SEGURIDAD AL VOLANTE
Las drogas de abuso afectan de forma importante a la capacidad de conducir
El consumo de drogas al volante puede provocar accidentes debido a la pérdida de a la pérdidas de reflejos que supone el consumo.
Enrique Mezquita | 29/07/2016 17:00
Augusto Zafra, psiquiatra y director de la Clínica IVANE, especializada en adicciones y patología dual, situada en el Hospital Nisa Aguas Vivas (Valencia). (Enrique Mezquita)
Durante verano, y sobre todo en las operaciones salida -en la que casi se cuadruplica el tiempo de conducción y el número de vehículos en la carretera-, es especialmente importante extremar la atención y responsabilidad en una conducción segura. La mayoría de las personas son conscientes del riesgo que implica el consumo de alcohol y, desde hace años, las campañas de concienciación han hecho un especial hincapié en los peligros de conducir bajo sus efectos. Sin embargo, no se ha incidido tanto en los efectos directos sobre la conducción de las drogas de abuso más conocidas o distintos tipos de fármacos. Según ha recordado Augusto Zafra, psiquiatra y director de la Clínica IVANE, especializada en adicciones y patología dual, situada en el Hospital Nisa Aguas Vivas (Valencia), "el alcohol es la sustancia psicoactiva más prevalente, pero las principales drogas de abuso más conocidas tienen efectos directos sobre la capacidad individual en una conducción adecuada". Por ejemplo, ha apuntado, los peligros de conducir bajo los efectos de la cocaína se centran en que "el consumidor reduce drásticamente o directamente elimina su percepción de peligro" y a ello se le suma el hecho que se pierdan muchos detalles esenciales mientras se conduce (cambio de semáforo, señales, maniobras de vehículos cercanos), al reducirse "el foco de atención del consumidor". Asimismo, la desaparición de sus efectos mientras se conduce también es un peligro adicional: "La somnolencia y el cansancio excesivo son efectos típicos de resaca en la cocaína y, si aparecen estando al volante, suponen un peligro añadido". Además, su consumo suele ir ligado al abuso de alcohol -cerca del 50% de las personas que consumen cocaína han ingerido alcohol inmediatamente antes o después- y conjuntamente conforman dentro del organismo una nueva sustancia (coca-etileno), que multiplica los efectos y una vida media superior que por separado, "por lo que esta sustancia puede resultar potencialmente más peligrosa que ambas drogas por sí solas y durante un periodo más largo".
Cannabis, heroína y alucinógenos
El cannabis también puede afectar de forma seria la capacidad de conducción de vehículos yaumentar el riesgo de accidentes, sobre todo porque sus consumidores ven "drásticamente reducida su capacidad de reacción". A ello se suma la aparición en algunos casos de "sintomatología delirante-alucinatoria" (paranoias, manías persecutorias....). El miedo por la convicción psicótica de que son perseguidos u observados provoca errores, una atención deficitaria, reacciones inadecuadas y comportamientos patológicos". Otras sustancias de consumo menos prevalente, como la heroína (opiáceos en general) o los alucinógenos, son totalmente incompatibles con la conducción, ya que en el primer caso sus elevados efectos sedantes suponen un grave peligro; y en el segundo, suelen causar una distorsión muy seria de las percepciones.
El cannabis también puede afectar de forma seria la capacidad de conducción de vehículos yaumentar el riesgo de accidentes, sobre todo porque sus consumidores ven "drásticamente reducida su capacidad de reacción". A ello se suma la aparición en algunos casos de "sintomatología delirante-alucinatoria" (paranoias, manías persecutorias....). El miedo por la convicción psicótica de que son perseguidos u observados provoca errores, una atención deficitaria, reacciones inadecuadas y comportamientos patológicos". Otras sustancias de consumo menos prevalente, como la heroína (opiáceos en general) o los alucinógenos, son totalmente incompatibles con la conducción, ya que en el primer caso sus elevados efectos sedantes suponen un grave peligro; y en el segundo, suelen causar una distorsión muy seria de las percepciones.
Tranquilizantes y otros fármacos
El consumo de tranquilizantes, aunque esté pautado por un médico, puede suponer un riesgo en la carretera si no se toman las precauciones necesarias. Los principales peligros provienen de una excesiva somnolencia al volante o de estados anímicos con muchos altibajos debidos, en muchas ocasiones, al exceso de su consumo por automedicación o por no respetar el horario indicado en la toma de la medicación prescrita. En este sentido, conocer el medicamento que se está ingiriendo, seguir las indicaciones terapéuticas del profesional prescriptor y preguntar cualquier mínima duda sobre sus posibles efectos, es fundamental para evitar percances evitables en la carretera y fomentar una conducción segura. En relación a otros fármacos, Zafra también ha alertado sobre el uso de medicaciones para el dolor grave, en el que se suelen utilizar derivados mórficos, y otro tipo de fármacos de amplio uso en atención primaria (antihistamínicos, hipotensores, cardiotónicos, hipoglucemiantes y antiepilépticos), "que pueden influir en el sistema nervioso central de forma directa o indirecta afectando a los mecanismos atencionales, reflejos y tiempos de reacción durante la conducción".
El consumo de tranquilizantes, aunque esté pautado por un médico, puede suponer un riesgo en la carretera si no se toman las precauciones necesarias. Los principales peligros provienen de una excesiva somnolencia al volante o de estados anímicos con muchos altibajos debidos, en muchas ocasiones, al exceso de su consumo por automedicación o por no respetar el horario indicado en la toma de la medicación prescrita. En este sentido, conocer el medicamento que se está ingiriendo, seguir las indicaciones terapéuticas del profesional prescriptor y preguntar cualquier mínima duda sobre sus posibles efectos, es fundamental para evitar percances evitables en la carretera y fomentar una conducción segura. En relación a otros fármacos, Zafra también ha alertado sobre el uso de medicaciones para el dolor grave, en el que se suelen utilizar derivados mórficos, y otro tipo de fármacos de amplio uso en atención primaria (antihistamínicos, hipotensores, cardiotónicos, hipoglucemiantes y antiepilépticos), "que pueden influir en el sistema nervioso central de forma directa o indirecta afectando a los mecanismos atencionales, reflejos y tiempos de reacción durante la conducción".
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