martes, 15 de noviembre de 2016

Nuevas pruebas apuntalan el vínculo entre estilo de vida y riesgo cardiovascular - DiarioMedico.com

CONGRESO DE LA AHA

Nuevas pruebas apuntalan el vínculo entre estilo de vida y riesgo cardiovascular

Los resultados del seguimiento de tres cohortes de más de 35.000 pacientes confirman la interacción entre los factores de riesgo genético y los vinculados al estilo de vida en la enfermedad coronaria.
Pilar Laguna. Nueva Orleans   |  15/11/2016 11:54
 
 
Hay nuevas evidencias de que los estilos de vida modifican poderosamente el riesgo cardiovascular, con independencia del perfil de riesgo genético del paciente, y también de que la adherencia a un estilo de vida saludable se asocia a una sustancial reducción del riesgo de enfermedad arterial coronaria.
Los resultados presentados durante el Congreso de la Asociación Americana del Corazón (AHA 2016), que se celebra en Nueva Orleans, se basan en datos cuantitativos sobre la interacción entre los factores de riesgo genéticos y los vinculados al estilo de vida que se relacionan con la enfermedad arterial coronaria.
Se trata de un trabajo multicéntrico dirigido por Sekar Kathiresan, director del Centro de Investigación Genética Humana de la Universidad de Massachusetts (Boston) y profesor asociado de la Universidad de Harvard, que concita la presencia de decenas de investigadores implicados en las diferentes cohortes prospectivas analizadas, así como un estudio transversal. Se han revisado las cohortes internacionales bien conocidas: ARIC (riesgo de ateroesclerosis en comunidades), WGHS (genoma y salud de mujeres), MDCS (Estudio de dieta y cáncer de Malmo).
Durante el seguimiento de ARIC con una mediana de 18,8 años se han encontrado 1.230 eventos coronarios, mientras que en MDCS han sido 2.902 en la mediana de 19, 4 años. Y el seguimiento más largo, de 20,5 años de mediana, es el del WGHS, en el que se han visto 971 eventos coronarios. En las tres cohortes se han estudiado 35.685 pacientes.
Kathiresan ha subrayado que en estas cohortes se habían estudiado categorías diferentes de riesgo genético y de estilos de vida, aunque la puntuación de riesgo poligénico se distribuye con normalidad en cada una. De hecho, el riesgo relativo de incidentes coronarios subía en un 91 por ciento entre los participantes con alto riesgo genético frente a quienes presentaban un bajo riesgo genético.
Los niveles de colesterol LDL se han incrementado entre las categorías de riesgo genético de cada cohorte, aunque dichas categorías eran independientes de otros factores de riesgo cardiometabólicos y del riesgo cardiovascular a 10 años predicho por otras cohortes del Colegio Americano de Cardiología y de la AHA.
"En cada categoría de riesgo genético los factores de estilo de vida fueron fuertes predictores de eventos coronarios", ha explicado Kathiresan. Estos factores se asociaron con riesgo disminuido de eventos coronarios: no fumar, ausencia de obesidad, ejercicio físico regular y dieta saludable. Y en los resultados se ha visto que el riesgo coronario aumenta en cada cohorte entre los participantes con menos de estos hábitos saludables, que generalmente presentan más HTA y diabetes, mayor índice de masa corporal y menos niveles de los lípidos favorables circulantes.
La adherencia a un estilo de vida favorable, si se compara con el que no lo es, se asocia con ligeras variaciones en el riego relativo del perfil genético: los pacientes con bajo riesgo genético tienen un 45 por ciento menos de riesgo relativo de eventos coronarios; los de riesgo genético intermedio tienen un 47 por ciento menos, y los de alto riesgo genético bajan un 46 por ciento el riesgo relativo si siguen pautas de vida saludable.
El alto riesgo genético fue independiente de las conductas saludables y se asoció al aumento de eventos coronarios y de la carga de calcificación en la arteria coronaria. Sin embargo, dentro de las categorías de riesgo la adherencia al estilo de vida saludable se asocia significativamente con la reducción del riesgo de eventos coronarios clínicos y la carga subclínica de enfermedad arterial.
El mismo trabajo aborda los datos del estudio transversal BioImage, analizando a 4.260 de los 4.301 participantes, y lo que se concluye es que tanto la genética como el estilo de vida se asocian a calcificaciones en las arterias coronarias.
Las limitaciones del estudio que señalan sus autores se basan principalmente en que no se aleatorizó la adherencia a un estilo de vida saludable con el riesgo de eventos coronarios; que los investigadores de cada cohorte han usado diferentes métodos para evaluar el estilo de vida, y que aunque se han incluido hasta 50 polimorfismos genéticos validados previamente por una tabla de riesgo poligénico, deberían incluirse otras variantes en futuros estudios.

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