PARECE EXISTIR UN GRADIENTE DOSIS-RESPUESTA
Asocian el consumo de lácteos en el embarazo con un menor riesgo de bajo peso
Científicos de la Universidad de Granada y del Hospital Materno-Infantil de Granada sugieren en un estudio, que se publica en Maternal and Child Health Journal, que el consumo de productos lácteos durante el embarazo provoca un menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso.
Redacción. Madrid | 14/11/2016 13:09
Un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR) y el Hospital Materno-Infantil de Granada ha relacionado el consumo de productos lácteos durante el embarazo con un menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso. La investigación, que se publica en la revista Maternal and Child Health Journal, sugiere que por cada 100 gramos al día de incremento en el consumo de lácteos se podría reducir el riesgo de bajo peso al nacer un 11 por ciento.
El bajo peso al nacer es un problema de salud global y, por esta razón, resulta prioritario identificar factores de riesgo potencialmente modificables que permitan el desarrollo de futuras intervenciones para su control y prevención. En este sentido, la nutrición materna es un factor clave en el crecimiento fetal. Diferentes alimentos y micronutrientes, vitaminas y minerales, juegan un papel importante en el desarrollo del feto y del recién nacido.
Entre estos alimentos, el consumo de lácteos durante el embarazo resulta de especial importancia para el desarrollo de elementos plásticos del feto. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitariarecomiendan que la dieta materna sea fortificada pasando de 2 a 3 raciones/día de lácteos antes del embarazo (2-3 vasos de leche) a 3 ó 4 raciones durante el embarazo (2 vasos de leche, 1 yogur y una porción de queso, por ejemplo).
Bajo peso
A partir de los datos recogidos para un Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucíasobre nutrición en el embarazo y riesgos materno-fetales, los autores de este trabajo plantearon analizar el riesgo de tener un recién nacido de bajo peso para su edad gestacional y el consumo de lácteos maternos.
El estudio se realizó entre el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada y el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Materno-Infantil de Granada, todos integrantes del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada.
En la investigación participaron 1.175 mujeres embarazadas residentes en el área de referencia del Hospital, sin patología previa, dispuestas a modificar su alimentación y/o nivel de actividad física, y que fueron seguidas a lo largo del embarazo.
A partir de los datos recogidos para un Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucíasobre nutrición en el embarazo y riesgos materno-fetales, los autores de este trabajo plantearon analizar el riesgo de tener un recién nacido de bajo peso para su edad gestacional y el consumo de lácteos maternos.
El estudio se realizó entre el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada y el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Materno-Infantil de Granada, todos integrantes del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada.
En la investigación participaron 1.175 mujeres embarazadas residentes en el área de referencia del Hospital, sin patología previa, dispuestas a modificar su alimentación y/o nivel de actividad física, y que fueron seguidas a lo largo del embarazo.
El trabajo demostró que aproximadamente uno de cada 8-9 embarazos tuvieron como resultado un recién nacido de bajo peso para su edad gestacional (riesgo de 11,8 por ciento). Los investigadores comprobaron que aquellas mujeres que tuvieron un bebé con bajo peso para su edad gestacional habían consumido menos lácteos en la gestación que aquellas que tuvieron un recién nacido de peso normal: 513,9 g/día de ingesta frente a 590,3 g/día respectivamente.
"Lo realmente interesante es que parece existir un gradiente dosis-respuesta, de tal forma que a mayor ingesta de lácteos menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso", ha explicado Rocío Olmedo Requena, autora principal del trabajo y del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública.
A partir de los resultados observados en la cohorte estudiada, incrementar el consumo de lácteos podría variar desde el 4,5 por ciento del total de recién nacidos de bajo peso hasta el 39,7 por ciento, en función del nivel de consumo de la mujer y su modificación en sentido positivo durante la gestación.
"Por ejemplo, 1 de cada 5 recién nacidos de bajo peso podría evitarse si se incrementase el consumo hasta los 600 g/día (3 vasos de leche al día; o 2 vasos de leche y una porción de queso fresco de 125 gramos; o 1 vaso de leche, 2 yogures y 200 gramos de requesón) en mujeres con una ingesta baja de lácteos. El potencial de prevención en estas mujeres podría llegar hasta el 39,7 por ciento si se alcanzasen los 900 g/día", apunta la investigadora.
"Lo realmente interesante es que parece existir un gradiente dosis-respuesta, de tal forma que a mayor ingesta de lácteos menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso", ha explicado Rocío Olmedo Requena, autora principal del trabajo y del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública.
A partir de los resultados observados en la cohorte estudiada, incrementar el consumo de lácteos podría variar desde el 4,5 por ciento del total de recién nacidos de bajo peso hasta el 39,7 por ciento, en función del nivel de consumo de la mujer y su modificación en sentido positivo durante la gestación.
"Por ejemplo, 1 de cada 5 recién nacidos de bajo peso podría evitarse si se incrementase el consumo hasta los 600 g/día (3 vasos de leche al día; o 2 vasos de leche y una porción de queso fresco de 125 gramos; o 1 vaso de leche, 2 yogures y 200 gramos de requesón) en mujeres con una ingesta baja de lácteos. El potencial de prevención en estas mujeres podría llegar hasta el 39,7 por ciento si se alcanzasen los 900 g/día", apunta la investigadora.
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