Manel Esteller
Diariomedico.com
ESPAÑA
LAS CÉLULAS TUMORALES DESACTIVAN EL GEN BMLA1
Describen cómo los tumores escapan del ritmo circadiano
Un grupo del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), dirigido por Manel Esteller, ha descrito que las células tumorales de las leucemias y los linfomas dejan de producir la proteína BMAL1, una molécula imprescindible para el reloj celular endógeno.Karla Islas Pieck. Barcelona - Viernes, 30 de Octubre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llave conceptual:
1. Las células tumorales de leucemia y linfoma presentan una alteración epigenética que desencadena la pérdida de la activación del gen BMLA1
Un estudio realizado por el grupo de Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer en el Instituto Catalán de Oncología (ICO), del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), ha conseguido despejar la incógnita que explica por qué las células tumorales de la leucemia y el linfoma son capaces de evitar el ritmo cicardiano.
El trabajo, que se publica en la portada del último número de Cancer Research, describe que las células de estos tumores presentan una alteración epigenética que desencadena la pérdida de la activación del gen BMAL1, debido a la aparición de metilo en su zona reguladora. "Es como si se tratara de una señal de tráfico que bloquea la expresión de este gen y, como consecuencia, las células no pueden rotar dentro de los ciclos horarios", ha precisado Esteller a Diario Médico.
El gen BMAL1 tiene un papel esencial, ya que es el que "mueve las manecillas" del reloj de las células. Además, se encarga de regular la expresión de muchos otros genes y hacer que se expresen más o menos en función de las horas del día y de la noche.
Hasta ahora se sabía que muchos tipos de células tumorales no respetan los ciclos de noche/vigilia, pero se desconocía la causa de este fenómeno. Uno de los principales problemas de que estas células permanezcan en la fase activa es que están expresando constantemente una mayor cantidad de oncogenes y, a su vez, reprimiendo genes supresores de tumores.
Estos científicos también han comprobado que al insertar el gen BMAL1 nuevamente en las células que lo tienen dañado, éstas consiguen recuperar el ritmo circadiano.
Según Esteller, estos hallazgos representan una base metodológica experimental que permitirá plantear nuevos estudios traslacionales multicéntricos para analizar casos concretos, además de buscar mecanismos similares en otros genes implicados en el desarrollo de tumores sólidos.
Además, el estudio de la metilación anómala de este gen también podría ayudar a determinar el horario óptimo para realizar la quimioterapia en aquellos pacientes cuyos tumores tengan conservados los ciclos de noche/vigilia.
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