El reto en Asperger pasa por la detección precoz

Detectar precozmente, formar a profesionales sanitarios y educativos y contar con recursos sociales para poder tratar y apoyar educativamente a las personas con síndrome de Asperger, son las reivindicaciones en el Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebró ayer.

Isabel Gallardo Ponce | dmredaccion@diariomedico.com | 18/02/2016 14:35

Detectar precozmente, formar a profesionales sanitarios y educativos y contar con recursos sociales para poder tratar y apoyar educativamente a las personas con síndrome de Asperger. ()

El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo, que forma parte de los trastornos del espectro autista (TEA) y que provoca dificultades en el desarrollo de habilidades comunicativas y sociales, así como en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Garantizar la detección precoz y especializada del síndrome, así como los apoyos necesarios durante su vida educativa y la atención a su síndrome y comorbilidades, son algunas de las reivindicaciones que la Confederación Autismo España ha hecho a propósito del Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebró ayer.

Aunque no hay datos poblacionales, según los estudios realizados en otros países se podría decir que hay una TEA por cada 100 nacimientos, lo que significaría que habría más de 400.000 personas en España con el trastorno. Según ha explicado Marcos Zamora, presidente de la Asociación Española de Profesionales de Autismo, existen muchos elementos comunes entre el autismo y el Asperger, así aunque el Asperger tiene dificultades en la comunicación social, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media.

"Muestran un patrón de comportamiento, intereses y actividades, que suele ser restringido y repetitivo, y que tiene detrás dificultades de imaginación, de flexibilidad, de adaptarse a diferentes entornos. Aparece en los primeros años de vida y las señales iniciales son imperceptibles y tempranas, relacionadas con la atención social, con estímulos sociales, problemas para comprender las emociones más sencillas, dificultad para la imitación". Asimismo, detectarlo no cuenta con pruebas médicas o físicas sino que "la forma en que se comunica es lo que hace ver que está presente en el desarrollo de los niños", ha dicho Zamora.

Diagnóstico y formaciónLa mayoría no son diagnosticados antes de los 6 años, muchos no lo son hasta la adolescencia tardía y otros hasta la vida adulta. El retraso diagnóstico provoca que no se apliquen los servicios de apoyo, y no se les dote de herramientas para comprender mejor su entorno y desarrollar habilidades sociales y comunicativas que les permitan adaptarse a la sociedad.

Miguel Ángel de casas, presidente de Autismo España, ha pedido a propósito del Día Internacional, y para realizar la cobertura de las necesidades en autismo, incorporar un diagnóstico temprano que mejore el uso de las capacidades de cada afectado y sus expectativas de vida. De Casas ha pedido que se "promueva la formación del conocimiento de los profesionales de la salud, tanto de AP como de especializada, y de los profesionales vinculados a la educación, para la identificación y diagnóstico de estos trastornos. Asimismo, solicitan que se facilite el acceso a la intervención especializada en cualquier etapa en que se detecte y diagnostique el síndrome de Asperger, así como en los pacientes en los que ya se conoce para poder abordar las comorbilidades que aparezcan de salud mental.

Por último De Casas y Zamora han demandado que se promueva una educación especializada, inclusiva y de calidad para el alumnado con Asperger, para que los profesionales sepan cómo actuar, se realice una metodología de enseñanza adecuada, se potencien sus capacidades y sus necesidades y se detecten y prevengan los de bullying. "Aproximadamente el 60 por ciento de las personas con Asperger sufren algún tipo de abuso en colegios e institutos", ha dicho Zamora.

Inclusión y especializaciónNo obstante, De Casas ha explicado que no se trata de que haya que apostar por la inclusión o por la educación especial, sino que se trata de incluir a cada persona en los recursos que más le beneficien, "algunos podrán acudir a centros no especializados donde la persona con Asperger pueda vivir una vida normalizada con los apoyos que necesite. Otros, con mayores discapacidades intelectuales podrían beneficiarse más en un centro especializado y específico donde sólo se trabaje con autismo". En esa línea, Mercedes Jaraba, subdirectora general de Coordinación y Ordenación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha concluido que "tender hacia la inclusión no significa excluir la especialización".

Mariano y David, dos personas con Asperger, han reivindicado sus capacidades y la necesidad de que no sean excluidos de la sociedad o del ámbito laboral. "Hay tantos autismos como personas. En muchas ocasiones desperdiciamos nuestras capacidades por mimetizaros con los demás, y eso nos dispara la ansiedad", ha dicho Mariano. David ha añadido que "la clave está en no excluir. Hay que animar a las personas con autismo a que no tengan miedo de ser ellos mismos y dejen de intentar mimetizarse".