lunes, 15 de febrero de 2016

El manejo óptimo ha reducido la mortalidad en embolia pulmonar - DiarioMedico.com

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AUMENTO DE LOS CASOS

El manejo óptimo ha reducido la mortalidad en embolia pulmonar


En doce años se ha pasado de un 6,6 por ciento al 4,9 por ciento, sin embargo, su incidencia y gravedad siguen aumentando.

Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es   |  15/02/2016 00:00
 
 

Javier de Miguel
Javier de Miguel, del Gregorio Marañón, y Javier Jiménez, del Ramón y Cajal, autores del estudio. (Lenda)
La mortalidad por tromboembolia pulmonar (TEP) ha disminuido en los últimos doce años, a pesar de que su incidencia ha aumentado, según los datos de un estudio que acaba de publicar el Journal of the American College of Cardiology. "La reducción de la mortalidad no se debe a una menor gravedad de la enfermedad, sino que cada vez se han empleado tratamientos que han demostrado ser más eficaces. Las pautas de manejo de los enfermos han ido cambiando, acorde con lo establecido por las guías nacionales e internacionales de práctica clínica del TEP, y han demostrado ser más óptimas", han señalado a DM los neumólogos Javier de Miguel y David Jiménez, de los hospitales Gregorio Marañón y Ramón y Cajal, ambos en Madrid, respectivamente, y autores del citado trabajo.
Terapias ajustadas 
Para De Miguel, un mejor manejo se traduce en el "uso clínico de heparinas de bajo peso molecular (HBPM) en mayor proporción que la heparina no fraccionada; mayor utilización de trombolíticos en pacientes graves y de embolectomía quirúrgica, básicamente". De igual forma, se han incorporado los anticoagulantes orales dirigidos al tratamiento de la enfermedad. De la implantación de tratamientos más ajustados, según Jiménez, aparecen, además de menores índices de mortalidad, "menores complicaciones y menos hemorragias. Consecuencia de estos avances es que ha disminuido también la estancia media hospitalaria de los pacientes a lo largo del tiempo: de los 14 días que se registraban en el año 2001 a los 9 de 2013". Se acorta la duración del proceso clínico, pero mejorando los resultados", recalca Jiménez.
La enfermedad tromboembólica pulmonar (TEP) es la tercera causa de muerte cardiovascular, detrás del ictus y del infarto de miocardio, lo que pone de manifiesto la trascendencia de esta investigación, que tiene sus raíces en otro estudio pionero sobre epidemiología y evolución de los pacientes hospitalizados por embolia pulmonar en España, dirigido por Javier de Miguel, y que adelantó este periódico.
En este análisis previo, publicado en el European Respiratory Journal, también se observó el hecho paradójico de que, a pesar de aumentar la incidencia y no rebajarse la gravedad, la mortalidad iba disminuyendo. "Las hipótesis para aclarar este fenómeno se dirigían hacia una mayor sensibilización médica sobre el diagnóstico de la enfermedad, mejora de las técnicas diagnósticas, con mayor uso de la prueba de referencia, la angio-TC torácica y, por tanto, casos menos graves", indica De Miguel.
Sin embargo, en el actual estudio observacional, que ha usado datos del registro internacional informatizado conocido como Riete, se ha comprobado que lo definitivo es un mayor y mejor conocimiento de la enfermedad, lo que se traduce en un mejor abordaje terapéutico y de manejo.
La información procede de 23.858 pacientes de todo el mundo. El 46 por ciento de los estudiados eran hombres y el 54 por ciento mujeres con una edad media de 67 años. Todos tenían diagnóstico confirmado de trombosis venosa profunda y/o TEP, cuya evolución ha sido seguida desde el año 2001 al 2013. La reducción de la mortalidad en este tiempo ha ido del 6,6 por ciento (entre 2001 y 2005) hasta el 4,9 por ciento actual (entre 2010 y 2103), cifra que previsiblemente, y según Jiménez, podría rebajarse más, ya que "la tendencia va en esa línea. Probablemente, los datos mejorarán".
Futuro halagüeño 
En este sentido, De Miguel incluye otra medida que podría reducir aún más las cifras de mortalidad por TEP: la asistencia domiciliaria de esta enfermedad. "Hay subgrupos de pacientes de menor gravedad que podrán ser manejados sin riesgo y con seguridad en su domicilio, sin necesidad de ingreso hospitalario, aunque todavía es necesario concretar cuáles son los pacientes candidatos".
Ambos neumólogos señalan que el análisis sigue activo y que el objetivo es seguir recogiendo datos que se incluyan en el registro Riete, para incluso extraer más conclusiones del manejo con pacientes de otros países y homogeneizar más las pautas terapéuticas.

El apoyo de la cardiología de excelencia

El editorial que acompaña a este trabajo lleva la firma y el 'beneplácito' del cardiólogo Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC) y miembro del Hospital Mount Sinai, de Nueva York. 
Tildado de 'excelente', Fuster, quien comparte el editorial con el profesor Stavros Konstantinides, considera que los datos confirman que los clínicos tratan cada vez mejor a los pacientes con tromboembolismo pulmonar, enfermedad asociada tradicionalmente a una morbimortalidad y a un gasto sanitario significativos. 

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