viernes, 17 de abril de 2015

La terapia biológica amplía opciones en cabeza y cuello - DiarioMedico.com

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LUCHA EN INMUNOLOGÍA

La terapia biológica amplía opciones en cabeza y cuello

En pacientes inoperables, el anticuerpo dirigido a EGFR mejora la supervivencia y síntomas de la enfermedad.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  16/04/2015 00:00


Jan Vermorken
Jan Vermorken, catedrático de Oncología en el Hospital de Amberes. (José Luis Pindado)
Con una incidencia mundial de más de 650.000 casos al año, y cerca de 350.000 fallecimientos, no puede decirse que el cáncer de cabeza y cuello tenga buen pronóstico. Más del 90 por ciento de estos tumores se desarrollan en las células escamosas de la parte superior del tracto aéreo-digestivo, siendo localizaciones típicas laringe, faringe, labios, cavidad oral, lengua y glándulas salivales, entre otros. Su aparición se atribuye al consumo de tabaco, sobre todo asociado al de alcohol, aunque también alrededor del 30 por ciento tiene origen vírico, por infección del virus del papiloma humano (VPH).
En los estadios iniciales, cuando la cirugía y radioterapia constituyen el principal tratamiento, se alcanza una supervivencia a cinco años del 80-90 por ciento. Sin embargo, la cifra decae al 20-60 por ciento en los estadios más avanzados. De ahí la necesidad de impulsar la concienciación entre la sociedad y los profesionales de la salud sobre esta heterogénea enfermedad y sus síntomas.
"La mayoría de la población general desconoce qué es. Lo confunde con un tumor cerebral u oftálmico. Por eso, es importante difundir sus síntomas e instar a que en la sospecha lo comuniquen al médico", enfatiza Jan Vermorken, catedrático de Oncología Médica en el Hospital Universitario de Amberes (Bélgica) y miembro, entre otras sociedades científicas, del Grupo Europeo de Investigación y Tratamiento de Cáncer de Cabeza y Cuello (EORTC-HNCG).
El especialista es el principal autor de uno de los estudios que ha transformado recientemente el limitado tratamiento de la fase avanzada de este cáncer. Con el estudio Extreme, publicado en The New England Journal of Medicine hace siete años, demostró que añadir el anticuerpo monoclonal dirigido a EGFR cetuximab a la quimioterapia en enfermos en recidiva con o sin metástasis suponía una diferencia de 2,7 meses en la media de supervivencia con respecto a la quimioterapia sola. Por primera vez mejoraba la esperanza de vida de estos pacientes, cuya supervivencia media no superaba los nueve meses.
"Y no sólo eso: el ensayo mostró también que ese esquema terapéutico no tiene efecto negativo en la calidad de vida del paciente, pues reduce los síntomas de la enfermedad, tales como el dolor o las alteraciones en la deglución, con una buena tolerancia. Por ello, si hay respuesta, aconsejamos continuar el tratamiento con cetuximab una vez se terminan los ciclos de quimioterapia", ha recordado Vermorken a DM durante su estancia en Madrid, como parte del asesoramiento que está realizando en varios hospitales españoles, con el apoyo de Merck.
Otras indicaciones
Esta terapia biológica se ha ensayado también en enfermedad localmente avanzada, y ha obtenido resultados positivos al combinarse con radioterapia. No obstante, el profesor Vermorken destaca que sería deseable tener datos de un estudio de comparación directa entre radioterapia y cetuximab, y el actual tratamiento de primera elección, quimioterapia y radioterapia. "Pensamos que el régimen con cetuximab podría ser también tratamiento de elección, pero nos gustaría demostrarlo de forma científica".
Más lejos atisba la irrupción de la inmunoterapia en la clínica. "Hay datos prometedores con anticuerpos frente a PD-1 y PD-L-1 en tumor recurrente, pero todavía estamos en las fases iniciales de la investigación. Habrá que esperar".

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