La ghrelina y leptina, fundamentales para combatir el sobrepeso en los adultos
Los niños que han sido amamantados son menos propensos a sufrir sobrepeso en la edad adulta debido, entre otros factores a estas dos hormonas que participan desde el inicio de la crianza en la regulación del hambre y la saciedad.
La XI edición del Simposio Internacional de Lactancia Materna que anualmente promueveMedela ha concluido en Berlín (Alemania) después de dos jornadas a las que han acudido unos 400 profesionales de todo el mundo.
La composición única de la leche materna ha abierto el simposio para profundizar en aspectos tan relevantes como: el papel de la ghrelina y la leptina para prevenir la obesidad, el papel de los oligosacáridos en la protección de infecciones y cómo afecta la leche materna al crecimiento cerebral.
Respecto al papel de la ghrelina y la leptina, la profesora Donna Geddes, de la Universidad de Australia Occidental (Perth), ha presentado los últimos resultados de investigaciones relacionadas con la composición de la leche materna que avalan la relación entre la alimentación con leche materna y la menor aparición de enfermedades crónicas no contagiosas en la edad adulta, como por ejemplo la obesidad. Según trasladó Geddes, los niños que han sido amamantados son menos propensos a sufrir de sobrepeso en la edad adulta debido, entre otros factores, a la ghrelina y la leptina, hormonas que participan desde el inicio de la crianza en la regulación del hambre y la saciedad.
Por su parte el profesor Lars Bode, de la Universidad de California (San Diego, EE.UU.), trasladó la importancia de conocer la cantidad y complejidad de los oligosacáridos que contiene la leche materna. Estos azúcares tienen un importante papel en el crecimiento saludable del bebé ya que, por ejemplo le protegen contra infecciones provocadas por bacterias, hongos y parásitos que se adhieren a las mucosas interceptando los agentes patógenos.
El cerebro también se beneficia de la leche materna. Esta afirmación quedó demostrada en la exposición del doctor Sean Deoni, de la Universidad de Brown (Providence, EE.UU.). En su conferencia, Deoni trasladó las conclusiones de un estudio realizado en 133 bebés sanos nacidos a término y niños de entre 10 meses y 4 años divididos en grupos alimentados exclusivamente con leche materna, con leche materna y leche de fórmula, y un último grupo que solo recibió leche de fórmula. A este conjunto de niños se les realizó una tomografía por resonancia magnética silenciosa y se analizó el crecimiento del cerebro. En los niños alimentados con leche materna había un mayor crecimiento de las áreas del cerebro responsables del habla, las emociones y la cognición.
La composición de la leche materna y sus beneficios para los bebés prematuros fue otro de los temas tratados en el simposio. Dos especialistas en la materia, los profesores Per Torp Sanglid, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y Josef Neu, de la Universidad de Florida (Estados Unidos), analizaron las propiedades de este alimento para los bebés prematuros. Per Torp Sanglid explicó en su ponencia que la leche materna, sin tratar o esterilizada de forma respetuosa con el método UV-C, ha demostrado ser superior que la leche pasteurizada en cuanto a su efecto sobre la salud y la alimentación en sus investigaciones con lechones.
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