en cuenta las características y complejidad adicional del binomio patológico que se presenta. Según Julián Segura, presidente de la SEH-Lelha, "en el paciente que ha sufrido un ictus debemos distinguir entre el manejo de la hipertensión en la fase aguda y una vez superada".

Manejo individual
En el primer momento, "hay que reducir esa cifra, pero es necesario seguir una serie de pautas en cuanto a la intensidad y la velocidad, que hay que disminuirla: no hace falta en las primeras 24 horas tener al paciente perfectamente controlado, sino que el descenso tiene que ser gradual también para dar tiempo a los mecanismos de autorregulación de la circulación cerebral a que se vayan adaptando a ese descenso de presión arterial".

Pasada la fase aguda, es necesario un manejo crónico de seguimiento, que dependerá de cuál haya sido la afectación después del ictus.

En paciente con arritmia cardiaca o fibrilación auricular, el control de la hipertensión arterial debe ser correcto para evitar el riesgo de descompensaciones de la propia fibrilación, pero también hay que tener en cuenta el riesgo de complicaciones trombóticas.

Ensayo 'Empa-Reg Outcome'

Los resultados del ensayo Empa-Reg Outcome demuestran que empagliflozina, fármaco para tratar la diabetes de la alianza Boehringer Ingelheim y Lilly, disminuye el riesgo cardiovascular y una de cada tres muertes cardiovasculares en diabéticos. Además, reduce la mortalidad cardiovascular hasta un 38 por ciento, disminuyendo todo tipo de muerte en un 32 por ciento.