viernes, 26 de abril de 2013

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La estimulación cerebral profunda reduce la ingesta compulsiva


26/04/2013 - E.P.

Se ha comprobado que el consumo de alimentos altos en calorías activa regiones del cerebro asociadas con la recompensa

Estimular una región del cerebro conocida que está involucrada en la recompensa disminuye la conducta de comer compulsivamente, según un estudio publicado en la revista 'Journal of  Neuroscience'. Los resultados se suman a un creciente cuerpo de evidencia que apoya el papel del sistema de recompensa del cerebro en el consumo de alimentos calóricos y un día podría allanar el camino para tratamientos más efectivos y duraderos contra la obesidad.

Estudios recientes sugieren que el consumo de alimentos altos en calorías activa regiones del cerebro asociadas con la recompensa. Por ello, los científicos están cada vez más interesados en comprender cómo los cambios que suceden en el cerebro pueden ser responsables de llevar a las personas a consumir más calorías de las necesarias.

En el estudio actual, Tracy Bale, y sus colaboradores de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, se propusieron comprobar si la activación del núcleo accumbens, involucrada en la promoción de conductas motivacionales, podría alterar comportamientos de atracones en un modelo experimental.

Los investigadores utilizaron la estimulación cerebral profunda (DBS) para enviar impulsos eléctricos directamente al núcleo accumbens en los individuos de un modelo experimental que ingerían en exceso (el 25 por ciento de su ingesta diaria de calorías en una hora). Mientras que los individuos que no recibieron DBS mostraron pocos cambios en sus hábitos alimenticios, la técnica disminuyó significativamente el interés de los otros en la ingesta exagerada de comida alta en grasas.

"Poco se sabe actualmente sobre los mecanismos neurobiológicos de comer en exceso y hay pocos tratamientos efectivos", explicó Paul Kenny, que estudia la adicción en el Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos) y no participó en esta investigación en concreto. "Este estudio ofrece una visión de los mecanismos que intervienen en ingestas exageradas", agregó.

El grupo de Bale también probó los efectos a largo plazo de la estimulación cerebral profunda en modelos experimentales obesos con acceso ilimitado a la comida rica en grasas. Después de cuatro días de continua terapia con DBS, estos individuos consumieron menos calorías y su peso corporal se redujo.

"En general, estos estudios indican que la actividad en los centros de recompensa del cerebro puede ser un componente crítico a la hora de llevar a las personas a comer en exceso a pesar de consecuencias negativas conocidas para la salud. Estos resultados son muy interesantes, ya que proporcionan nuestra mejor evidencia hasta ahora de que podríamos ser capaces de modificar los comportamientos específicos relacionados con cambios en el peso corporal y la obesidad", resaltó Bale.

Los ensayos clínicos futuros deberán explorar la eficacia de la estimulación cerebral profunda en la reducción de la obesidad en las personas antes de saber si DBS presenta una opción de tratamiento viable para los millones de personas que hay en el mundo con obesidad.

No obstante, como señala el autor del estudio Casey Halpern, neurocirujano de la Universidad de Pennsylvania, actualmente se utiliza DBS en otras áreas del cerebro para tratar la enfermedad de Parkinson y se está probando en ensayos clínicos para la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y la adicción. "Una vez replicado en ensayos clínicos en humanos, DBS podría convertirse rápidamente en un tratamiento para las personas con obesidad debido a la amplia base ya establecida en otras áreas de la enfermedad", concluyó.

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