Pocos estados tienen planes para los niños que vuelven a clase tras una conmoción
Los estudiantes necesitan un regreso adecuado al trabajo mental, señalan los médicos
LUNES, 7 de noviembre de 2016 (HealthDay News) -- Todos los estados de EE. UU. tienen leyes de "vuelta al juego" diseñadas para proteger a los deportistas jóvenes que han sufrido una conmoción. Pero solo unos cuantos tienen regulaciones sobre el manejo de los niños al volver al aula, informan los investigadores.
Hasta mayo de 2016, apenas ocho estados contaban con leyes de "vuelta al aprendizaje" que buscaran gestionar la recuperación de los niños con conmociones, encontraron los investigadores.
Los hallazgos subrayan una laguna, dijeron los autores del estudio, dado que algunos niños que sufren conmociones son deportistas... pero todos son estudiantes.
"Algunos niños sufren conmociones durante actividades recreativas, otros resultan lesionados en accidentes", dijo la investigadora líder, la Dra. Monica Vavilala. "No todos son deportistas. Pero todos son estudiantes".
Vavilala es directora del Centro de Prevención e Investigación de Lesiones Harborview y profesora de pediatría, anestesiología y medicina del dolor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle. Washington fue el primer estado en promulgar una ley sobre la vuelta al juego, ya en 2009.
La ley se promulgó en respuesta al caso de un jugador de fútbol americano de 13 años que sufrió una lesión cerebral que lo dejó discapacitado. Tras sufrir un golpe en la cabeza, volvió a jugar tras un breve descanso, para luego desplomarse en el campo.
"Ahora los 50 estados tienen leyes de regreso al juego", dijo Vavilala.
Pero la actividad física no es el único problema durante la recuperación de una conmoción. Los niños también necesitan un regreso adecuado al trabajo mental.
No pasa nada si vuelven pronto al aula, según el Dr. Mark Halstead, director del programa de conmociones en el deporte de la Universidad de Washington, en St. Louis.
"No tienen que estar sentados tranquilos en una habitación oscura", comentó Halstead. Ese tipo de medida podría en realidad ser contraproducente, explicó, en parte porque los niños con frecuencia desarrollan ansiedad por el retraso en la escuela y por no estar en su rutina usual.
"Simplemente no queremos que se sumerjan de inmediato en una carga académica completa", dijo Halstead. Se deben realizar ciertos ajustes temporales en la escuela, y las necesidades varían en cada niño, añadió.
"Un niño podría tener problemas con las asignaturas académicas, a otro quizá le moleste el ruido en la clase de música", explicó.
Según Halstead, la buena noticia es que los síntomas de conmoción de la mayoría de los niños se resuelven en un plazo de tres semanas.
Halstead fue el coautor de un editorial publicado junto con el estudio en la edición en línea del 7 de noviembre de la revista Pediatrics.
Los ocho estados con leyes sobre el regreso a la escuela son Illinois, Maine, Maryland, Massachusetts, Nebraska, Nueva York, Vermont y Virginia.
Según Vavilala, la mayoría de leyes responsabilizan a las escuelas de gestionar las adaptaciones académicas para los estudiantes.
"Pero no está claro quién es el responsable dentro de la escuela", comentó.
Además, solo dos estados requieren algo de educación sobre las conmociones para el personal escolar, ambos dirigiéndose a los entrenadores y/o enfermeros, no a los maestros.
"Si no se entrena a los educadores, ¿cómo sabrán qué hacer?", preguntó Vavilala.
Halstead se mostró de acuerdo sobre la necesidad de educar a los maestros. Dijo que algunos estados ya tienen programas para hacerlo, como el programa "BrainSTEPS" en Pensilvania.
Para Halstead, esfuerzos como ese (en lugar de nuevas leyes) son la clave.
Pero Vavilala dijo que cree que la legislación de regreso a clases debe ser al menos "parte de la conversación" cuando se trata de la recuperación de los niños tras una conmoción. Por ejemplo, apuntó, un estado con una ley podría dedicar recursos para temas como la educación de los maestros y el entrenamiento para los estudiantes que vuelven tras una conmoción.
Independientemente de las leyes estatales, ya hay formas para ayudar a los niños en la transición al volver a la escuela tras una conmoción, aseguraron ambos médicos.
"Animo a los niños a quienes trato a comunicarse con sus maestros sobre sus síntomas", dijo Halstead. "A hablar con ellos antes o después de la clase, o a enviarles un correo electrónico. A informarles si tienen algún problema".
Los padres pueden ayudar, indicó Vavilala, en primer lugar asegurándose de que la escuela sepa que su hijo ha sido diagnosticado con una conmoción y necesita un regreso gradual. A partir de entonces, pueden seguir al tanto, con su hijo y con la escuela, para ayudar a detectar cualquier problema potencial.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Monica Vavilala, M.D., director, Harborview Injury Prevention and Research Center, and professor, pediatrics, anesthesiology and pain medicine, University of Washington School of Medicine, Seattle; Mark Halstead, M.D., associate professor, orthopedic surgery, director, sports concussion program, Washington University, St. Louis; Nov. 7, 2016, Pediatrics, online
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