martes, 27 de octubre de 2009

Un anticuerpo impide que la histona dañe el vaso


Charles Esmon

Diariomedico.com
ESPAÑA
VASCULAR. POTENCIAL TRATAMIENTO DE HEMORRAGIAS INTERNAS
Un anticuerpo impide que la histona dañe el vaso

Una investigación sobre cómo las histonas dañan el endotelio de los vasos ha dado lugar a un anticuerpo que podría frenar esta cascada maligna. Su aplicación incluiría traumatismos, heridas de guerra e infecciones.


DM Londres - Martes, 27 de Octubre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

Una investigación que se publica en Nature Medicine amplía el conocimiento sobre cómo las proteínas histonas destruyen la capa interna de los vasos sanguíneos, lo que acaba produciendo hemorragias internas. El trabajo, dirigido por Charles Esmon, de la Fundación de Investigación Médica Oklahoma (OMRF), desvela un anticuerpo que podría ser clave en este proceso.

"El hallazgo podría ser útil para tratar a soldados heridos en ataques con artefactos explosivos improvisados (IED en siglas inglesas), víctimas de armas de fuego y traumatismos por accidentes de tráfico", enumera Esmon. También podría servir para abordar infecciones graves y diabetes.

Cuando las células son dañadas -bien sea por una lesión, una infección o por una enfermedad como la diabetes-, las histonas entran en el torrente sanguíneo y empiezan a destruir el endotelio de los vasos, originando sangrados incontrolados.

"Una vez que constatamos la toxicidad de las histonas, empezamos a buscar vías para evitar esa tendencia destructiva", explica Esmon, que dirige el Departamento de Biología Cardiovascular en la OMRF. Finalmente su equipo ha diseñado unos anticuerpos que pueden bloquear esa capacidad perjudicial de las histonas, evitando el fallo multiorgánico que compromete la vida del paciente. Se trata de una vía para detener la cascada que conduce a las hemorragias secundarias a traumatismos o infecciones.

De momento, esos anticuerpos se han probado en estudios preclínicos, en colaboración con Marc Monestier, investigador de la Universidad de Temple, en Filadelfia, con resultados prometedores y sin efectos adversos. El siguiente paso parece que será un ensayo clínico, según augura Esmon.

Stephen Prescott, presidente de la OMRF, destaca que "este trabajo podría transformar el tratamiento no sólo de los traumas graves, sino también de la diabetes, la neumonía y otras patologías que resulten en la muerte del tejido".
(Nature Medicine DOI: 10.1038/nm.2053).

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