sábado, 6 de junio de 2009

La sarcopenia eleva el riesgo de discapacidad


Sarcopenia
Pedro abizanda, del Complejo Hospitalario de Albacete. (Mercedes Martínez)

Diariomedico.com
ESPAÑA
La sarcopenia eleva el riesgo de discapacidad

La pérdida de masa muscular o sarcopenia eleva el riesgo de discapacidad en personas mayores, más aún cuando esta patología se une a alguno de los procesos que conforman el síndrome de fragilidad. Un diagnóstico precoz es esencial para acometer sencillas medidas de tratamiento basadas en la actividad física adecuada a cada anciano, así como una correcta nutrición.

Mercedes Martínez. Albacete. - Viernes, 5 de Junio de 2009 - Actualizado a las 17:16h.

En mayores de 65 años, un 20 por ciento de la población puede tener sarcopenia o pérdida de masa muscular propia del envejecimiento, porcentaje que se incrementa hasta el 50 por ciento en mayores de 80 años.

Estas cifras, unidas a que la sarcopenia "forma parte del síndrome de fragilidad, que a la larga favorece el que los mayores tengan discapacidad, dependencia o incluso puedan fallecer, obligan a un diagnóstico a tiempo, pues con tratamiento esta condición clínica puede mejorarse y es reversible", ha manifestado Pedro Abizanda, jefe del Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, que participa en el Congreso Nacional de la especialidad, en Bilbao.

Diagnósticos útiles
El patrón de oro para diagnosticarla es mediante estudios de RM o de TC, aunque hay varios inconvenientes: "Son caros, con mucha lista de espera, no están en todos los centros y emiten radiación, con lo cual no son prácticos para el día a día".

Aparecen así otras herramientas más útiles como la densitometría o DEXA que es "más accesible, radia menos, es más barata y más cómoda", y la bioimpedanciometría, tecnología muy útil, "aunque no tan precisa y exacta como las otras".

En el Servicio de Geriatría de Albacete utilizan esta última y también los dinamómetros para medir la fuerza o la potencia muscular del anciano.

Según Abizanda, los grupos musculares que funcionan mejor para diagnosticarla, además de la parte prensora de la mano que es la que más se mide, son la fuerza flexora de codo y la extensora de tronco, porque "aunque muchos estudios dicen que la que mejor funciona es la de miembros inferiores, la medición requiere de aparatos muy complejos que aquí no tenemos.

Los que usamos son más sencillos y permiten diagnosticar adecuadamente".
Actualmente, la metodología no se utiliza con regularidad en los servicios de Geriatría porque la sarcopenia se encuentra en una fase incipiente de investigación.

Aunque no está protocolizado a qué mayores se les tienen que hacer las pruebas, "se empieza a sospechar, por lo que en breve plazo, en consultas de especialistas o de primaria el cuadro se debe incluir en la práctica clínica diaria de atención a las personas mayores, sobre todo porque forma parte del síndrome de fragilidad".

Utilidad del ejercicio
En cuanto al tratamiento, lo importante, para este especialista, es el ejercicio físico acorde con las posibilidades y enfermedades de cada persona, pero, en todo caso, un ejercicio "vigilado, controlado y monitorizado por los profesionales".

A su juicio, está demostrado que tanto el de alta intensidad como el de baja (pasear, caminar...) son buenos, pero sin duda el mejor es el de intensidad moderada. "Es de entrenamiento muscular, que suponga un esfuerzo como ir a un gimnasio, correr a un ritmo tranquilo o nadar. A pesar de sus bondades, y de que reporta tanto beneficio, el ejercicio sigue denostado".

Ensayos con nuevos fármacos.
El Complejo Universitario Hospitalario de Albacete forma parte de los tres centros españoles que han participado en un ensayo clínico con un nuevo fármaco para combatir la sarcopenia. "Se trata de un nuevo principio que actúa como modulador de los receptores androgénicos, de forma similar a la testosterona, pero evitando en la medida de lo posible los efectos secundarios que tiene esta hormona", según Pedro Abizanda.

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