Las sobredosis de opiáceos casi se han triplicado entre los niños y adolescentes
Los niños más pequeños 'se los comen porque creen que son dulces', mientras que los adolescentes sufren sobredosis al intentar drogarse, apunta una investigadoraTraducido del inglés: martes, 1 de noviembre, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
LUNES, 31 de octubre de 2016 (HealthDay News) -- La cantidad de niños pequeños y adolescentes hospitalizados por sobredosis de analgésicos de opiáceos ha aumentado en casi el triple en los últimos años, encuentra un nuevo estudio.
Entre los niños menores de 10 años, la mayoría de intoxicaciones con el analgésico fueron accidentales cuando los niños "los comieron creyendo que eran dulces", comentó la investigadora líder Julie Gaither, miembro postdoctoral de bioestadísticas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut. Entre los adolescentes, la mayoría fueron sobredosis accidentales, aunque algunas fueron intentos de suicidio.
En ambos grupos de edad, el aumento en los casos con analgésicos como OxyContin, Percocet y Vicodin fue dramático.
Entre los niños de 1 a 4 años, la cantidad de intoxicaciones aumentó en un 205 por ciento entre 1997 y 2012. Entre los adolescentes de 15 a 19, el aumento fue de un 176 por ciento. En general, el estudio mostró un aumento del 165 por ciento en las intoxicaciones con analgésicos opiáceos entre los jóvenes de hasta 19 años de edad.
Además, las intoxicaciones por el consumo de heroína entre los adolescentes aumentaron en un 161 por ciento, mientras que las intoxicaciones con metadona aumentaron en un 950 por ciento.
"La crisis de opiáceos afecta a todos, y debemos prestar más atención al impacto que ha tenido en los niños", dijo Gaither. "Nuestro estudio muestra que han sufrido mucho en esta epidemia".
Las tasas de recetas de los analgésicos narcóticos han aumentado de forma dramática, dijo Gaither, "así que ahora hay opiáceos en millones de hogares estadounidenses, y los niños y los adolescentes se exponen a ellos con más frecuencia".
En agosto de 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó el uso de OxyContin en los niños de 11 a 16 años, añadió Gaither. Los pacientes pediátricos de cáncer estarían entre los que se beneficiarán de la aprobación de la FDA, señalaron los médicos.
Entre los adolescentes, esos medicamentos se usan mal y se abusa de ellos, con frecuencia por motivos no médicos, "para drogarse, como se usaría cualquier droga recreativa", advirtió.
Para controlar esta tendencia, Gaither sugiere que los padres limiten el acceso a esos medicamentos, y que se deshagan de todas las pastillas que sobren.
Gaither apuntó que a media que el acceso a recetas de analgésicos narcóticos se ha restringido más recientemente, y los costos de esos fármacos han aumentado, los adolescentes están recurriendo a la heroína, que es más barata y está más fácilmente disponible.
Entre los adolescentes, una mejor comprensión de lo que les impulsa a usar esos fármacos es importante, al igual que un mejor acceso al tratamiento para la depresión y la adicción, apuntó.
"Un millón de estadounidenses de a partir de 12 años de edad tienen un trastorno de abuso de sustancias, así que se necesita un tratamiento más disponible", planteó Gaither.
Para ver cuánto habían aumentado las sobredosis de analgésicos narcóticos recetados, Gaither y sus colaboradores analizaron datos de hospitales pediátricos de 1997 a 2012, recolectados en intervalos de tres años.
Los investigadores identificaron más de 13,000 expedientes de niños y adolescentes hospitalizados por intoxicación con analgésicos opiáceos. También encontraron registros de intoxicación con heroína entre los adolescentes. En total, poco más de un 1 por ciento de los niños murieron durante la hospitalización, encontraron los autores del estudio.
El equipo de Gaither también descubrió que los chicos conformaron un 35 por ciento de las hospitalizaciones en 1997, pero en 2012 esa cifra había aumentado al 47 por ciento. La mayoría de los niños hospitalizados eran blancos (un 74 por ciento) y estaban cubiertos por un seguro privado (un 49 por ciento).
Cuando los investigadores buscaron el motivo de esas intoxicaciones, encontraron que 16 casos se atribuyeron al suicidio o a las lesiones autoinfligidas entre los niños menores de 10 años entre 1997 y 2012.
Entre los niños de 10 a 14, los casos de intoxicaciones por suicidio o lesiones autoinfligidas aumentaron en un 37 por ciento, mientras que la incidencia de intoxicaciones accidentales aumentaron en un 82 por ciento.
Entre los adolescentes de 15 a 19 años, las intoxicaciones por suicidio o lesiones autoinfligidas aumentaron en un 140 por ciento, mientras que las intoxicaciones accidentales aumentaron en un 300 por ciento, encontraron los investigadores.
El informe aparece en la edición en línea del 31 de octubre de la revista JAMA Pediatrics.
La Dra. Bárbara Pena es directora de investigación del departamento de emergencias del Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami. Dijo que "el único motivo de que la intoxicación esté en aumento entre los niños es que las recetas de opiáceos están aumentando entre los adultos".
Cualquier medicamento que se deje a la vista es "atractivo para los niños pequeños... se lo meterán en la boca", advirtió. Los padres que toman un analgésico narcótico deben guardarlo donde los niños pequeños y los adolescentes no tengan acceso al mismo, "sobre todo si tienen un adolescente deprimido".
Pero los adolescentes pueden obtener sus propias recetas de analgésicos narcóticos, dijo Pena. "Cuando se mezcla a un adolescentes que toma opiáceos con la depresión, se mezclan dos cosas potencialmente peligrosas", advirtió.
Pena dijo que los médicos no necesariamente tienen que recetar analgésicos narcóticos como terapia de primera línea. Los analgésicos no narcóticos podrían funcionar igual de bien, y los padres deben cuestionar al médico sobre por qué receta un analgésico narcótico y si un medicamento no narcótico funcionaría.
"Algunos niños sufren un dolor crónico por afecciones como el lupus o la anemia drepanocítica, pero administrar opiáceos a un niño con dolor de espalda es ridículo", planteó Pena.
"Aplíqueles paquetes términos y deles Toradol [un antiinflamatorio no esteroide], lo que se ha mostrado que funciona igual de bien que los opiáceos sin la dependencia y sin el riesgo", añadió.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Julie Gaither, Ph.D., M.P.H., postdoctoral fellow, biostatistics, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; Barbara Pena, M.D., research director, emergency department, Nicklaus Children's Hospital, Miami; Oct. 31, 2016, JAMA Pediatrics, online
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