jueves, 10 de marzo de 2016

Un millón de españoles padece fibrilación auricular, uno de los principales factores de riesgo de ictus :: El Médico Interactivo :: Un millón de españoles padece fibrilación auricular, uno de los principales factores de riesgo de ictus

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Un millón de españoles padece fibrilación auricular, uno de los principales factores de riesgo de ictus



Barcelona (10/03/2016) - El Médico Interactivo

• En el marco del Día Europeo de la Prevención de Riesgo Cardiovascular (14-M), se recuerda que la FA aumenta en cinco veces el riesgo de sufrir un ictus embólico, y que el tratamiento con anticoagulantes orales de acción directa disminuye un 60 por ciento el riesgo de ictus en los pacientes con FA no valvular

• El 50 por ciento de los profesionales de centros de salud carece de guías o protocolos para el manejo del paciente anticoagulado, según el informe SAMOA de Boehringer Ingelheim

En España hay un millón de personas con fibrilación auricular, y más de 90.000 están sin diagnosticar. La fibrilación auricular (FA) es la anomalía cardíaca más frecuente en adultos y una de las principales causas de ictus, que cada año afecta a más de 120.000 personas en nuestro país. Las personas con fibrilación auricular presentan mayor riesgo de formar coágulos sanguíneos, lo que a su vez aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un ictus embolico. Ante este escenario, la compañía Boehringer Ingelheim presenta SAMOA, un informe elaborado por Grupo SANED con casi 900 profesionales médicos de distintas disciplinas para determinar cómo es la situación de la anticoagulación en España, identificar deficiencias e intentar mejorar dicha situación.
En el marco del Día Europeo de la Prevención de Riesgo Cardiovascular, que se celebra el próximo 14 de marzo, y siguiendo su compromiso con la prevención del ictus, Boehringer Ingelheim recuerda que conocer los factores de riesgo y controlarlos es básico para ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Según la OMS, el 75 por ciento de las enfermedades cardiovasculares se puede atribuir a seis factores de riesgo: hábito tabáquico, consumo de alcohol, hipertensión, colesterol, diabetes y obesidad. Todos estos factores de riesgo son modificables y pueden controlarse y prevenirse manteniendo una dieta sana, practicando ejercicio físico de forma regular y abandonando el tabaco. La preexistencia de otras anomalías cardiovasculares, como la fibrilación auricular, también elevan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular pero la existencia de tratamientos anticoagulantes permite asimismo modelar y controlar este riesgo reduciendo en un 60 por ciento la probabilidad de sufrir un ictus en estos pacientes.
El informe SAMOA, elaborado por Boehringer Ingelheim, revela interesantes datos sobre el manejo de los pacientes anticoagulados. Este estudio, en el que han colaborado numerosos expertos y especialistas de diferentes sociedades médicas, ha analizado las percepciones de cerca de 900 médicos de distintas especialidades distribuidos entre 456 hospitales y 437 centros de salud repartidos por todas las comunidades autónomas del país.
Con los resultados obtenidos, SAMOA ha permitido identificar una serie de retos a considerar por parte de todos los actores implicados, con el objetivo de mejorar el día a día de estos pacientes. Tal como explica el Dr. Barrios, presidente de la sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC): el estudio ha detectado deficiencias en el manejo de los pacientes anticoagulados, en especial una falta de protocolos de actuación. "Dichas deficiencias no han sorprendido a los profesionales, ya que son carencias que todos intuían. En ese sentido, este estudio ha proporcionado una constatación objetiva", afirma el Dr. Barrios.

Resultados que revela el Informe SAMOA

Según el Informe, el tratamiento anticoagulante se indica al 42 por ciento de los pacientes con FA ya en el centro de salud. En el resto de los casos, estos pacientes se derivan a servicios especializados: Cardiología (32 por ciento), Hematología (10) y Urgencias (9). Así, en la mayoría de casos es el médico de AP quien inicia este tratamiento (45 por ciento).
En el proceso de derivación al especialista, actualmente transcurren dos días para uno de cada cuatro pacientes (25,3 por ciento). Sin embargo, para el 34,5 por ciento de los pacientes a los que se detecta FA transcurren más de nueve días hasta que son atendidos por un especialista.
Según el doctor Vivencio Barrios, "cabe destacar que el tiempo transcurrido en la derivación del paciente a Cardiología es heterogéneo, en función del centro médico. Aunque en muchas áreas sanitarias el paciente será valorado en la consulta de Cardiología en menos de diez días, es llamativo que en un porcentaje significativo de casos la evaluación por el cardiólogo se retrase excesivamente. En cualquier caso, los tratamientos anticoagulantes deben administrarse ya en Atención Primaria para evitar el riesgo en estos pacientes, y ésta es una práctica que está funcionando en AP con excelentes resultados, tal como demuestra el estudio".
Una vez indicado el tratamiento anticoagulante, la mayor parte de los pacientes recibe un seguimiento compartido entre Primaria y Hospitalaria (un 60 por ciento). Habitualmente este seguimiento se realiza entre el servicio de Hematología (53 por ciento) y el centro de salud (43 por ciento). A pesar de ello, los profesionales de salud detectan una falta de coordinación en este seguimiento combinado entre Primaria y Hospitalaria, especialmente en el caso de los pacientes tratados con NACOs o ACODs (anticoagulantes orales de acción directa) en relación a los tratados con anticoagulantes Anti Vitamina K.

Carencia de guías y protocolos

A nivel general, tanto en los centros hospitalarios, como en los centros de salud se aprecia una carencia de guías y protocolos para el seguimiento de pacientes anticoagulados. Especialmente en el caso de los ACODs, ya que así lo afirma el 50 por ciento de sus profesionales. En opinión de éstos, los pacientes también reciben una educación sanitaria insuficiente sobre su situación como anticoagulados a pesar de que esta información es de suma importancia especialmente en los pacientes que siguen un tratamiento con ACODs.
La provisión de equipamientos de los centros de salud y centros hospitalarios tampoco se ajusta a las necesidades de estos pacientes. Un 81 por ciento de los centros hospitalarios analizados en el Informe SAMOA carece de una unidad de anticoagulación.
Las principales trabas para el manejo de pacientes anticoagulados detectadas en este informe son las barreras administrativas a la libre prescripción (65 por ciento), los circuitos de prescripción y control (62 por ciento), la educación (42) y los medios técnicos (23).
Las principales deficiencias que se han encontrado son la colaboración menos óptima entre Atención Primaria y Hospitalaria: falta de criterios comunes nacionales para el abordaje del paciente anticoagulado; las carencias en el seguimiento del paciente anticoagulado con el objetivo de saber si están siguiendo unos controles adecuados; la falta de formación en anticoagulación, sobre todo en el ámbito de la Atención Primaria; y la ausencia de una encuesta de satisfacción a los pacientes anticoagulados para entender cómo perciben ellos el manejo de los tratamientos que se les prescriben.

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