EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
Una dieta alta en fructosa aumenta el riesgo de hipertensión
Redacción
La tasa de consumo de fructosa se ha incrementado en paralelo al la obesidad, que ha aumentado de forma abrupta en los pasados veinte años de forma similar a la prevalencia de hipertensión, sin que hasta ahora se hubiera descubierto un vínculo sólido entre el exceso de fructosa en la dieta y la hipertensión Madrid (31/2-11-09).- Según un estudio del Centro de Ciencias de la Salud de Denver de la Universidad de Colorado que se ha hecho público durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Nefrología que se celebra en San Diego (Estados Unidos), una dieta alta en fructosa aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión. Los descubrimientos sugieren que reducir el consumo de alimentos y bebidas procesados que contienen sirope de maíz alto en fructosa (HFCS) podría ayudar a evitar la hipertensión.
Los científicos, dirigidos por Diana Jalal, estudiaron este vínculo en una gran población representativa de adultos estadounidenses. Examinaron a 4.528 adultos de 18 años o más sin antecedentes de hipertensión. El consumo de fructosa se calculó con un cuestionario alimentario y comidas como zumos de fruta, refrescos, productos de bollería y dulces.
Los resultados mostraron que las personas que comían o bebían más de 74 gramos por día de fructosa (2,5 refrescos con azúcar al día) aumentaban su riesgo de desarrollar hipertensión. En concreto, una dieta de más de 74 gramos al día de fructosa conducía a un riesgo un mayor riesgo del 28, 36 y 87 por ciento en los niveles de presión sanguínea de 135/85, 140/90 y 160/100, respectivamente.
Según concluyen los autores, estos resultados indican que el consumo elevado de fructosa en forma de azúcares añadidos está asociado de forma significativa e independiente con los niveles más elevados de presión sanguínea en la población de adultos estadounidenses sin antecedentes de hipertensión.
Por último, los investigadores añaden que será necesario realizar posteriores estudios para ver si las dietas bajas en fructosa pueden normalizar la presión sanguínea y evitar el desarrollo de hipertensión.
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